miércoles, 11 de febrero de 2009

El amor y las palabras




Caminaba hacia mí por la misma acera. A primera vista me pareció un animal fabuloso dotado de muchos brazos, dos cabezas y cuatro patas. Luego me recordó al grupo escultórico de la muerte de Laoconte con sus hijos. A medida que avanzaba fui comprendiendo que no se trataba de una sola figura, sino de dos: un chico y una chica tan enlazados en un abrazo tentacular que resultaba admirable que pudieran desplazarse sin caer al suelo con estrépito. Era un estrujón itinerante de mucho mérito. Ella le miraba a él sin ocuparse para nada de la dirección de la marcha. Él marcaba el ritmo y la ruta con cierto gesto de agobio en el rostro.

Como yo iba despacio y ellos aún más, tuve tiempo de analizar la situación. Imaginé el diálogo y recordé las coplas de Muñoz Rojas que estoy leyendo estos días: “Miradas, voces del alma,/ con sólo mirarte digo/ lo que no dicen palabras”. Pero no: aquellos labios adolescentes sí que decían palabras, probablemente llenas de pasión.

Al fin llegaron a mi altura. Ella estaba diciendo:

—Tiene guasa (1) la tía. Luego se va a Leganés y me deja en cueros (2)…

Kloster, que siempre va conmigo, sollozó de pena.

(1) y (2). De acuerdo, Kloster, no dijo “guasa” ni “cueros”, pero este blog es muy decente y aquí no se hacen alusiones glandulares ni se emplean palabrotas semejantes.



12 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si Padre, es lo que hay.
En mi barrio hay un parque, que es como un parque temático realmente curioso. Hay una ermita pequeñita, cerca, y se suelen dar situaciones de los mas curiosas. Las catequistas, meriendan en el parque antes de ir a la catequesis, los adolescentes a la izquierda hacen ejercicios dignos de contorsionistas, en el rincon más escondido puede verse a alguna pareja homosexual, a 20 metros las mamás pasean a los niños a la salida del cole.
Y a mi estas mezclas, me parecen raras, muy raras....será que nos vamos haciendo mayores

Juanma Suárez dijo...

Don Enrique, hoy sí le leo en el trabajo, lo confieso.

Me parece encomiable éso de no usar en su blog palabras mal sonantes y referencias glandulares. Yo intento lo mismo en el mío, y ha decir verdad, para ser sinceros, es bastante complicado mantener la "compostura" con la que está cayendo. A veces dan ganas de escribir sólo palabras malsonantes que, eso sí se lo digo, alguna vez, gritar al viento alguna, relaja y desestresa un montón... y ahora, voy a seguir trabajando.

Bernardo dijo...

Es triste que un novio no le pida a su novia que le hable con suavidad y dulzura.

¿No prefieres una caricia a un sopapo? Pues ¿por qué dejas que te maltrate el oído?

eligelavida dijo...

Esperemos que este no sea el romanticismo del siglo XXI…

Anónimo dijo...

Pensamientos - Palabras - Obras. Si tenemos pensamientos VALIOSOS, las palabras y las obras también lo serán y el AMOR MERECERA LA PENA. Hay que AMAR mucho, a DIOS el primero, El nunca nos defrauda y confiar y esperar... y "DESGASTARNOS" en poner a "esta juventud" en la pista de Dios. Hoy me estreno en su blog! AC

Altea dijo...

¡Jua, jua, jua! Lo siento, ya sé que el tema tiene su seriedad, pero el primer párrafo no me ha dejado opción.
Ay, qué risa... Bueno, y ahora, entrando en harina: sí, lo he pensado muchas veces. Muchas rupturas se habrían evitado si ellas se hubieran dado cuenta de cómo las llevaban ellos por la calle cuando salían juntos.

Enrique Monasterio dijo...

Menos mal: Altea ha visto el lado cómico de la escena. Empezaba a pensar que mis lectores son demasiado solemnes o que yo no soy capaz de hacer sonreir al menos un poco.

Anónimo dijo...

No diga eso Padre, que tiene usted frases antológicas

Anónimo dijo...

Estoy con Altea en que la "puesta en escena" ha sido genial, pero cuando termina y piensas en tus hijos... T da el brote místico... AC

Isa dijo...

La verdad es que es una pena que algunos vivan así su romanticismo en el noviazgo...pero la verdad es que lo relata usted de una amnera que no he evitado morirme de risa...

Anónimo dijo...

ja,ja,ja...

Ay!, qué risa!.

Como decía Enrique Rojas en una conferencia, cada uno elige a su pareja por las cualidades que en el destacan. Es decir, que debían ser tal para cual o se trataba de una elección a corto plazo...

En cualquier caso el andar agarrados como pulpos por la calle muy romántico no me parece.

Me parece más romántico cuando hacen "pestañitas". Es definitivo. Cuando dos adultos hacen pestañitas no me atrevería a decir que es amor verdadero (para eso hace falta además músculos)pero se aproxima mucho.

Anónimo dijo...

"Muchas rupturas se habrían evitado si ellas se hubieran dado cuenta de cómo las llevaban ellos por la calle cuando salían juntos."
Altea, creo que te salió el comentario algo mcahista. A las chicas no "les llevan" van así porque quieren.

Está claro que la que manda es la mujer (no hay que decirlo mucho). Siempre he óído y además lo he comprobado "que los chicos llegan hasta donde las mujeres les dejan".


Vamos, que si uno no quiere dos no pelean.

Pdta. Altea, también leo tu blog.