sábado, 17 de mayo de 2008

Himos y cantos marianos (IV)




Con mucho gusto accedo a la petición de Loreto, que quiere ver en el blog la Salve marinera. Aquí está.

Sirvan como introducción estos dos textos: el primero, de Benedicto XVI; el segundo, de San Bernardo. Los dos son bellísimos y hablan de María y el mar


Con un himno del siglo VIII/IX, por tanto de hace más de mil años, la Iglesia saluda a María, la Madre de Dios, como « estrella del mar »: Ave maris stella. La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de esperanza. Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía. Y ¿quién mejor que María podría ser para nosotros estrella de esperanza? (Spe Salvi)

Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María. Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María. Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María. Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María. En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas. Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás sí es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara (SAN BERNARDO. Homilía sobre la Virgen Madre, 2).


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mola. Las demás también, pero esta mola bastante.
Una de las cosas más bonitas es celebrar la fiesta del Carmen en la mar. Es impresionante ver los barcos engalanados y a la marina cantando a la Virgen. Im-presionante!
Muchas gracias por la introducción.
Buen finde!

Nuevepornueve dijo...

Recién llegada de Asturias.
Gracias, D. Enrique! Sabía que la traería!
Ya le contaré... me encontré con una de "sus" familias dando un paseo por Luarca!!

Ahora ya... por simbiosis/sobredosis: ¿quién me encuentra el "himno" de la Santina??

Anónimo dijo...

Yo creo que todas las Salves son bonitas, pero tanto la marinera como la rociera parecen más nuestras aunque para mi sigue siendo la mas bonita la Salve Regina.

En el fondo da igual con tal de cantarle a la Virgen en este mes de mayo y en todos los demás meses del año.