domingo, 31 de mayo de 2009

Fin de fiesta

Luego diréis que me pasan "demasiadas" cosas. No lo niego, pero todas son reales.

7,25 de la mañana del sábado. Junto al ascensor del parking para residentes hay una mujer vestida/desvestida de fiesta. La mini es muy mini y como ella misma también es mini, calza unas plataformas baratas que la elevan sobre el pavimento diez o doce centímetros. Está de espaldas; es morena y lleva un bolso tipo leopardo colgado al cuello. Hace algunos años no habría tenido la menor duda de que se trata de una de esas profesionales que precederán a los fariseos en el Reino de los Cielos. Ahora no estoy tan seguro.

Al oír mis pasos se da la vuelta y se dirige hacia mí muy sonriente. Compruebo que está bastante despeinada y que ha llorado. Hay cosas que se saben a primera vista. También a primera vista calculo que, debajo del maquillaje, hay una niña de 16 o 17 años como las que veo todos los días en el colegio.

-¿Me haces una perdida a mi madre, por favor?

No acabo de acostumbrarme al lenguaje de los adolescentes. Me lo vuelve a explicar: quiere que llame a su madre desde mi teléfono con un solo timbrazo porque se ha quedado sin saldo y necesita que le abran la puerta de casa.

-Es que ha sido la fiesta de despedida del colegio -aclara-.

-¿Y ha terminado ahora?

-Bueno..., sí.

Le digo que si llamo a su madre desde mi teléfono no reconocerá el número y no sabrá que es ella.

-No te preocupes -contesta-. Ya está acostumbrada.

Así es. Está acostumbrada. Inmediatamente después de mi timbrazo, recibo una llamada de la madre.

-¿Y tú quién eres?

Se lo explico.Me pide perdón. Fin de la historia.

sábado, 30 de mayo de 2009

El grito

Eran las once menos cuarto de la mañana. Empezábamos tarde la clase y sólo disponía de cuarenta minutos para hablar a veintitantos adolescentes (¿y adolescentas?) de la Santa Misa.
Me lo había preparado muy bien precisamente por la dificultad de sintetizar y llevaba el correspondiente PowerPoint que, en este caso, me pareció realmente útil para no irme por las ramas.

Enchufamos el ordenador al cañón, bajamos la pantalla y empecé a hablar. A mi izquierda dos niñas recostaron descaradamente sus mejillas en la mesa para echar un sueñecito; una tercera leía una carta con sobre, sello y papel como las antiguas. Al fondo, a la derecha, tres chavales hablaban y hablaban. Me acerqué a ellos y seguí la clase mirándolos a la cara a menos de dos metros. Se hizo silencio.

Al regresar a mi puesto de mando los tres charlatanaes volvieron a la carga. Les pedí que se callaran y uno de ellos me dijo que "vale tío".

Ni por esas; mi presunto sobrino siguió en sus trece. Entonces di un grito tremento. Yo mismo me asombré de la potencia de mi voz. Fue el primer grito y el más sonoro, que yo recuerde, de los últimos veinte o treinta años.

-¡Fuera de clase, ahora mismo!

Hasta las niñas se despertaron.

-¿Yo...?, preguntó compungido uno de ellos.

-¡Los tres!

Se fueron y al fin se hizo la paz, pero yo me sentí fracasado. A estas alturas de la película, tres chavales de dieciséis años me habían hecho enfadar como cuando empezaba en este oficio.

PD. Que nadie se atreva a consolarme, porfa. Dejadme a solas con mi depresión.

viernes, 29 de mayo de 2009

Por qué todos los días

—¿No es un poco duro escribir en el blog todos los días?
—Un poco, sí.
—¿Y por qué lo hace?
Traté de responder con una broma, y me salió la pura verdad:
—Para saber lo que estoy pensando.

Niños y animalitos

¿Cómo se explica que en tantos países el aprecio creciente por la vida animal o vegetal vaya unido al desprecio igualmente creciente por la vida humana?

(Así terminaba el artículo de Alejandro Navas que publiqué ayer)

¿Cómo se explica?

No creo, querido profesor, que haya un creciente aprecio de la vida animal y un desprecio también creciente a la vida humana. En mi opinión, aprecios y desprecios se reparten por igual en este asunto. Hay ancianas que aman a sus gatitos, sí; les besan el hociquito y los llaman mi pichurrín, pero también los esterilizan sin pedir su consentimiento y permiten que los “eutanasien” cuando llega el momento de quitárselos de encima.

Por otra parte, no puede negarse que el aprecio a la vida humana ha aumentado en algunos casos. Por ejemplo, a los bebés del siglo XXI se les mima, se les llena de juguetes y se les besuquea más que nunca, casi casi como si fueran animalitos domésticos.

El quid de la cuestión está en que esta Europa nuestra, laica, hedonista y desnortada, empieza a no distinguir entre niños y mascotas, entre humanos y bestias. Es lógico: romper con la filosofía griega, con el viejo derecho Romano y con las propias raíces cristianas tiene malas consecuencias: si el espíritu no existe, si el alma humana inmortal es sólo un sueño del platonismo; si el hombre no tiene una dimensión trascendente a la materia, ¿dónde haremos radicar su dignidad?

La respuesta que uno oye a todas horas en las cátedras de lo políticamente correcto es ésta: en los sentimientos.

¿El perrito tiene sentimientos? Pues entonces es titular de derechos. ¿La foquita se conmueve cuando la acariciamos? Hagamos un estatuto de la dignidad focal. ¿El gran simio tiene una mirada dulce y sabe utilizar el garrote como los mozos de mi pueblo…? ¡Viva el gran simio!

Por la misma razón, un bebé que sonríe cuando le rascamos la barriguita y se parece a su papá biológico y produce nobles sentimientos de ternura, será sujeto de todos los derechos habidos y por haber; que nadie le dé un cachete, que lo encarcelo. Pero si aún no tiene sentimientos porque está en el vientre de su madre, lo llamamos feto y santas pascuas. Y si el viejito ha dejado de ser un entrañable abuelete y se ha convertido en un amasijo de huesos conectado a una máquina, lo tratamos como a una mascota rota. Y al hoyo.

—Yo no como nada que tenga cara, dijo una quinceañera a su madre hace muchos años al ver en la fuente el patético espectáculo de gran una pescadilla que se mordía la cola.

Seguramente lo había leído en algún sitio, pero a su madre le impresionó tanto, que, desde entonces, cambió el régimen de comidas de su casa. ¡Cómo podemos devorar a un ser que tuvo sentimientos como nosotros!

Concluyo: lo que cuenta Alejandro Navas en su artículo de ayer sobre el trato que dan en Suiza a los animales no me extraña lo más mínimo. Sólo me pregunto qué ocurrirá cuando se demuestre que también los tomates, las lechugas y los pimientos de padrón tienen sentimientos.

Yo hace años cultivé una sandía en Valencia. La mimé tanto que incluso le cantaba nanas para dormir. Estoy seguro que fue un amor correspondido.

Cuando maduró no pude comérmela.


jueves, 28 de mayo de 2009

Animales, plantas y humanos en Suiza

En scriptor.org se recogía el pasado 25 de mayo este artículo de Don Alejandro Navas, profesor de sociología de la Universidad de Navarra, que acababa de publicarse en "El Correo". Vale la pena leerlo; pero quiero hacer una salvedad: la pregunta con la que el profesor Navas concluye la última línea no puede ser pura retórica. Necesita una respuesta. Mañana por la mañana trataré de dar la mía.


Va usted a adquirir un perro? A partir de 2010 deberá asistir previamente a un curso teórico. Y luego deberá realizar un entrenamiento práctico junto con su perro a lo largo del primer año. En él aprenderá a conocer las necesidades y el comportamiento de su perro». Este texto forma parte del anuncio de una abogada suiza experta en derecho animal, que ofrece sus servicios a los futuros dueños de mascotas para asesorarles en la aplicación de la nueva ley protectora de animales.

Esa ley, redactada a final de 2005, se promulgó en septiembre de 2008 después de haber sido aprobada en el Parlamento y en el correspondiente referéndum popular, y comienza a aplicarse ahora. El trámite fue largo porque el asunto se trabajó a fondo, con rigor. El resultado es una reglamentación que a lo largo de más de cien páginas y de 226 artículos regula todos los aspectos imaginables de la vida de los animales domésticos, y eso que la ley se aplica en principio tan solo a los vertebrados (el Gobierno determinará a qué animales invertebrados se aplicará también, para lo que tendrá en cuenta las aportaciones de la ciencia sobre la capacidad sensible de estos animales). El objetivo de la ley, enunciado en su artículo primero, es bien sencillo: «proteger la dignidad y el bienestar de los animales». El texto legislativo constituye una expresión antológica del perfeccionismo que se atribuye al carácter suizo. Por ejemplo, de los animales que viven naturalmente en grupo habrá que tener en las casas al menos dos ejemplares, para reproducir con la máxima fidelidad posible sus circunstancias naturales. Se legislan por supuesto las condiciones materiales en que se alojarán los animales, pero también el modo en que deben ocupar el tiempo.

Aplicar esa ley va a suponer un notable esfuerzo, incluso para un pueblo tan disciplinado como el suizo. El Gobierno ha optado en primera instancia por la divulgación a través de campañas informativas, pero no descarta que la policía lleve a cabo en el futuro registros domiciliarios para asegurar su cumplimiento. No se trataría de una novedad, basta pensar en el régimen implantado en su día en la Ginebra calvinista. En este caso la policía investigaba, por ejemplo, si los ciudadanos tomaban dulce en la comida a pesar de la prohibición: el postre se consideraba una amenaza para el orden social puritano.

Pero la pasión reguladora de los suizos no se detiene en el mundo animal y llega también a las plantas. La Comisión Federal de Ética para la Biotecnología en el Ámbito Extrahumano ha establecido que esa dignidad también corresponde a las plantas: «dañarlas de modo arbitrario es moralmente inaceptable». Klaus Amman, antiguo director del Jardín Botánico de Berna y ahora emigrado a Holanda, donde ha encontrado mejores condiciones de trabajo, declaraba: «En Estados Unidos y en Australia, en Inglaterra y en Italia, los colegas se ríen de Suiza». En honor a la verdad hay que reconocer que también se han dado reacciones elogiosas. Peter Singer, por ejemplo, pionero del movimiento de liberación animal, estuvo en Berna poco después de la promulgación de la ley y la alabó como un ejemplo para el resto del mundo. Según afirmó, una vez conseguida la emancipación de los negros, las mujeres y los homosexuales, ha llegado la hora de la liberación animal.

Es admirable la fina sensibilidad ética que se percibe en esas iniciativas legislativas. Pero a uno le invade una sensación extraña cuando advierte que Suiza es a la vez el paraíso del suicidio asistido, donde el 'turismo de la muerte' atrae a 'clientes' de todo el mundo (eso sí, adinerados, que lo cortés no quita lo valiente y el negocio tiene sus exigencias irrenunciables). Está bien que el Gobierno se proponga paliar la soledad de las mascotas, pero ¿qué legislador se ocupa de los humanos entrados en años que aducen la soledad como motivo para pedir la muerte? ¿Cómo se explica que en tantos países el aprecio creciente por la vida animal o vegetal vaya unido al desprecio igualmente creciente por la vida humana?


El partido

Uno...




Y dos:

Futbol y polen



Hoy debería contar muchas cosas.

Por ejemplo, que los chicos y chicas de 2º de bachillerato han recogido sus notas finales entre abrazos, risas y clines (de ahora en adelante los escribiré así) para secarse las lágrimas.

Elena, que calza zapatos masai como los míos, ha sacado 9,8 de media en los dos cursos, y me enseña el papel que lo acredita. Si ya se lo decía yo: son zapatos mágicos.

...Pero no puedo seguir. Tengo los ojos rojos e hinchados como dos cerezas maduras y me pican como como guindillas rabiosas. La culpa es del polen: a la vejez, alergia. Lamentablemente tampoco veré el partido.

Ya lo dijo el poeta: la primavera ha venido y doña Bibiana Aído.

¿O no era así?

miércoles, 27 de mayo de 2009

Otro encuentro en la calle



Me ocurrió el domingo pasado a las 12 y media, y de nuevo junto a la confitería “Mallorca”

Al otro lado del semáforo había una anciana sonriente. Empecé a cruzar la calle y la anciana me hizo un gesto con la mano para que me acercara. Me sujetó por el brazo.

—Padre, estoy muy contenta. Ha muerto mi hijo, pero estoy feliz.

Pensé que no la había entendido. Nos alejamos de la calzada y en la misma entrada de la pastelería me resumió la historia.

—Mi hijo y mi nuera estaban esperando una niña, pero el médico dijo que venía muy mal y que lo indicado era el aborto. Ellos se negaron y nació la niña. Una preciosidad, sanísima. Hace unas semanas mi hijo estaba dándole el biberón y se sintió mal. Una hemorragia cerebral. Murió a las pocas horas. Es como si fuera un mártir, ¿verdad, padre?

La buena señora me besó la mano como en otros tiempos y no parecía dispuesta a soltármela.

—¿Verdad, padre? Yo estoy feliz. Tengo un hijo en el Cielo y una nieta preciosa.

Le di la razón en todo y le pregunté:

—¿Cómo se llamaba tu hijo?

—Francisco de Asís; o sea, Paco.

—¿Y tu nieta?

—¡Sofía!

—Haremos una cosa, si te parece bien. Mañana ofreceré la Misa por tu hijo y contaré a mis amigos la historia para que también ellos recen. ¿De acuerdo?

De nuevo me besó la mano.

martes, 26 de mayo de 2009

Diario del lunes, después de un plácido domingo


Los chavales están de exámenes y yo aprovecho para pasar la ITV (Inspección Técnica de Vehículos) del Polo que cabalgo habitualmente. Treinta euritos cuesta la broma y dos horas largas de cola. El coche y yo aprobamos la revisión por los pelos y regresamos al cole. Consuelo a un par de afligidos y felicito a ésa que siempre saca sobresalientes en todo y encima es buena y guapa.

Al llegar a casa me entregan un paquete: es el último libro de Enrique García-Máiquez, “lo que ha llovido”, con una cariñosa dedicatoria en la que me llama “cuentista”. Sí que ha llovido, querido tocayo, a pesar del cambio climático. Se trata de una selección de sus entradas en “Rayos y Truenos”, el blog más famoso de los de mi barrio. ¿Haré yo lo mismo? Si no fuera por esta maldita pereza…

Abro el libro y compruebo que puedo picotear en todas las direcciones. Mal asunto; quería trabajar un poco antes de comer, pero la tentación me vence.

De pronto suena el “skype” en el ordenador. Videoconferencia de Tomás desde su habitación, que está a seis metros. ¿Estamos todos locos? Probablemente. Me dice que tiene problemas, que no le funciona la cámara: el enemigo ha sembrado cizaña en su portátil y la ha desconfigurado.

Arreglamos el entuerto y me dispongo a almorzar. Antes abro una carta con los recordatorios de la 1ª comunión de mi amigo José María, el hijo mayor de Benita. El chaval está guapísimo y la mar de serio.

Me llama Matías desde la clínica donde está ingresado. Le digo que iré a verle si puedo, y pienso que tendré que poder. Y he podido. No se llama Matías, pero os pido que recéis para que se cure del todo y en todos los sentidos.

David me ha dejado un críptico mensaje en el móvil: “pon vino”.

—¿Dónde, cuándo, cómo lo pongo?

Le llamo y no contesta.

A las 18,30 llego a la calle Velázquez. Debo subir al 4º piso, pero el ascensor está averiado desde hace 6 días. Me lo tomo con calma: peldaño a peldaño, trato de subir despacio para no sofocarme en exceso. De pronto oigo que me siguen unos pasos femeninos que llevan un ritmo bastante más rápido. ¿Qué hago? ¿Soportaré la humillación de comprobar cómo me adelanta una señora de edad provecta? Recurro a un truco vergonzoso: me detengo, saco el teléfono móvil y finjo que hago una llamada importante. Mientras converso con mi interlocutor imaginario, me da alcance una cincuentona de aspecto casi atlético.

—Buenas tardes, padre…

—…tardes.

El resto del día transcurre como siempre, dentro de un confesonario. A las diez de la noche, ya en casa, especulamos sobre el partido del próximo miércoles. Kloster asegura que el Barça ganará sin despeinarse.

Mañana, romería en Molinoviejo. Esta oropéndola me está esperando.





lunes, 25 de mayo de 2009

Los lunes, publicidad

Otro anuncio genial. Algunas cosas perduran intactas aunque pasen los años y los siglos.



El anuncio anterior, como la mayoría de los mejores, no necesita palabras; sirve para cualquier país. No le ocurre lo mismo a éste, pelín hortera, que pretende hacer de su eslogan la canción del próximo verano. Lo pongo aquí porque, en el fondo, tiene gracia.




En medio folio


Estamos donde estábamos. Este artículo tiene más de veinte años, pero sigue siendo de "palpitante actualidad"



Era verano. Hacía mucho calor, y yo salía de unos grandes y refrigerados almacenes. De pronto, sin previo aviso, una voz me gritó al oído:

—Padre, ¿qué opina usted de la eutanasia?

Un centímetro al sur de mi nariz brotó un micrófono redondo y amarillo como un helado de limón. No le di un lametazo porque también había una cámara de televisión.

—¿Tienes un vaso de agua?, respondí al fin.

—¿Cómo?

—…¿y una mesa?

El intrépido reportero parecía perplejo.

—Es que —continué—, para hablar de la eutanasia, necesito todo eso y al menos media hora. ¿Lo tenemos?

—Ya. ¿Y en dos palabras, no podría…?

—No. En dos palabras, lo más seguro es que sólo diga dos tonterías.

Es cierto; no estuve demasiado fino. Sírvame de descargo lo mucho que afectan a mis meninges los calores de Madrid. Pero, pensándolo bien, ¿qué otra cosa habría podido responder?

Yo creo entender a los informadores de todos los medios (¿cómo no, si, en el fondo, estoy en el oficio?), y me hago cargo de que, en esta profesión, la brevedad lo es todo. Pero a veces exageramos.

Un famoso periodista entrevistaba a un insigne oncólogo:

—En un minuto, doctor…, ya sabe que en la radio el tiempo es sagrado: ¿qué avances se han producido en la investigación sobre el cáncer en estos últimos años?

Ignoro la cara que puso el interpelado. Pero le sobraron 58 segundos:

—Algo hemos hecho…, contestó.

El problema no radica en que tengamos prisa, sino en que hemos perdido capacidad de atención. Dicen los psicólogos que el personal no aguanta más de diez minutos a la escucha sin desfallecer, y que, en letra impresa, pasarse de medio folio es perder un 80% de lectores. (Si la teoría es cierta, únicamente mi madre y mi sobrino Jon han llegado hasta esta línea).

Claro que no todo es negativo: Así, por ejemplo, aumenta nuestra resistencia frente a la televisión. Un ama de casa europea aguanta sin pestañear entre treinta y cuarenta spots de detergentes biodegradables, con tal de que se los sirvan antes del programa adecuado.

En cualquier caso, se diría que vamos hacia una cultura en comprimidos, hecha de titulares, de slogans y frases brillantes. Y es que parece imperar la tesis de que una afirmación es tanto más verdadera cuanto más breve. Todo lo que supere el medio folio es falso o, al menos, merecería serlo.

Resulta dramático comprobar hasta qué punto ha calado esta idea. Dar muchas explicaciones equivale a no tener razón. Lo simple suele identificarse, sin más, con lo verdadero. Naturalmente las consecuencias son dramáticas, porque existen verdades muy importantes para la vida del hombre que no es posible exponer en dos palabras.

Ignoro si la prensa es causa o víctima de tan singular epidemia. Pero la mayor parte de las falsedades que cuentan los medios de comunicación tienen su origen en esta necesidad de abreviar. Veamos un ejemplo:

El Papa elabora un documento de 200 páginas (*) fruto del trabajo de docenas de expertos que han dedicado años al asunto. Se redacta en quince idiomas tratando de matizar hasta el último adjetivo. Se traduce al latín, que, por ser una lengua muerta, es el congelador donde las palabras conservan el mismo significado por los siglos de los siglos. Por último, un docto eclesiástico lo presenta a los medios.

A partir de ese instante el texto empieza a ser desintegrado por las agencias, emisoras y periódicos. En pocas horas queda reducido a diez líneas y a un titular, que, en el mejor de los casos, será pobre e inexacto, y en el peor, completamente falso e incluso sesgado.

Esa frase-resumen se convierte, sin remedio, en punto de referencia único y obligado de cientos de diarios, de debates televisivos, de comentarios radiofónicos, etc. Ya casi nadie se referirá al documento original, que muy pocos habrán leído. Pero las seis u ocho palabras, que presuntamente lo sintetizan, irán de columnista en columnista y de tertulia en tertulia. Habrá incluso quien se atreva a pontificar sobre todo el Magisterio de la Iglesia con el único apoyo de un titular estúpido.

—Chica, a mi este Papa me parece la mar de conservador. ¿Has visto lo que dice sobre las mujeres?

—No. ¿Qué dice?

—Ay, hija, ya ni me acuerdo. Lo he oído en algún sitio. Pero es que la Iglesia está superpasada, ¿no crees?

El diálogo me trajo a la cabeza un viejo chiste de mi tierra; la historia de un aldeano taciturno que vuelve de Misa más tarde de lo habitual. El párroco ha pronunciado un sermón de dos horas.

—¿Y de que ha hablado?, le preguntan en el bar.

—Del pecado.

—¿En dos horas? ¿Y qué ha dicho pues?

—Que no es partidario.

Magnífico titular.

(*) Acababa de promulgarse la Carta Apostólica "Mulieris dignitatem", uno de los grandes documentos del pontificado de Juan Pablo II.

domingo, 24 de mayo de 2009

Eficacia policial


El prof. Ortigosa me envía este relato. Ignoro si es él el protagonista.


Yo tengo un sueño muy ligero, y una de esas noches noté que alguien caminaba sigilosamente por el jardín de mi casa. Me levanté en silencio y desde la ventana del baño logré ver una silueta que entraba en el jardín y se acercaba a la casa.

Como mi casa tiene en las ventanas y cierres internos en las puertas, no me preocupé demasiado, pero tampoco iba limitarme a contemplar al ladrón, así que llamé bajito a la policía, informé la situación y les di mi dirección. Me preguntaron si el ladrón estaba armado o si ya estaba dentro de la casa. Aclaré que no y me explicaron que no había ningún agente cerca para ayudar, pero que mandarían a alguien en cuanto les fuese posible.

Un minuto después telefoneé nuevamente y dije con voz serena:

—Hola, hace un rato llamé porque había alguien en mi jardín. Pueden estar tranquilos. Ya maté al ladrón con un disparo de escopeta calibre 12, que tengo guardada para estas situaciones. ¡La verdad es que el tiro le hizo un desastre al tipo!

Tres minutos, había en mi calle 5 coches de policía, un helicóptero, una unidad de rescate, un equipo de TV, y una asociación pro derechos humanos, que no se perderían esto por nada del mundo. Entre todos agarraron al ladrón in fraganti ante su asombro. Tal vez él pensase que era la casa del jefe de policía.

En medio del tumulto, un comisario se aproximó y me dijo:

—Creí que había dicho que había matado al ladrón.

Yo contesté:
—Creí que me habían dicho que no había nadie disponible.

sábado, 23 de mayo de 2009

5ª Ley de Kloster



Ha venido al Soto mi colega y tocayo Enrique. Estamos los dos solos y hemos desayunado juntos.

La administración de la casa nos trata mejor de lo que nos merecemos: cafe con leche, mermelada, mantequilla, aceite de oliva virgen, zumo de naranja..., y 3 bollos recién hechos, ni muy grandes ni muy pequeños.

La "5ª ley de Kloster sobre desayunos en pareja" se cumple inexorablemente. De los 3 bollos ha sobrado uno. Eso significa que somos gente de bien. En cambio, si hubiese habido 4 bollos, no habría sobrado ninguno. Estaban deliciosos.

Otro día contaré la 2ª ley de Kloster sobre el consumo de cacahuetes en la sobremesa.


El solista


Tenía ganas de venir a “El Soto” antes de que se me escapara la primavera, y aquí estoy, en plena Sierra, a solas con centenares de pájaros que entran y salen del pequeño jardín en el que me refugio. También predico un retiro a mujeres, pero es sólo la excusa para escaparme de Madrid. Como además tengo que escribir diez o doce folios, está plenamente justificada mi huida.

La noche del jueves comenzó lírica y terminó épica. Resulta que a dos metros de mi habitación se puso a cantar un ruiseñor. Yo me sentí la mar de contento: abrí la ventana de par en par y me dispuse a dormir arrullado por la nana pajaril.

Los ruiseñores europeos son pájaros tímidos y escondidizos, poco amigos de dar la cara. Anidan en zonas húmedas, entre zarzas o setos, casi a la altura del suelo, y aunque su aspecto es vulgar, cantan mejor que ninguna otra ave, con una voz poderosa que se oye a gran distancia y con cierta capacidad de improvisación que los distingue.

Los ruiseñores nunca cantan en coro. Son los mejores solistas, los auténticos divos de la avifauna. Por eso y, para que todo el mundo los oiga, se han reservado las noches de mayo.

Como digo, yo estaba contento y, mientras esperaba que me llegase el sueño, me puse a pensar dónde tendría su nido el bendito ruiseñor. Media hora después el pájaro seguía cantando. Me dije que debería darle un nombre, y lo bauticé mentalmente como Luciano, como homenaje a Pavarotti.

A las 12, 30 el ruiseñor estaba en plena aria, y yo despierto como una lechuza. A la 1,15, un pequeño mochuelo, comenzó su rítmico reclamo: una nota aguda cada cinco segundos. La noche estaba estrellada y yo negro pensando que tenía que predicar por la mañana a primera hora.

A las 3 de la madrugada entré en un agitado duermevela. Soñé que estrangulaba a un ruiseñor gigante y me lo comía en escabeche mientras él cantaba y cantaba.

El despertador sonó a las 6 y media. Comenzaba a clarear y a mí me dolía el cuello (el mío, no el del ruiseñor). En el jardín aparecieron las primeras tórtolas, los rabilargos, y docenas de pájaros de todas las especies. Cuando la oropéndola emitió su inconfundible maullido, Luciano dio por terminado el concierto y no volvió a abrir el pico en todo el día.

Esta mañana he descubierto el nido. Lo he enfocado con los prismáticos pero no me he acercado mucho: la “ruiseñora” está en plena incubación y hay que respetarla.

De todas formas, querido Luciano, sé dónde vives. Así que tú verás cómo te portas esta noche.

viernes, 22 de mayo de 2009

La izquierda y sus demonios


Leído ayer en paginasdigital.es. El artículo es de José Luis Restán



En
el penoso vídeo de campaña que el PSOE ha sacado a pasear para las elecciones europeas no podía faltar, entre otros grotescos personajes, un sacerdote que afirma tajante que "en Europa sólo hay sitio para una religión". Sería interesante, aunque probablemente inútil, remitir a los autores del vídeo la tesis que expuso hace pocos meses en Madrid el pensador francés Rémi Brague, según el cual nuestra democracia hunde sus raíces en la experiencia de los monasterios más que en la de la polis griega, y nuestra laicidad se asienta sobre la lucha de los papas medievales contra la pretensión absolutista del Imperio. Menuda sorpresa para estos demócratas de opereta.

La Europa social y de los derechos, que tan frívolamente invocan los socialistas como una finca de su propiedad, sería impensable sin la lenta y paciente siembra de la mentalidad cristiana. Ha sido el cristianismo, con su originalísima concepción de la razón y de la libertad, con su defensa absoluta de la dignidad sagrada de cada ser humano, el que ha sentado las bases de una convivencia en la que cada grupo y comunidad puede desarrollarse conforme a su propia identidad, en un clima de respeto y diálogo. Por eso es estúpido, además de malvado, construir una imagen de la presencia cristiana en Europa que equivale a cerrazón, oscurantismo y rechazo del otro.

La fe cristiana que representa el sacerdote del vídeo ha custodiado la cultura clásica en los monasterios, ha creado las universidades, ha defendido el valor del trabajo, ha levantado hospitales y ha inspirado el derecho internacional. Hoy mismo, en esta Europa secularizada, las comunidades cristianas tejen la red más efectiva de solidaridad con los excluidos, los inmigrantes y las víctimas de la crisis. Y acabamos de contemplar cómo un hombre cristiano, Benedicto XVI, un testigo de la fe y de la razón que han amasado la civilización europea, ha sido capaz de construir puentes y derribar muros en medio de una situación emponzoñada por el odio y la discordia. Y ha podido hacerlo precisamente porque está enraizado en la experiencia del cristianismo que abre la razón y permite abrazar cuanto de bueno y de verdadero hay en todas las culturas. Su presencia y su mensaje en Tierra Santa son la respuesta más contundente a la caricatura perversa de los diseñadores de la campaña socialista.

Para acoger al otro y para entrar en un diálogo verdadero con él es preciso poseer un rostro, estar radicado en un lugar desde el que abrazar al mundo. Frente a la vacua y contradictoria Alianza de Civilizaciones que propugna Zapatero (con guiños torpes al islam mientras trata de desalojar todo rastro cristiano del ámbito público) el Papa acaba de realizar un verdadero diálogo de civilizaciones, ha sentado las bases para una convivencia que no implica la disolución de sus protagonistas, ha dado una auténtica lección de laicidad. Más aún, ha mostrado que la verdadera laicidad es imposible sin la apertura a la dimensión religiosa del hombre, a la pregunta por el significado de la vida y su destino. Es lo que representan las escuelas católicas en Tierra Santa, donde comparten banco jóvenes cristianos y musulmanes, un ejemplo vivo de la capacidad de acogida y de diálogo innata en la experiencia cristiana.

Muy atrás ha quedado aquella época en que socialdemócratas y democristianos amasaban juntos (también con la aportación de liberales y conservadores) el edificio de la nueva Europa, tras las ruinas de la Segunda Guerra Mundial. El humus espiritual y cultural que compartían ha saltado hecho añicos tras la revolución del 68, y ahora afrontamos un escenario hosco y lleno de inquietantes preguntas para el futuro. Un futuro que dependerá en buena parte de que surja una nueva izquierda capaz de superar sus demonios familiares, y de que exista un sujeto cristiano capaz de hacerse presente con esa capacidad de propuesta y de construcción que hemos visto días pasados en Tierra Santa.

jueves, 21 de mayo de 2009

La pandemia



Olvidaos de la gripe porcina. La pandemia más peligrosa de todas, la que puede acabar definitivamente con esta roca azul que flota en el espacio, ya está aquí y, por desgracia, para este mal no tenemos vacuna.
Hablo de lo que el Dr. Kloster denomina “SCP” (Síndrome de Canguelo Planetario), un padecimiento contagioso, progresivo e incurable cuyo origen se remonta al comienzo del siglo XX, pero que en los últimos años ha progresado hasta alcanzar niveles muy peligrosos.

Quizá tuvo la culpa Orson Wells con aquel famoso programa radiofónico de 1938 en el que anunció un ataque de Marte a la tierra. La presunta invasión extraterrestre provocó ataques de pánico y suicidios por doquier. Y es que el insensato de Wells no inventó una catástrofe local o nacional, sino mundial. Aquel día un escalofrío cósmico estremeció la piel de nuestro planeta y la Tierra entera empezó a ser consciente de que el fin anunciado en la Biblia podía estar a la vuelta de la esquina. Hasta entonces habíamos padecido epidemias varias, pestes misteriosas y letales, pero como el campesino de Albacete no tenía ni idea de lo que ocurría en Guadalajara o en Sidney, moría tan ricamente sin contagiar su canguelo a los demás.

La globalización del miedo ha cambiado radicalmente las cosas. Los medios de comunicación saben que nos encantan las catástrofes planetarias, que necesitamos alimentar nuestra hipocondría con periódicas informaciones de carácter científico más o menos reales que llenen las portadas de los periódicos y los programas de televisión. Así llegó la fiebre del cambio climático, la capa de ozono, el pollo belga, el pescado japonés, las vacas locas, la gripe aviar, la gripe porcina. Y mañana surgirá el meteorito fantasma, la vuelta de los dinosaurios, las abejas radioactivas… Lo importante es que la fiesta no decaiga y que sigan forrándose los más avispados.

Leo hoy en la prensa que las mascarillas contra la gripe triunfan en la feria internacional de Cantón. Para que luego me hablen de las supersticiones medievales, del horror a los castigos divinos y de las procesiones de penitentes flagelándose por las calles.

Tengo para mí que nunca como ahora ha habido tanto miedo a la muerte, al dolor, a la enfermedad, a la pobreza.

Ha llegado el momento de invertir en ansiolíticos. Es el negocio del futuro.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Los malos deseos


Me encuentro por la calle con un viejo amigo al que veo, como mucho, cada cuatro o cinco años. He tardado en reconocerlo. Tiene todo el pelo blanco y su cutis está pidiendo a gritos unas inyecciones de botox. Nos damos un abrazo, le pregunto cómo está y responde:

-De pena. Tengo unos deseos malísimos. Me gustaría torturar a mi cuñada que es una bruja; disparar a los que aparcan en doble fila y no me dejan sacar el coche; dar una pócima venenosa a la ministra de igual da y encima estoy deseando que gane el Manchester la Copa de Europa.

Quedamos en charlar despacio sobre sus "malos" deseos, no sin antes matizar que yo también dispararía sobre los que aparcan en doble fila.

-Claro que lo del Manchester está francamente mal...

Las frases del día.

He aquí un ser vivo, pero no humano.

Me despierto, voy a la prensa y leo en todas las portadas: "es un ser vivo, pero no humano". Lo ha dicho la ministra de igual da, pero no estoy seguro de qué hablaba: ¿de sí misma? Como autorretrato me parece un poco fuerte.

"los padres no deben interferir en la decisión de las hijas". (Sutor (*) dixit) Interferir. Magnífica palabra: la educación es una interferencia ilegítima cuando la ejercen los padres. En cambio el gobierno no interfiere, sino que libera, amamanta, cría y forma serers vivos con la esperanza de que no le salgan muy humanos.

No sé que hacer. ¿Vuelvo a la cama, a ver si me despierto más tarde y descubro que todo ha sido una pesadilla?

(*) Sutor en latín significa zapatero.


martes, 19 de mayo de 2009

Un pensador de 16 años



Tiene 16 años y ya es todo un intelectual incomprendido. Pequeñajo y charlatán, se ve a sí mismo como un pensador progre y tiene mil de teorías que modifica sobre la marcha según sople el viento. Dice que quiere ser periodista “de un periódico de izquierdas”, porque la derecha le da asco, y líder de audiencia en un informativo de televisión. Lo malo es que, con tanto soñar, no tiene tiempo para el estudio. Yo le ataco sin piedad, pero vuelve una y otra vez a la capellanía quizá para que no le vean deambular por los pasillos mientras los demás están en clase. Generalmente cuando llama a la puerta actúa si en realidad se hubiese equivocado, pero acaba por sentarse frente a mí para charlar de todo lo divino y humano.

Hoy entra como un tornado: sin llamar y derribando una silla. Me mira y dice:

—¿Ah, estás tú? ¿Y el otro padre?

—Hoy no viene. ¿Quieres que le diga algo?

—Bueno, es que un día me dejó hablar por teléfono desde aquí.

—¿No tienes móvil?

—Sí pero nos han dejado sin cobertura. Como hay exámenes...

—¿A quién quieres llamar?

—Bueno, es igual; a nadie.

De pie, frente a mi mesa, enreda entre los libros y descubre uno de los míos.

—Joé, ¡qué fuerte! ¿Lo has escrito tú?

—¡Anda!, es verdad —le contesto en el mismo tono— Pues va a ser que sí.

—No te cachondees, que hablo en serio. Oye, ¿y te han dado algún premio? A que los premios son todo mentira. Mi padre dice que los ganan siempre los que están con el gobierno…

—No lo sé, a mí me dieron uno en Italia hace ocho o nueve años y te aseguro que no estaba en el gobierno.

—¿Has ganado un premio? ¡Qué guay! Como Boris Eizaguirre (*)…

Me sobreviene un ataque de melancolía y echo a mi amigo del despacho.

—Ya sé que te caigo mal —me dice—; pero tampoco es para ponerse así…


(*) Ahora tendría que explicar quién es Boris Eizaguirre, pero que lo diga algún comentarista. A mí, francamente, me da muchísima pereza.




lunes, 18 de mayo de 2009

Jerga pedagógica para no iniciados

Este diccionario de términos pedagógicos fue remitido al Prof. Ortigosa por sus alumnos de Pedagogía. Ni el citado profesor ni yo mismo nos hacemos responsables de su contenido. En opinión del Dr. Kloster faltan algunos vocablos, que deberían ser sugeridos por los amables lectores del blog.



Ante la complejidad que ha adquirido el vocabulario en el ámbito de la enseñanza desde la llegada de la LOGSE, LOCE, LOE y demás idiotec... planes de estudios, le remito un diccionario de ayuda para entender el significado de algunos términos importantes:

ADAPTACIÓN CURRICULAR: Dar libros de primaria a los alumnos de secundaria.

ADAPTACIÓN CURRICULAR INDIVIDUALIZADA: Dar libros de primaria a alumnos de secundaria (pero uno diferente a cada alumno).

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD: Dedicar más tiempo a los que no sirven para estudiar que a los que sí que sirven.

EVALUACIÓN INICIAL: Test que se hace al principio del curso que sirve para que el profesor constate que los alumnos no saben nada.

COMPETENCIAS BÁSICAS: Saber hacer la O con un canuto.

CRÉDITO VARIABLE: Asignatura "maría"

CURRÍCULUM: Programa, plan de estudios, pero en latín que queda mejor.

NIVEL EDUCATIVO: Curso.

UNIDAD DIDÁCTICA: Lección, tema.

ACTIVIDAD DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Ejercicio.

DIVERSIDAD: Alumnos que van justitos o directamente gandules. A veces también se incluyen pre-delincuentes.

EJES TRANSVERSALES: Intentar que los alumnos no se droguen, no atropellen abuelas con la moto y no tengan relaciones sexuales sin condón.

ESCUELA INCLUSIVA: Poner las manzanas sanas y las podridas en el mismo saco. La finalidad es que las podridas se vuelvan sanas, pero el resultado acaba siendo que muchas buenas se vuelven podridas.

ESTABLECER UNA RELACIÓN DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Dar clase.

GRADUADO EN EDUCACIÓN SECUNDARIA: Papel en DIN A-3 que puede servir para decorar.

MEDIACIÓN: Intentar que un alumno le devuelva a otro el MP3 que le ha mangado.

CONSTRUCTIVISMO: Secta fanática y peligrosa (como se ha demostrado) que afirma que los chavales aprenden las cosas por ellos mismos.

PEDAGOGÍA: Brujería disfrazada de medicina. Pseudociencia tan ignorante que ignora su propia ignorancia.

POLIVALENCIA CURRICULAR: Fenómeno que se da cuando un profesor de ciencias da clases de sociales.

PONER A LOS ALUMNOS EN SITUACIÓN DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Hacer que se sienten y que se callen.

3º DE ESO: 1º de BUP pero mucho más fácil.

1º DE CARRERA: 3º de BUP i COU en un solo año. Se hace en la Universidad.

PROGRAMA DE GARANTÍA SOCIAL: Refugium pecatorum (refugio de los pecadores). Lugar para adolescentes en edad laboral.

PRÁCTICA REFLEXIVA: Preparar las clases antes de darlas.

PROYECTO CURRICULAR: Armario muy grande y con muchos papeles que se abre una vez al año cuando viene el inspector.

RELACIONES POSITIVAS EN EL AULA: Contar hasta 10 y respirar hondo para reprimir las ganas de insultar o pegar a un alumno.

SALUD Y BIENESTAR DEL PROFESORADO: No acabar encerrado en un manicomio y prescindir de los servicios del foniatra.

NUEVAS TECNOLOGÍAS: Informática.

TIC: Informática (cuando ya te has cansado de decir "nuevas tecnología

Los lunes, publicidad

Coches... Los fabricantes de coches ya no saben qué hacer para tentarnos.


Casi todas las marcas de automóviles han recurrido a la "evolución" de la especie para anunciar el último modelo. Recuerdo ahora a Mercedes, Ferrari, Volkswagen. Como veis, también nuestro Seat ha tenido un pasado.

domingo, 17 de mayo de 2009

El día después


(Cuento para mayores, sin receta)

Catalina está un poco embarazada, casi nada en realidad. Su embarazo es tan pequeñito que casi no es embarazo. Es un embarazo a lápiz, en papel borrador, que se va como ha venido. Además tampoco lo sabe seguro, porque la cosa fue ayer mismo.

Catalina tiene 15 años y va a la farmacia con frecuencia. Antes compraba regaliz y clerasil para los granos. Hoy comprará un antiácido, que no necesita receta, porque la lógica ansiedad del evento le ha generado un poquito de hiperclorhidria, y pedirá también un antibiótico para el flemón. El flemón es casi tan pequeño como su embarazo, pero para ése sí que lleva una receta que le dio el dentista.

Luego pedirá la píldora “porsiacaso” —así la llama su amiga Loli—, que vale 20 euros (Loli no, la píldora). Loli vale mucho más, porque su padre tiene pasta por un tubo y ha comprado varias píldoras (su padre no, Loli) para no tener que ir a la farmacia después de estar con Manolo. Catalina supone que “porsiacaso” no es el nombre auténtico del medicamento, pero Nieves, que es una farmacéutica superguay, se lo aclarará.

Catalina está nerviosa pero contenta. Gracias a la nueva píldora será más libre cuando esté con su primo Borja. Además le han explicado en el cole que mientras el embrión no anide te lo puedes quitar, porque es como si no existiera. Y la anidación sólo ocurre unos días más tarde.

Cuando la profe lo dijo en clase, Richi, que es un bocazas medio tonto, contestó: “Eso es como decir que hasta que el niño no esté en la cuna no es niño y te lo puedes cepillar”. Catalina se mosqueó y dijo que “no es lo mismo Richi, qué bruto eres”; pero todos se rieron porque ya sabían lo de ella y Borja.

Catalina llega a la farmacia, pero como hay una vieja (lo menos tiene 40 años) comprando, pide primero el almax para la acidez y el augmentine que le ha recetado el dentista. La farmacéutica se lo trae todo y le pregunta: “¿quieres algo más, guapa?”.

Como la vieja no se acaba de ir, Catalina aprovecha para pesarse y comprobar que los tres helados que se tomó con los coleguis le han engordado casi medio kilo. Se va la vieja, y entonces dice: “ah, se me olvidaba. También quiero…, la píldora esa… pa después, ¿mentiendes…?

Nieves la mira de arriba a abajo y le pregunta si es para después de comer o para después de ponerse ciega de cocacola con güisqui. Catalina se mosquea y le dice que ya sabe ella de qué está hablando y que tiene derecho a la píldora comosellame. Entonces Nieves le responde que en su farmacia no se despachan abortivos aunque venga la ministra con una pistola; que a lo hecho pecho, y que se lo piensa decir a su padre (al de Nieves no, al de Catalina) para que se entere de lo que hace la niña.

Catalina se marcha con un mosqueo considerable y va en busca de otra farmacia alejada de su casa donde no la conozcan. Al fin la encuentra y le dan la famosa píldora. ¿Sólo una?, pregunta la niña. El boticario se le ríe a la cara y le dice que para qué quiere más. “¿Es que te dedicas a eso? ¿Eres una profesional?”

Catalina se ha tomado la píldora con un vaso de Coca-cola light. Ella habría preferido una copa de Baylis, que es dulce como un caramelo y, con un poco de hielo, te pones la mar de contenta, pero es que el alcohol no se lo venden ni con receta.

Por la noche piensa que ya puede estar tranquila; que la cosa no ha tenido importancia, porque además lo más probable es que no estuviera embarazada. Y si lo estaba era un embarazo muy pequeñito, y el embrión no había tenido tiempo de anidar. O sea que Nieves es una exagerada, pero no le dirá nada a papá. Y si se lo dice, que se lo diga. Porque ella tiene sus derechos, que se lo ha oído a una ministra muy mona que hay ahora.

Catalina se mete en la cama. Siempre ha rezado tres avemarías, pero hoy le da cosa y no reza nada.

Apaga la luz y se pone a llorar como cuando era muy pequeña y no podía dormir sola.


sábado, 16 de mayo de 2009

Me equivoqué


Pensé sinceramente que el gobierno no pretendía eso. ¡Como va autorizar a las niñas de 16 años a que aborten por libre, sin permiso paterno! Creí que era una trampa, un truco para que las protestas pro-vida se centrasen en esta barbaridad y así poder colar con vaselina el resto de la ley.

Lo escribí aquí, y me equivoqué. Ahora resulta que van en serio. También las niñas, como 007, tendrán licencia para matar y podrán participar en la carnicería. La deshumanización continúa sin freno. El paganismo es implacable.

Bernardo, comentando el artículo de Enrique G-M que publiqué anteayer, escribe que este asunto tremendo le tiene muy desasosegado.

El horror que siente Bernardo deberíamos sufrirlo todos. Y luchar. Ojalá no nos atrofien la sensibilidad. Ojalá no caigamos nunca en la tentación de ser "moderados" a la hora de defender la vida humana.

Seguiremos hablando y gritando. Claro que sí.

viernes, 15 de mayo de 2009

El Papa



Tiene ochenta y dos años. Hace sólo cuatro pensó que le había llegado la hora de regresar a su tierra: una vida larga como la suya, de trabajo intenso y fecundo, merecía un retiro confortable. Sin embargo le pidieron que se encerrase hasta el día de su muerte en aquel vistoso e incómodo apartamento de la Plaza de San Pedro, y él obedeció.

Siempre amó el arte y en particular la música. Le gustaba descansar de sus jornadas de estudio tocando el piano al anochecer. Sin embargo, desde aquel día, ha debido emplear todo su tiempo y sus energías en escuchar, predicar, escribir y tomar decisiones para el buen gobierno de la Iglesia. Sigue siendo un maestro, pero su Magisterio ahora se escribe con mayúscula porque ya no es sólo suyo: es la voz de Pedro.

Cambió de nombre, de vestido, de rutinas. Mientras se enfundaba por primera vez la sotana blanca, quizá pensó en las mil pequeñas renuncias que, al final, suelen ser las más difíciles de asumir: pasear por la calle, contemplar a los niños en el parque, ver escaparates, tomar el autobús, sentarse en una sala de espera, reírse con los amigos, comprarse un capricho en el mercado, curiosear en una librería, tomar café en la terraza del bar...

Él ha recordado muchas veces las palabras que Jesús dirigió a San Pedro: “cuando eras joven, te ceñías tú mismo e ibas a donde querías; pero cuando envejezcas extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Y ha renunciado, por amor y obediencia, a ese mínimo espacio de autonomía personal que todos reivindicamos como expresión de la propia dignidad.

Nada más ser elegido, recorrió a pie unos pocos metros para recuperar de su viejo apartamento algunos libros y, quizá, otros enseres personales. Aquel paseo, tan corriente, fue la noticia del día: ¡el Papa camina por la plaza de San Pedro! Poco después, en una reunión de obispos, se le escapó a micrófono abierto que tenía cita con el dentista. Y de nuevo, los titulares: ¡el Papa va al dentista!

Es un anciano callado y discreto. Dijeron incluso que tímido; pero está en un escaparate permanente. Sabe que muchos juzgan con severidad sus palabras y sus silencios, que no puede siquiera bostezar o estornudar con demasiado ímpetu; que le insultan sus enemigos y no siempre le defienden sus presuntos amigos. Un antiguo fraile escribió que era ambicioso, que, por encima de todo, amaba el poder y la gloria; que quería ser Papa a toda costa.

¡Es tan fácil insultarle! Él no se querella ni denuncia a los que lo calumnian. Ni siquiera tiene derecho a responder con la misma moneda. Un Papa no puede recurrir a la ironía o al sarcasmo para ridiculizar a sus adversarios o burlarse de su estupidez, tan evidente muchas veces. Lo suyo es callar y sonreír, sonreír siempre. Y para que esa sonrisa sea sincera, ha aprendido a comprender, a disculpar, a perdonar, a olvidar los agravios. Esto no le costó mucho: Dios, nuestro Señor, le había dilatado ya el corazón cuando asumió el Sumo Pontificado. Desde la cruz es fácil abrazar, como Cristo, con los brazos extendidos, a toda la humanidad.

Es uno de los intelectuales más sólidos y brillantes de esta vieja Europa en la que ser intelectual no significa casi nada; pero, desde el primer día, han tratado de ridiculizar su pensamiento a base de etiquetas simplonas. Y lo han comparado con Juan Pablo II. Aquél sí que era bueno. Para el laicismo, el mejor Papa siempre es el anterior, el muerto.

Hoy regresa de Tierra Santa. En Jordania e Israel ha recibido el afecto de millares de personas. El viaje —leo— “ha sido todo un éxito desde el punto de vista diplomático”. Sin embargo, no han faltado los odios enquistados, las críticas miserables de los que pretenden hacerle cómplice de sus bajezas.

Este anciano de 82 años ha desplegado una actividad agotadora. Ha hablado con ricos y pobres, con hebreos, cristianos y musulmanes. Y su Magisterio ha sido admirable.

Jesús, antes de padecer advirtió a Simón Pedro:

—“Satanás os ha reclamado para cribaros como el trigo; pero yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Tú, cuando te conviertas, confirma a tus hermanos”.

jueves, 14 de mayo de 2009

Danzad, danzad, Malditos

Otro artículo genial de Enrique García-Máiquez,
publicado ayer el el Diario de Sevilla



Casi turba tanto interés del Gobierno por que todos tengamos una vida sexual vibrante, sobre todo los más jóvenes. En sus desvelos, después de recomendar rollos sin bombo, molones mogollón, raca-raca y tralará, se dispone a dispensar en las farmacias, sin receta médica y a menores de edad, la pastilla del día después. Toma.

Habrá quien vea en tanto sexo, píldoras & rock & roll (& hip & hop) una maniobra de fino maquiavelismo político. Que no paremos, para que no nos paremos a pensar en el paro. Ni en el desmoronamiento del sistema educativo, del sistema financiero, del sistema de las pensiones, del sistema autonómico… Pero me cuesta creer en conjuras y además, para que no pensemos, ya está la tele, el profiláctico catódico del análisis crítico.

En realidad, el Gobierno y la progresía en general siguen su inercia. La píldora está en el origen de sus concepciones ideológicas. El 68 no cambió las estructuras económicas ni los mecanismos del poder. Lo único revolucionario fue la liberación sexual; y, sin embargo, aquello, de lo que tan satisfechos están, abrió la caja de Pandora del viento que nos arrastra. Para evitar embarazos se acudió al condón, que, a pesar de la indiscutible fama de la que goza, no funciona del todo, según se ve. Se recurrió a la píldora, que tampoco fue definitiva. Y luego al aborto, que se ha ido convirtiendo en un método anticonceptivo más, para lo que se saca a la carrera la nueva ley. Pero como la cifra de abortos es escandalosa, y lo será aún más, el Gobierno se agarra ahora a la pastilla post-coital, cuyas víctimas no se contabilizan, para salvar la cara.

Sólo esta precipitación encadenada (legislad, legislad, malditos) puede explicar tanto disparate. Tras permitir abortar sin permiso paterno a niñas de 16 años, se van a dispensar sin control médico y también a menores, unas pastillas que, aunque muy al principio, son abortivas, y que naturalmente tienen efectos adversos muy frecuentes. Pasma, por otra parte, que la más alta autoridad sanitaria de España haga un alegato a favor de la automedicación.

Todo, antes que atreverse con el tabú. Jamás aconsejarán a las niñas y a los niños que disfruten de su infancia y de su adolescencia sin precipitarse al sexo, que ya tendrán tiempo, si quieren. La presión tácita que el poder ejerce sobre ellos, combinada con otras, es tremenda. Estas medidas gubernamentales asumen que lo más normal (normal de norma legislativa, nada menos) es la iniciación sexual tempranísima. ¿Y las consecuencias? Ya haremos, se nos dice, lo que sea —literalmente, lo que sea— para solucionarlo. Vosotros, danzad, danzad, malditos.


Os lo dije...


Pese a las baladronadas de Kloster, el destino de la final estaba escrito en las estrellas. El león se muere. Ahora llega la gran depresión. Ya está naciendo una generación de poetas, músicos y escritores que cantará a las futuras generaciones la más gloriosa derrota jamás vivida.

Luego, habrá que disolver el Club para conservar el mito en la memoria de los vascos. Y nacerá un nuevo Athletic lleno de extranjeros para ganarlo todo.



miércoles, 13 de mayo de 2009

13 de mayo de 1939


Acababa de terminar la guerra civil y España entera se vistió de boda. Centenares de matrimonios aplazados por culpa de las armas, pudieron celebrarse al fin entre las ruinas de aquella primavera.

No estaba el país para grandes festejos, pero la alegría nunca fue tan sincera ni tan desbordante.

El 13 de mayo, hace 70 años se casó mi madre, esta chica tan guapa que veis aquí con un par de biznietos Hoy ofreceré la Santa Misa por ella y por sus intenciones; también por mi padre, que falleció hace 24 años.


Supermartes con esdrújulas



Los americanos tienen un “supermartes” cada cuatro años. Yo tengo uno a la semana, y, como suele ocurrirme, ayer lo terminé a duras penas.

A las 12,15 del mediodía salgo del confesonario y entro en el coche camino de la Clínica Anderson. Pongo la radio: “Debate sobre el estado de la nación”. Insultos, aplausos, frases huecas, esdrújulas, esdrújulas. Y más aplausos.

Al abandonar la clínica, entro de nuevo en el polo. Nada ha cambiado. Sigue el mismo orador inventando esdrújulas para arrancar aplausos. Camino de casa rezo el Rosario.

A las 2 vuelvo a salir para predicar un Retiro. La radio da resúmenes del discurso de la mañana. Me entretengo contando las palabras agudas que el insigne orador ha convertido en esdrújulas. Luego apago el aparato y trato de pensar en la primera meditación. Me prometo solemnemente no decir nunca “mÉditación”, con acento en la é.

Termina el retiro. Entro en el automóvil y otro orador de eses silbantes grita y grita entre los aplausos de los suyos. Éste no dice esdrújulas. Menos mal.

A las 6 de la tarde, de nuevo en el coche, empiezan los debates sobre las esdrújulas, quiero decir sobre la gresca parlamentaria. Y me viene a la cabeza el recuerdo una imagen de la Virgen: Nuestra Señora del silencio, patrona de los sordos, que tiene el dedo índice delante de los labios como invitándonos a callar. Hago el propósito, que no cumpliré, de regalar una estampa con esa imagen a cada uno de los parlamentarios; a los que alborotan y a los que sólo aplauden. Luego escribiré a esa Virgen un poema sencillito, sin esdrújulas ni nada; casi sin palabras, un poema que quepa en un beso para decirlo en voz tan baja, tan baja que sólo Ella lo pueda entender.

A las diez menos cuarto de la noche regreso a casa definitivamente. No se me ocurre poner la radio; prefiero oír en un disco unas sonatas de Mozart en las que los silencios son tan expresivos cómo los acordes del piano y el llanto azul del violín.

martes, 12 de mayo de 2009

Se acerca la gran final (II)



Querido amigo Guardiola:

Enhorabuena. El Barça ya lo ha conseguido todo: el próximo sábado se hará definitivamente con la liga, y a continuación aplastará sin piedad al Manchester United para conquistar la Champions League, o como quiera que se llame ahora la Copa de Europa.

Entre tanto deberéis jugar sólo un partidillo más, un encuentro sin importancia contra un adversario insignificante: el Athletic de Bilbao. Quizá hayas oído hablar de él. Es un pequeño club con historia, que viste de rojo y blanco. Será un choque irrelevante, cuyo resultado apenas os afectará en nada.

Espero, por tanto, admirado Guardiola, que no pretendáis ganar a toda costa como si os fuera la vida en el empeño. A ese chico…, ¿cómo se llama? Etó O, me parece, habría que decirle que no sea tan hambrón cara a la portería, que descanse un poco. Mejor aún, que no juegue y haga compañía a Iniesta, que está malito. A Messi no le digas nada; que siga caracoleando por el área jugando a ser Maradona. Ya le pondremos un defensa contundente.

Golear al Athletic, querido amigo, sería cómo pegar a un niño, y yo estoy seguro de que no lo haréis. Es más, hay un jugador alto y rubio, un tal Llorente (nada que ver con el del Villareal que os aguó la fiesta el domingo pasado) que está muy ilusionado con la posibilidad de marcaros un par de goles de cabeza. Lo hace muy bien, de verdad. Tú dile a Pujol que no sea bruto y le permita darse ese capricho.

Ya te habrás dado cuenta de que en Bilbao están muy felices con este choque. Todo el mundo cree que lo ganará el Athletic, hasta el punto de que han llenado de banderas los balcones y ventanas del Bocho y han preparado la gabarra para celebrar el evento. ¿Te imaginas lo que ocurriría si les dierais una paliza? La depresión nacional originada por la pérdida de las Colonias de Ultramar parecería una insignificancia en comparación con el hundimiento moral que causaríais a cientos de miles de bilbainos.

Te aseguro que a mí me importa poco. Imagínate, soy austrohúngaro de nacimiento; pero me da pena...

—¿Cómo dices? ¿…que saldréis a ganar como siempre; que la ética barcelonista…, etcétera, etcétera? ¿Pues sabes lo que te digo? Que os vais a enterar de lo que vale un peine.

Heinz Kloster


lunes, 11 de mayo de 2009

Los lunes, publicidad

El conocido poema "If", de Rudyard Kipling, sirve a Repsol para hacer este anuncio en el que las palabras pesan mucho más que las imágenes.

Juan Luis, que me lo envía, dice que el poema "debería ser conocido por todos los chavales de Secundaria". Tiene razón, y yo añado que también por sus padres. Ellos tienen la responsabilidad de educar a los chicos en los valores que se exaltan en este texto.

Sin embargo, a mi juicio, las imágenes distraen.



Y ahora otro anuncio de narices. Argentino, por supuesto.




domingo, 10 de mayo de 2009

Decir la verdad

He rescatado este diálogo de mi congelador. La conversación empezó así. Claro que duró mucho más. No nos hemos vuelto a ver, ¿Qué habrá sido de él..? ¿O fue ella?



—Yo no creo que la Iglesia católica sea la verdadera. En realidad, no sé por qué tendría que haber una iglesia verdadera. Tampoco creo en esos rollos de la confesión.

—Entonces, ¿a qué vienes?

—A decir la verdad de una vez. Después de veinte años mintiendo, necesito que alguien sepa la clase de persona que soy. Entiendo que es una especie de terapia. Pero no quiero consejos, por favor. No soporto que me aconsejen. Usted me escucha y ya está.

—¿Y por qué yo? ¿Qué tengo yo de especial?

Se rió:

—Que es gratis…


sábado, 9 de mayo de 2009

Los sábados, al cine. ¿Por qué no?

Como en este blog cabe casi todo, no tengo inconveniente en colocar hoy este fantástico vídeo que he encontrado en "sea positivo", el último blog que se ha incorporado a mi barrio. Me sorprendió al principio la nitidez de la imagen; luego, todo lo demás. Es una películilla romántica, a caballo entre Matrix y Love story con un gran guión y unos efectos especiales estupendos. Todo, en 9 minutos.

Hoy, sábado, tengo poco tiempo para el blog. Dentro de un rato, Retiro: otro retiro. Y van... Luego comeré con el doctor Monasterio y familia. Así que os dejo con estas imágenes. Vedlas "a toda pantalla". Valen la pena.


viernes, 8 de mayo de 2009

Alegría y buen humor

Jesús Azcárate Fajarnés, sacerdote del Opus Dei e incansable escritor de libros, folletos y homilías, acaba de sacar a la luz un librito con un título ambicioso: "Teología de la alegría y del buen humor" (*)

Es cierto que, ya en el prólogo, explica que no pretende escribir propiamente un tratado teológico, pero casi lo consigue a lo largo de 129 páginas.

Reconozco que he sentido un poco de envidia al leerlo: este libro tenía que haber sido mío. Lo he tenido en la cabeza durante años, pero nunca me decidí a redactarlo.

Me está bien empleado: se me ha adelantado Jesús y lo ha llenado de historias y anécdotas que hacen especialmente divertida la lectura. Es lógico: un libro sobre la alegría debe ser la mar de serio, sin dejar de ser siempre alegre.

(*) Azcárate ha editado el libro por su cuenta, sin recurrir a ninguna editorial. Se conoce que tenía prisa porque lo vieran sus amigos; pero, a mi juicio, la segunda edición, que saldrá muy pronto, deberá vestir una mejor librea.



La gran aventura de Elliot


Anabel
, antes de despegar camino de Israel para cubrir el viaje del Papa, me envía este vídeo y me advierte que tenga a mano un paquete de kleenex.


Se acerca la gran final

No hablaré de la Copa de Europa, que será para el Barça, ni de la liga, sino de la Copa del Rey. La espero con temor y temblor. También con cierta añoranza. ¿Cómo no recordar aquel 1956 (total, nada; sólo han pasado cincuenta y tres años) en el que el Athletic, con Daucik como entrenador, lo ganó todo y participó con notable éxito en la recién nacida Copa de Europa?

Aquel año el Athletic fue recibido por Pio XII en audiencia privada. Fue el viernes, 6 de julio. ¿Queréis saber lo que les dijo el Papa? Esto:


Aunque no es la primera vez, ni mucho menos, que tenemos el placer de recibir a un grupo de deportistas, o a un equipo de fútbol, porque las puertas de esta Casa están abiertas para todos, y mucho más las puertas de Nuestro corazón de Padre; sin embargo no tenemos ninguna dificultad en manifestar el placer con que acogemos hoy a los directivos y a los jugadores del «Atletic» de Bilbao, por ser ellos quien son y por parecernos que acaso lo merezcan de modo particular.

Y conste que al hablar así no Nos referimos tanto a esa justa fama que os circunda de deportistas verdaderos, entusiastas sinceros de una actividad a la que os dedicáis con alma y vida, poniendo en ella un ardor juvenil, un esfuerzo auténtico, una nobleza y una verdad, que todos os reconocen, casi como vuestra principal característica; sino más bien aludimos a esas voces, también no poco conocidas, que os presentan como un club y un equipo modelo desde el punto de vista moral y religioso, gente que sabe llevar paralelamente su vida deportiva y su vida espiritual, y que si hoy se reúne para un entrenamiento o para un encuentro, mañana acaso se verá convocada para un retiro espiritual o incluso para una tanda de Ejercicios. ¿Será por eso por lo que vuestros colores rojo y blanco se diría que están familiarizados con el triunfo? ¿Será por eso por lo que este año habéis cantado dos veces vuestro «alirón» con el brío y con las buenas ganas que todos saben?

Enhorabuena, hijos amadísimos; y enhorabuena también por vuestra actuación más reciente en tierras itálicas; porque el buen deportista sabe perfectamente que no es sólo el triunfo lo que cuenta, sino también, y mucho más, el dejar bien plantada una bandera, como habéis hecho vosotros. El deporte, y acaso especialmente el fútbol, puede ser también escuela de virtudes; de virtudes individuales en el propio perfeccionamiento, que supone no pocas veces mucha asiduidad, mucho sacrificio, mucho cultivo interior, mucha humildad en el recibir y asimilar las lecciones mucha abstinencia en el evitar todo lo que puede ser Contrario a la profesión que se vive, mucha abnegación en el perseverar en los momentos difíciles, mucha lealtad en el rendir lo que se debe rendir en todas las ocasiones, mucha superioridad de espíritu para saber perder sin descomponerse, mucha caridad para saber vencer sin humillar al adversario; de virtudes sociales, especialmente en el saber ocupar el puesto que le ha sido asignado en el equipo, en la táctica que en aquel momento se ha de aplicar, sacrificando el lucimiento personal, facilitando la labor de conjunto, siendo una pieza exacta en el complicado engranaje que requiere la táctica moderna, sin egoísmos, sin vanidades, sin cuestiones personales, con esa ascética especial que hace del atleta un buen ejemplo, incluso para quien quiera vivir conscientemente la mortificación cristiana en todas las circunstancias de su vida. Porque bien cierto es que también en la práctica cotidiana y para no perder la partida, muchas veces habrá que defender la propia área con arrojo, seguridad y energía, si no se quiere ser desbordado por las pasiones desencadenadas; muchas veces habrá que saber manejarse en ese difícil terreno medio del campo para encontrar el momento de pasar al ataque sin perder de vista los movimientos del adversario y los posibles peligros de la propia meta; muchas veces habrá que arrancar hacia adelante con inteligencia, resolución y agilidad, en buena armonía con toda la línea. para no desaprovechar el momento favorable y no dejar perder un tanto. que acaso sea definitivo en la vida.

Animo, pues, hijos amadísimos, y a seguir dando buen ejemplo en todas partes, como deportistas, como ciudadanos y, sobre todo, come cristianos prácticos. Que la victoria siga sonriendo a vuestros colores en todas las competiciones, que aún esperan a vuestra florida juventud. Y que la bendición del Señor os siga por todas partes.

Prenda de ella quiere ser la Bendición Nuestra, que de todo corazón os otorgamos, para vosotros, para vuestras familias y amigos, para vuestro queridísimo «Atletic», para vuestro no menos querido Bilbao y para toda la amadísima España.

* Discorsi e Radiomessaggi, vol. XVIII, págs. 335-337.

Como veis no ha cambiado casi nada desde entonces. Arteche marcó así un gol al Oporto


jueves, 7 de mayo de 2009

Un caso de coherencia intelectual y moral


Mary Ann Glendon planta a Notre Dame y a Obama
El doctorado "honoris causa" que la Universidad de Notre Dame ha concedido a Barack Obama se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para esta universidad católica. No solo ha sido criticada por muchos católicos que consideran que no se debe dar honores a un político partidario del aborto y de la investigación con células madre embrionarias. Ahora, la otra personalidad invitada a la ceremonia, la profesora Mary Ann Glendon, ha renunciado a la distinción que se le iba a conceder, la "Laetare Medal", para no avalar la postura de la Universidad.

Notre Dame, la universidad católica más importante del país, decidió invitar a Barack Obama a pronunciar el discurso de la ceremonia de graduación el próximo 17 de mayo y le concedió un doctorado honoris causa. El rector, el Rev. John I. Jenkins, alegó que otros presidentes habían sido también invitados anteriormente, y que lo que se quería honrar en Barack Obama es su histórica elección y su ambicioso programa social de lucha contra la pobreza, la cobertura sanitaria, la ruptura de las barreras de raza... Eso no implicaba que estuvieran de acuerdo con todas sus posturas, en particular en lo referente a la defensa de la vida.

Pero esta explicación no evitó que surgieran muchas críticas, tanto por parte de obispos como de líderes católicos y simples fieles. No en vano una de las primeras medidas que tomó Obama fue el levantamiento del veto a la financiación federal para organizaciones que promueven el aborto en el extranjero, medida que, según encuesta Gallup, solo ha sido apoyada por el 35% de los estadounidenses. Y poco después autorizaba también la financiación federal de investigaciones con células madre embrionarias, que suponen la destrucción de embriones humanos, y que, a diferencia de las células madre adultas, no han dado pruebas todavía de curar nada.

En el mismo acto estaba previsto –desde diciembre de 2008– entregar la "Laetare Medal" de Notre Dame a la célebre jurista Mary Ann Glendon, profesora de Harvard, ex embajadora de EE.UU. ante la Santa Sede durante la Administración Bush y presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. Glendon había recibido ya el doctorado honoris causa por Notre Dame en 1996. La Laetare Medal es un prestigioso galardón.

Pero el 27 de abril la ceremonia de graduación de Notre Dame sufrió otra conmoción: Mary Ann Glendon renunciaba a la Laetare Medal. En una carta al rector de Notre Dame, John Jenkins, religioso de la Congregación de la Santa Cruz, explicaba sus motivos.

En primer lugar, recordaba al rector que los obispos habían pedido en 2004 a las instituciones católicas que “no concedieran honores a aquellos que actúan sin respetar nuestros principios morales fundamentales”, y que a tales personas “no se les deberían conceder premios, honores o plataformas que pudieran sugerir un apoyo a sus acciones”.

“Esta petición –apostilla Glendon–, que en modo alguno implica un control o interferencia con la libertad de una institución para invitar y debatir con quien quiera, me parece tan razonable que no entiendo cómo una universidad católica puede no respetarla”. Esta observación, proveniente de una profesora que ha enseñado en universidades tan seculares como Harvard, no puede despacharse invocando sin más la libertad académica.

La segunda cosa que molestó a Mary Ann Glendon fue que, en unas directrices escritas dadas por la universidad para que su consejo de patronos respondiera a las críticas por la distinción ofrecida a Obama, se diera a entender que el discurso de la jurista serviría como contrapeso para buscar un equilibrio en el acto académico. Glendon piensa que una ceremonia de graduación debe ser un día alegre para los alumnos y sus familias. Por eso, dice, no es el lugar oportuno para tratar el grave problema que suscita la decisión de Notre Dame de “conceder honores a un destacado e inflexible oponente a la postura de la Iglesia en cuestiones que tienen que ver con principios fundamentales de justicia”.

Por último, la jurista menciona que, ante noticias de que otras escuelas católicas podrían también hacer caso omiso de las directrices episcopales, “me preocupa –dice– que el ejemplo de Notre Dame pueda tener un desafortunado ejemplo expansivo”.

Por todo lo cual, Mary Ann Glendon renuncia a la Laetare Medal y a participar en la ceremonia de graduación.

La Casa Blanca ha lamentado la decisión de Mary Ann Glendon, pero ha dicho que el presidente mantiene su compromiso de dar un discurso “respetuoso e inclusivo” en la ceremonia de graduación. Obama se siente honrado por “contar con el apoyo de gentes de todas las creencias religiosas”, aunque no espera que todos estén de acuerdo con él en todo, pues “el espíritu de debate y de sano desacuerdo en temas importantes es parte de lo que le gusta de este país”.

(de Aceprensa)