martes, 25 de septiembre de 2007

Bodas son amores



—Oye, ¿cuántas bodas habremos oficiado en estos 38 años y pico?

—Si yo fuera párroco, querido Kloster, el número sería enorme, pero como la labor pastoral que llevo es de otro tipo, me permito el lujo de elegir las parejas. A veces digo sí, y a veces no. Y como siempre tomo nota, puedo afirmar que son exactamente ciento cincuenta y nueve. La primera, la de mi hermana Mari Pili, que se casó con Constan en agosto de 1971. La última, la de Verónica y Pablo, el pasado mes de junio.

—Pocas son: menos de cinco al año. Y de divorcios, nulidades y demás, ¿cómo andamos?

—Andamos mal. O sea, bien. Quiero decir que casi ninguno: tres…, y medio.

—¿Y cómo es posible?

—Supongo que porque las parejas que yo casé sabían bien lo que hacían.

—O porque no tenían miedo al compromiso ni la entrega.

—Quizá porque querían tener niños, en plural, y no les importaba apretarse el cinturón.

—Tal vez también porque se conocían y se habían preparado para la boda.

—O porque fueron novios de verdad y no otra cosa. Y su noviazgo no fue un aperitivo del matrimonio ni un ensayo general.

—Yo creo que porque supieron quemar las naves y no mirar atrás.

—Oye, Kloster, ¿no estaremos exagerando un poco?

—Sí, pero sólo un poco.

—Por supuesto no hemos casado a seres arcangélicos. Ellos y ellas tenían y tienen defectos. Pero todavía me enternezco cuando me invitan a su casa y veo que van bien, que han cumplido con aquella solemne declaración de amor que hicieron un día: Yo, te recibo a ti como esposa, y me entrego a ti, y prometo serte fiel…

—¿Entonces, vamos a recordar alguna de esas bodas en el blog?

—Confío en tu memoria, amigo Kloster; porque yo casi no me acuerdo de nada. Pero vale pena intentarlo y explicar a quien nos lea que "bodas son amores y no buenas razones".

3 comentarios:

chita dijo...

Gracias por decir que si a nuestra boda para nosotros era muy importante y segimos unidos gracis al amor y al respeto que nos tenemos pero sobre todo por los consejos de un gran amigo que siempre me cice ante las dificultades siempre sonrrie.

Anónimo dijo...

Respeto mucho a Kloster. Me lo imagino grande y un poco protestón.
Esta vez creo que se le ha olvidado añadir a la lista de porqués, porque Usted los encomienda con frecuencia...

Kloster, Kloster, las cosas importantes no hay que olvidarlas...

Adaldrida dijo...

Siga por ahí, siga. Duro, y cuéntenos siempre cosas chulas de ésas. Qué tío, 159 bodas y sólo 3 divorcios... y medio, que esperemos se quede en el medio