sábado, 26 de julio de 2008

Los abuelos

Las raíces


¿No es sorprendente que Dios haya querido tener abuela? Abuela y abuelo. Hoy es su fiesta: San Joaquín y Santa Ana.

Los tratados clásicos de cristología, para explicar que Jesús fue verdadero hombre se detienen en la consideración de su naturaleza y subrayan que tuvo cuerpo y alma, inteligencia y voluntad humanas, ciencia humana, sensibilidad y apetitos humanos. Eso es cierto, pero no basta para ser "perfectus homo". Jesús, se tomó muy en serio el ser como nosotros y se insertó en la historia con todas sus consecuencias. "Necesitó" una estirpe, unos antepasados, una lengua aprendida en la infancia, una tierra a la que amar, una memoria de familia, un crecimiento real y no fingido, unos amores humanos: a sus padres, abuelos, parientes, amigos...

Los abuelos, más aún que los padres, nos hacen comprender nuestras raíces y nos enseñan a amarlas. Ellos cuentan historias antiguas, que se saborean como los viejos cuentos hasta que uno comprende que son reales, que forman parte de nuestra memoria y de nuestra vida.

Pienso en Jesús, sentado en las rodillas de su abuelo, atento a su voz y a sus recuerdos. Y en las meriendas de Santa Ana... Y me vienen a la imaginación los rostros de mis propios abuelos: Eugenio, que siempre me ganaba al ajedrez; Carmen, que, cuando era muy pequeño, me decía que mis manos eran de obispo; Manuel, que intentó en vano enseñarme los nombres de las estrellas; y Amalia, la abuela "amante", que me contaba historias de su infancia, tan lejana.

Si no los hubiera conocido, hoy yo sería diferente.

3 comentarios:

Juanan dijo...

¡Huy! Me acuerdo muy especialmente de mi abuelo Emilio que en paz descanse. Era supernumerario del Opus Dei. Él, el rosario en la ermita del pueblo, el castillo de los moros... mis abuelos, los cuatro, hunden mis raíces entre Sierra Nevada y Sierra Lújar, aunque nunca he tenido la suerte de vivir en las Alpujarras más que para veranear. Si yo siento esa nostalgia por la tierra de mis padres, ¡cuánto deben amar los judíos la Tierra Santa, con qué ojos la miraría Jesús!

Anónimo dijo...

Me ha encantado tus comentarios. Que alegría recordar a los abuelos¡¡¡
UN abrazo
http://www.familiaehijos.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Uff !! Abuelos... siempre contentos, cariñosos, especialmente dispuestos a oír, a sorprender con detalles.. .pero también a reprender cuando hace falta. Los he tenido tan lejos... los he disfrutado tan poco... los he echado de menos siempre !!!! . He convertido en abuelos a mis padres... y ha sido lo mismo... Espero estar a la altura cuando llegue el momento.