jueves, 2 de abril de 2009

Adoro te devote (IX)


O memoriale mortis Domini!/ panis vivus, vitam praestans homini!

Oh, memorial de la muerte del Señor/ Pan vivo que da la vida al hombre!


¿Memorial...?
¿La Eucaristía es sólo un recuerdo?

“Hacer memoria”, recordar, es convertir en presente el pasado, rescatarlo de la amenaza del olvido y reconstruirlo piedra a piedra con la imaginación. Es buscar a tientas viejos placeres y emociones antiguas, tratar de vencer al tiempo con la fantasía. La memoria nos crea la ilusión de que los años nunca pasan del todo.

Recordar es también sufrir el dolor punzante de la nostalgia. El que añora comprende que, a pesar de los pesares, la vida no tiene marcha atrás, que la memoria no puede hacer habitable el pasado para vivir de nuevo en él.

Cristo sí que es capaz de hacerlo. Cuando Jesús recuerda, su memoria infinita nos trae a las manos realmente su Cuerpo y su Sangre derramada en la Cruz. En la Eucaristía, por gracia de ese recuerdo divino, se rompen las barreras del espacio y del tiempo, y nos vamos al Gólgota, con Santa María, con San Juan, con las santas mujeres…

Hace muy pocos años Juan Pablo II escribió:
Desde hace más de medio siglo, cada día, a partir de aquel 2 de noviembre de 1946 en que celebré mi primera Misa en la cripta de San Leonardo de la catedral del Wawel en Cracovia, mis ojos han quedado fijos en la hostia y el cáliz en los que, en cierto modo, el tiempo y el espacio se han " concentrado " y se ha representado de manera viviente el drama del Gólgota, desvelando su misteriosa "contemporaneidad”
Por eso ahora, cuando lo tengo en mis manos de sacerdote, sé que Jesús y yo hemos vencido a la historia. Aquí y ahora el Sacrificio de la Cruz se hace realidad: su Sangre es un torrente de Gracia, un caudal inagotable que alcanza hasta el último rincón del Planeta.

No tengamos miedo, el mundo estará a salvo mientras haya un solo sacerdote que celebra la Eucaristía.



11 comentarios:

Pierre Nodoyuna dijo...

"Se rompen las barreras del espacio y del tiempo". Cómo no lo comprendemos? Lo que es imposible para los hombres, incluido Einstein, es posible para Dios. Gracias D.E.

lolo dijo...

Oí una vez que cuando un cristiano vive la Eucaristía, lo hace también con él la humanidad entera.

Ese "caudal inagotable" de su sangre es el que nos sigue salvando...cada día y siempre. Con mayúsculas.

Gracias, Don Enrique

Anónimo dijo...

Lo deja usted a uno sin palabras.
Quien fuera sacerdote. Cuando en Misa pedimos diariamente por las vocaciones sacerdotales, le pido al Señor que se fije en mis dos hijos, y si es Su voluntad me bendiga con dos sacerdotes -por mi parte procuro hacer mi 90%-
Yo no lo puedo tener en mis manos, pero desde luego llega todos los dias a mi corazon.

Muchas gracias Don Enrique.

GAZTELU dijo...

Gracias D.Enrique,la última frase de su comentario de hoy me devolvió la serenidad que hoy había perdido.
Hoy no fue un buen día

paloma dijo...

Don Enrique, ¡gracias, mil gracias!
Desde diciembre me he encomendado al profesor Plans. PGA me contó acerca de él. Lo acompaño.

Saludos!

Anónimo dijo...

Como anónimo, sin palabras.
Qué manera tan bonita de recordar el valor infinito de cada eucaristía que nos espera siempre a la vuelta de la esquina!!!

Anónimo dijo...

D. Enrique, cuando Ud. celebre la Santa Misa, no se le olvide de pedir por los que quieren amar con el corazón de Cristo pero no se atreven. Gracias!

Maria dijo...

"No tengamos miedo, el mundo estará a salvo mientras haya un solo sacerdote que celebra la Eucaristía."

Que verdad. Gracias...

Isa dijo...

Gracias por su reflexión...Qué grande debe ser para un sacerdote levantar la Sagrada Hostia y el Cáliz cada día...qué sensacioens, cuánto amor, cuántas ganas de entrega y de ser más santo...
Yo, al recibirlo cada día, intento renovar mi amor y decirle que nunca me deje sola...

Viator iens dijo...

Eso que Usted ha escrito y publicado me ha hecho sentir hambre de Cristo. Dios se lo pague. Mola el blog. Insista.

Anónimo dijo...

Dios Mio : Una sonrisa tuya y una mirada aunque sea de soslayo, es lo que necesito para mi paz interior.
señor, señor. estoy aqui.