domingo, 6 de abril de 2008

Emaús (V)



Carmen me envía un poema de Ernestina de Champourcin, que puede servir de colofón a la serie sobre Emaús que publiqué hace unos días. Precisamente hoy, la liturgia de la Misa recoge ese pasaje del Evangelio de San Lucas.

Acabo de leerlo de nuevo y me confirmo en la idea de que el compañero de Cleofás fue el propio San Lucas. La calidez del relato, la descripción del estado de ánimo de los protagonistas y el hecho de que sólo dé un nombre, el de Cleofás, me lleva a pensar que el narrador de la historia estaba allí.

Este es el poema de Ernestina:


EMAÚS

Porque es tarde, Dios mío,
porque anochece ya
y se nubla el camino;
porque temo perder
las huellas que he seguido,
no me dejes tan sola
y quédate conmigo.


Porque he sido rebelde
y he buscado el peligro,
y escudriñé curiosa
las cumbres y el abismo,
perdóname, Señor,
y quédate conmigo.


Porque ardo en sed de Ti
y en hambre de tu trigo,
ven, siéntate a mi mesa;
bendice el pan y el vino.
¡Qué aprisa cae la tarde!...
¡Quédate al fin conmigo!


4 comentarios:

Adaldrida dijo...

¡qué bueno es!

Anónimo dijo...

A través de caraacara le conozco.Muy buenos los post,me he enganchado.Felicidades por ello.La poesía es muy buena,quizás ,por el momento que estoy pasando ,tiene cierta tristeza.A mi tambien me gustaría notar "más" su presencia,y que estuviera a mi lado.A veces me siento tan sola!

Anónimo dijo...

D. Enrique, esta vez he estado yo de curso de retiro.
He rezado por usted, por su blog (amigos inclusive) y por sus intenciones. Ya me iba tocando eso de corresponder...
Un saludo

Anónimo dijo...

Que aprisa cae la tarde....