domingo, 2 de diciembre de 2007

9 poemas para una Novena (III)

Hoy comienza el Adviento. Se enciende la primera vela de la corona. La Iglesia se dispone a esperar la Navidad. María, embarazada de Dios, comienza a soñar con su Hijo. Así lo canta Gerardo Diego,

Letrilla de la Virgen María esperando la Navidad


Cuando venga, ay, yo no sé
con qué le envolveré yo,
con qué.

Ay, dímelo tú, la luna,
cuando en tus brazos de hechizo
tomas al roble macizo
y le acunas en tu cuna.

Dímelo, que no lo sé,
con qué le tocaré yo,
con qué.

Ay, dímelo tú, la brisa
que con tus besos tan leves
la hoja más alta remueves,
peinas la pluma más lisa.

Dímelo y no lo diré
con qué le besaré yo,
con qué.

Y ahora que me acordaba,
Ángel del Señor, de ti,
dímelo, pues recibí
tu mensaje: «he aquí la esclava».

Sí, dímelo, por tu fe,
con qué le abrazaré yo,
con qué.

O dímelo tú, si no,
si es que lo sabes, José,
y yo te obedeceré,
que soy una niña yo,

con qué manos le tendré
que no se me rompa, no,
con qué.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola D. Enrique: llevo tres días comportándome. Pero ya no lo puedo evitar.

Sé que en las novenas y siempre, encomienda muchas cosas, muchas personas y de todo y no hay que abusar ni aprovecharse de la buena disposicíón ajena. Pero... ¿una
intencioncilla más?, total...

Vamos, que me encomiende a mi también que si el saber no ocupa lugar, el pedir tampoco... :)

También le encomendaré aunque no "puntúe" igual. (Ya lo siento...)