miércoles, 6 de agosto de 2008

"Sembradores impuros del odio"



Que tu vida no sea una vida estéril. -Sé útil. -Deja poso. -Ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. -Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en el corazón.

Es el primer punto de "Camino". Lo leí hace más de medio siglo, lo he repetido de memoria en cientos de ocasiones, y sin embargo nunca hasta hoy me había detenido a considerar el sentido de esas cuatro palabras: sembradores impuros del odio. ¿De qué o de quién habla San Josemaría?

Hoy, después de una conversación larga y tensa con alguien que apenas ha querido escucharme, me parece evidente su significado: la impureza y el odio van de la mano. La huella "viscosa y sucia" de la lujuria desemboca inevitablemente en el odio y el odio llama a la violencia.
Cuando los hombres y las mujeres se acostumbran a verse sólo como objetos, como cuerpos más o menos apetecibles, que nadie llame amor a lo que surge de ese encuentro. El amor es exactamente lo contrario. ¡Cuanta agresividad contenida envuelta en palabras profanadas!
A todos nos escandaliza eso que llaman impropiamente "violencia de género". No nos engañemos: nace de ahí. Cuando el objeto deseado ya no llena mis expectativas, lo mejor es golpearlo, romperlo como se rompe un juguete para ver qué tiene dentro. Ya no sirve.

9 comentarios:

Conrad López dijo...

Acertadísimo artículo, don Enrique.

Yo añadiría, además, que esa cosificación tiene efectiavmente su origen en la lujuria, pero no sólo referida al aspecto sexual. El deseo desenfrenado de poseer riquezas, poder, consideración social ... conducen a lo mismo.

DeLaCruz dijo...

No quiero preguntar de que discutía con esa persona, dudo que haya sido constructivo.

Recuerdo que en mi boda pusimos el punto 797 de Surco que dice así:

Amar es... no albergar más que un solo pensamiento, vivir para la persona amada, no pertenecerse, estar sometido venturosa y libremente, con el alma y el corazón, a una voluntad ajena... y a la vez propia.

Y algunos conocidos nos comentaron que la frase era "bonita" pero irreal. Me pregunto si ellos entenderían que el Amor es lo que debe mantener vivo a cualquier matrimonio.

Saludos desde A(méri)cá.

Anónimo dijo...

Que duro, pero es cierto. El verdadero AMOR no necesita esta parte nuestra, física, que se comerán los gusanos más pronto que tarde....
Saludos desde Guatemala.

Viator iens dijo...

El Santo no hablaba -es impresión que me producen siempre sus escritos- de oídas. Había tenido experiencia de primera mano de ese rastro viscoso y sucio y sabía -nítido siempre el Amor de Dios- que se puede borrar, limpiar con luz la inmundicia sombría esparcida por esos sembradores... y acaso también el odio que se nos va cayendo a ratos a nosotros mismos. Hoy me pasaré la luminaria a fondo por dentro y pediré a Cristo que me ayude a iluminar e incendiar con Amor mi mundo. Gracias, Don Enrique.

Anónimo dijo...

Cuanta razón encierra. Vengo de leer en un blog un post sobre las cosas pequeñas. y de repente me aparece "camino"....

Juanan dijo...

Pues yo nunca habría pensado que San Josemaría se refería a ese tipo de impureza. También es verdad que nunca me he sentado a meditarlo, pero me sigue pareciendo un poco fuera del contexto del primer punto de Camino.

En todo lo demás, bastante de acuerdo. En mi casa siempre nos fastidia mucho eso de "Fulanito ha matado a Menganita, su compañera sentimental". ¿Qué es eso de "compañero sentimental"? Con razón hay tanto maltrato.

Bernardo dijo...

Ay Don Enrique, que tengo que corregirlo. Fe de erratas: donde pone "espectativas" debería poner "expectativas". Lo siento de veras.

Y yendo al tema, debo recordar que el mal por desgracia no es incompatible con la lógica. Lógicas son las consecuencias que vivimos a raíz de la cosificación del ser humano. No sólo es en la familia y el matrimonio. También lo es en la empresa, en la política, en el deporte...

Enrique Monasterio dijo...

¡Ay de mí! Dos faltas de ortografía en una sola entrada. Eso me ocurre cuando escribo deprisa y enfadado por algo.
Muchas gracias a mis dos correctores.

Andrés Cárdenas M. dijo...

"Sé útil", es una frase fuerte de SJM. Y para ello nos da instrucciones claras: ilumina, enciende, borra con tu vida de apóstol. Es una llamada a gritos al apostolado. Solo así borraremos la "señal viscosa y sucia". Siempre me ha dado asco esa figura: "señal viscosa y sucia", lo mismo que produce la impureza. Tampoco había reflexionado este punto de vista del punto. Excelente entrada. Ya abrí mi blog.