jueves, 3 de enero de 2008

La noria



Cuando
llegué a Solavieya, hace veinte días, ya estaba puesto el belén. Y en el belén había un borrico atado a una noria que giraba de verdad y sacaba agua auténtica de un arroyo.

Algunas tardes he hecho mi oración junto a ese nacimiento, y el sonido del agua me ha ayudado a entrar en la escena del Portal. Otras veces he recordado aquello que escribió San Josemaría:
¡Bendita perseverancia la del borrico de noria! Siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. Un día y otro iguales. Sin eso, no habría madurez en los frutos, ni lozanía en el huerto, ni tendría aromas el jardín
Ahora la Navidad empieza a declinar, y aunque el belén sigue intacto, a la espera de los Reyes Magos, la noria ya no tiene agua. Se conoce que se ha evaporado por culpa del cambio climático.

¡Pobre borrico! Él sigue en su lugar de trabajo en un esfuerzo constante e inútil.

¿Inútil? Dentro de unos días volveré a Madrid y seré, de nuevo, como ese burro. A veces los curas tenemos la impresión de que intentamos sacar agua de un desierto. Y viene la tentación de tumbarse bajo una mata a la espera de tiempos mejores.

Pero el borrico debe seguir girando alrededor de la noria. ¡Quién sabe! A lo mejor el agua no se ve ni se oye pero está ahí. O quizá salgan sólo unas gotas, y sea eso lo que el Niño necesita para calmar su sed.


7 comentarios:

chita dijo...

Intentar sacar agua del dsierto nos pasa a muchos ,quedarme debajo de la mamta es lo que me gustaria hacer ,pero intento buscar todos los dias un motivo para salir.

Anónimo dijo...

Genial!!! Simplemente genial!!!

Es usted un poeta padre Monasterio

Historias del Metro dijo...

Ya volví. Muy feliz. Muy agradecida. Muy feliz de nuevo. Pero ya le contaré.
Qué piensa de los exorcismos? Le importaría hablar un poco sobre ello? Si no, pues nada... Pero le agradecería unas palabras sensatas y directas (aunque nunca le he visto yo irse por las ramas, pero bueno).

Don Mario dijo...

Acabo de predicar un curso de retiro y puedo añadir que otras veces los curas tenemos la suerte de poder asistir emocionados al espectáculo del agua que se derrocha a raudales sobre las almas...

Felicidades desde Londres (ni el tiempo de apoyar las maletas... y esto también es ser cura, ja, ja).

Dimas dijo...

¡Borrico!¡Borrico!¿como hacer que un burro que no tenga sed beba?, puew colocandole otro al lado que beba y beba con placer,con alegría, al final el otro terminara bebiendo.

Un asno zaragozano

S.C. dijo...

Que suerte tiene el burro que no se tiene que plantear si saca agua del pozo o no. Lo verdaderamente duro es dar vueltas y vueltas sin ver una gota.La esperanza, que el Señor ve más que nosotros

S.C. dijo...

Que suerte tiene el burro que no se puede plantear si con su esfuerzo saca agua o no de ese pozo.Lo verdaderamente duro es dar vueltas y vueltas y sentir que no sacas ni gota. La esperanza que nos queda es que el Señor ve más que nosotros.