miércoles, 22 de agosto de 2007

22 de agosto, Santa María Reina



Una semana después de la Asunción, la Iglesia vuelve a mirar al Cielo, donde ya está María con Cuerpo y Alma, y nos recuerda que es Reina y Señora, que ha sido coronada por Dios con corona de estrellas por ser Madre del Rey, Esposa del Rey e Hija predilecta del Rey.

Al escribir estas palabras, el dedo se me va a la tecla de las mayúsculas: Reina, Cielo, Señora, María, Madre, Esposa, Hija…

El Catecismo de la Iglesia lo dice con estas palabras: "Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte"

Hoy yo querría piropear a mi Reina, pero el piropo, por definición, debe ser una hipérbole, una exageración, y no sé cómo podría exagerar hablando de la Virgen. Ni siquiera la palabra “Reina” es adecuada. Los andaluces, que son maestros en este arte, bien que han intentado excederse con sus piropos, pero ni ellos lo consiguen.

Recurramos por tanto a un poeta, a uno de los grandes. He aquí la primera de las tres Cantigas de Miguel D’Ors.

"Reina de los cielos, madre del pan de trigo".
Berceo, Milagros de Ntra Señora, 659 a.

I

Qué música tus manos, fina corza
del mayo más intacto, qué gesto de azucena,
qué iluminada crece la hierba donde pisas.

Eres la tesorera del silencio,
el sauce que se inclina a toda pena;
eres la que se queda fuera de las palabras;
sólo un nombre ojival puede nombrarte:
madre del pan de trigo, sí. La sombra
de una sonrisa tuya iguala a mil cerezos,
y es que hasta tu sandalia nazarena,
alondra cristalina, arpa de lágrimas.

Vienen del siglo XIII los mejores
ruiseñores y minian tu aleluya.

También aquí mi boca con sus costras,
mi voz, acostumbrada a hurgar entre basuras
con hambres vergonzosas,
intenta un vuelo azul y esta ramera rancia
también te dice Salve.

2 comentarios:

patzarella dijo...

¿Y esa Reina fue alguna vez princesa?

El payaso triste dijo...

Me ha encantado lo de "Hoy yo querría piropear a mi Reina, pero el piropo, por definición, debe ser una hipérbole, una exageración, y no sé cómo podría exagerar hablando de la Virgen. Ni siquiera la palabra “Reina” es adecuada" Es muy bien piropo, insuficiente, pero muy bueno!!!!
Hoy es el cumpleaños de mi hermana Arantxa. Acuérdese de ella (vive en Madrid)