sábado, 31 de octubre de 2009

No tiene pérdida


—Vaya
al final del pasillo; tome lo que es el ascensor rojo hasta la tercera planta; luego vaya hacia la izquierda, o sea a la derecha, y verá otro pasillo muy largo. Hacia la mitad, a la derecha, o sea a la izquierda, hay un letrero que pone Dra. López, o Vázquez, algo parecido. Al lado está el ascensor para bajar a la segunda. Allí mismo está la sala de espera. No tiene pérdida.

Tenía pérdida. Por los pasillos del gran hospital de Madrid, echo de menos mis zapatos voladores y la brújula de explorador. En la sección de neumología, una enfermera vuelve a explicármelo todo y también ella concluye con el “no tiene pérdida”.

Ya he renunciado a llegar a mi punto de destino, cuando me detiene un paciente. Tendrá unos 50 años y luce un discreto pijama azul limpio y recién planchado. Me pregunta muy educadamente si puedo dedicarle un par de minutos. Nos sentamos y me explica que no le gusta el hospital y menos en víspera del día de los difuntos; que comprende que no pasa nada, pero le da mal rollo.

Hablamos también de otras cosas y cinco minutos más tarde se queda tranquilo. Como ya no recuerdo en absoluto dónde estoy, de dónde vengo ni a dónde voy, se lo pregunto a una señora vestida de blanco que empuja un carrito cargado de ropa.

—¡Ay, padre, no sé!

Una enfermera más cualificada vuelve a marcarme la hoja de ruta.

—No tiene pérdida.

—Sí que tiene, sí.

—¿Cómo dice?

—No, nada; cosas mías.

Tras diez minutos más de travesía, llego mi destino, donde me espera Eugenio:

—Por poco bajo a buscarte. ¿Te has perdido?

—¡Qué va! No tiene pérdida.

viernes, 30 de octubre de 2009

Don Checco


Luigi siempre me da buenas noticias de Italia. La de hoy..., también es buena aunque nos duela: "Esta noche, me dice, se ha ido al Cielo don Francesco Angelicchio, el primer italiano de la Obra (...) Ahora reza por nosotros."

Don Francesco, familiarmente conocido como Checco, acababa de cumplir 88 años. Conoció el Opus Dei en 1946, y pidió la admisión en la Obra poco después. Fue un brillante abogado de prestigio. En 1955, recibió la ordenación sacerdotal.

-Ecco finalmente Checco, il mio primogenito italiano -dijo San Josemaría Escrivá cuando lo vió por primera vez en la Nochebuena de 1947-.

Ahora ya están de nuevo los dos juntos.

El milagro



No
me sorprendió verlos juntos de nuevo; hay muchas parejas que se reconcilian a pesar de los pesares; pero es que, además, lucían la misma sonrisa juguetona e iban cogidos de la mano como dos niños.

—¿Qué tal estáis?

Se miraron. Parecían dos recién casados. Tomaron aliento y respondieron al unísono:

—¡Felices!

No les dije nada; sólo que “me alegro”, “a ver si nos vemos un día” y todas esas cosas que uno añade para no entrar en profundidades; pero me vino a la memoria algo que escribió Juan Pablo II: “el perdón siempre es un milagro”.

En este caso, sin duda que lo ha sido.

jueves, 29 de octubre de 2009

Misión cumplida

Echad la red para pescar (Lc. V)
En menos de 10 horas han llegado todas las traducciones que nos pedían ayer desde la JMJ; algunas por partida triple.

Muchas gracias a todos. La eficacia de Internet es admirable, pero me parece más admirable aún la generosidad de miles de personas, que están dispuestas a convertir la red en un lugar de encuentro fraterno y en un instrumento de apostolado sin orillas.



Necesitamos traductores.



Aún faltan muchos meses para que se celebre en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud; pero ya hay centenares de chicos y chicas voluntarios preparándolo todo con una fe y un entusiasmo increíbles.

Ahora necesitan ayuda. Hoy, en concreto, me piden que inserte en el blog un texto y que busque entre mis lectores a alguien dispuesto a traducirlo al al portugués, al italiano, al alemán, al chino, al ruso, al polaco, al japonés o al arabe.

¿Quién se anima? Mandadme a mí las traducciones (monasterix@gmail.com). Yo me encargaré de remitirlas a los organizadores.

Éste es el texto que hay que traducir:

"La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un evento internacional organizado por la Iglesia Católica que reúne a jóvenes de todo el mundo, católicos y de otras confesiones. Es presidida por el Santo Padre y se celebra cada dos o tres años.

La JMJ nació en 1984, concretamente el Domingo de Ramos. El Papa Juan Pablo II convocó a la juventud de Roma a celebrar con él el Año de la Redención. La respuesta que recibió fue de gran entusiasmo y superó todas las expectativas. En 1985 el Papa escribió una carta dirigida a los jóvenes del mundo y más tarde lanzó la aventura de la Jornada Mundial de la Juventud.

Esta Jornada pretende incentivar la participación de los jóvenes en la Iglesia, compartir y celebrar su fe, y meditar sobre el mensaje que el Papa elige para cada ocasión.

La celebración de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud será en Madrid, capital de España, del 16 al 21 de agosto de 2011. El tema escogido son unas palabras de San Pablo: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”. España acoge por segunda vez –en 1989 se celebró en Santiago de Compostela– este encuentro internacional de jóvenes.

¡Únete a los jóvenes de toda nación y raza! ¡Date la oportunidad de soñar con un mundo nuevo lleno de paz y unidad y contribuye con la Iglesia del nuevo milenio, una Iglesia que está viva!

¡Únete a miles de jóvenes del mundo entero para vivir esta experiencia única de fe! ¡Ven a conocer cómo viven su fe los jóvenes españoles y permite que ellos conozcan cómo viven su fe y su cultura el resto de jóvenes del mundo!"



miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Sueños?

Niñas camboyanas
Cómo te imaginas a ti misma dentro de 20 años?

—Supongo que estaré en Camboya.

Lo dice con total seguridad, sin mover un músculo.

—¿Y qué harías tú en Camboya?

—Rescatar a las niñas de la prostitución infantil, que es una vergüenza.

Mi interlocutora tiene 17 años; es alta, guapa, con una sonrisa franca y una mirada inteligente y enérgica.

—Pero estarás con alguien…

—Buscaré una ONG, y si no hay, la fundo yo.

—¿Y qué dicen tus padres?

—Mamá me dijo que cuando cumpla 18 años, haga lo que quiera. Y como los cumplo en junio…

La conversación se alarga. Me cuenta que, de pequeña, quería irse a África. Luego pensó hacer medicina para trabajar con “médicos sin fronteras”. Dice que sus padres están aterrados, pero que ella “necesita” dar más. Que no estudia mucho, pero, que, de momento, pasa los cursos con facilidad.

Al final me hace la pregunta clave:

—Hay una cosa que no entiendo: ¿por qué mis amigos no son como yo?

Creo que se lo he explicado con claridad. Se ha quedado muy pensativa y hemos concertado otra cita.

Una hora más tarde, le enseño este texto.

—¿Lo publico?

—Bueno. Supongo que dice que soy guapa para despistar.

—Claro, ¿por qué si no?


martes, 27 de octubre de 2009

Conversos


Mi amigo Kloster está entusiasmado.

—¿Has visto? —me dice—. Un grupo de informadores y columnistas agnósticos de toda la vida han abandonado repentinamente su incredulidad y se han convertido.

—¿Al catolicismo?

—Casi. De momento, sólo al anglicanismo.

—A ver, explícate.

—Por lo visto no les gusta nada que el Papa haya admitido en la Iglesia Católica con un estatuto propio a los que ellos llaman anglicanos “conservadores”, y defienden tan apasionadamente a los anglicanos “progresistas”, o sea a los que no cambian, que se pasan tres pueblos. Ensalzan la fidelidad de estos últimos con pasión de auténticos conversos. Nunca había oído una apología tan sincera y entusiasta del cisma de Enrique VIII y sus consecuencias.

—Ya, y tú crees…

—Elemental, colega. Una de dos, o aprovechan que el Támesis pasa por Londres para atacar a la Iglesia, y no puedo pensar que sean tan sectarios, o nuestros agnósticos se han hecho anglicanos.

—...y entonces...

—Si es así, ya están un poco más cerca de la Iglesia.


lunes, 26 de octubre de 2009

Los lunes... (2)

No sé si puse ya este otro anuncio. Es, en mi opinión, el mejor del año.


Los lunes, publicidad

En Argentina, el tercer domingo de octubre se celebra el día de la madre. Con este motivo han salido en aquella tierra infinidad de anuncios. Yo me quedo con éste:


domingo, 25 de octubre de 2009

Una hora menos, o así


Lo siento, no es verdad. No es cierto que volvamos una hora al pasado para poder regresar el futuro y rectificar los errores cometidos. Lamentablemente, sólo se mueven las agujas del reloj. El tiempo real sigue su marcha implacable.
Esta noche, al hacer el examen de conciencia he recordado algunos episodios de mi vida que me habría gustado borrar haciendo retroceder el tiempo una horita como la que hoy nos van a devolver de mentira.

Todos sueñan alguna vez con volver a empezar. Yo no pido tanto: me bastaría con recular una hora de tarde en tarde. Sólo con eso borraría todas mis maldades y quizá sería santo ya. ¿O no?

Kloster (o tal vez mi Angel Custodio) me recuerda que, cada vez que acudo al Sacramento de la Penitencia, el reloj se pone a cero y puedo, de verdad, begin the beguine.

(Programo esta entrada para las 2,30 de la madrugada. ¿Qué ocurrirá? Esta noche las manecillas del reloj marcarán dos veces las 2,30. ¿Se producira un colapso en la red? ¿Saltará por los aires el blog?

No sé si podré conciliar el sueño.



sábado, 24 de octubre de 2009

El equipaje




Cuando llega noviembre -faltan sólo 7 días- la Iglesia nos invita a perder el miedo y asomarnos al otro lado del muro. En el mes de los difuntos, hay que romper el tabú y pensar en la vida eterna. ¿Podré atreverme yo también a escribir aquí sobre la muerte?

Frente a la pantalla del ordenador, me ha venido a la memoria un episodio del mes de enero de 1970, cuando acababa de estrenar mi sacerdocio y me pidieron que fuese a ver a un enfermo.

—Le quedan pocos días de vida —me dijo su mujer—.

Yo nunca había atendido a un moribundo. Así que cogí un ritual romano, los santos óleos, un par de libros, un crucifijo, el rosario, agua bendita, la estola…, qué sé yo. Al llegar, me encontré un hombre de cincuenta y tantos años, destruido por la enfermedad, que sin embargo sonreía.

—Me estoy muriendo —dijo como quien certifica un hecho banal—, ya me han dado los sacramentos y ahora necesito que me hable del Paraíso. Mi mujer y mis hijos se empeñan en que no piense en eso. Dicen que me quite los pájaros negros de la cabeza y no comprenden que toda mi esperanza está al otro lado de esa puerta. Es lo único que me importa.

Con la torpeza propia del caso, le hablé de Dios y de la Gloria quizá durante treinta o cuarenta minutos. Fuera de la habitación, sus parientes se impacientaban por mi tardanza, pero el enfermo no tenía prisa:

—Que esperen. Así pensarán que tengo que contarle muchos pecados. Usted siga, por favor.

Al principio mis consideraciones fueron, quizá, demasiado teológicas…, teóricas quiero decir; y mi amigo necesitaba que concretase más, que le explicase qué se iba a encontrar allí.

—Mire, padre, estos días he tratado de reconstruir cada año de mi vida, pero tengo muy poca memoria. Hay décadas enteras en blanco. Estoy haciendo el equipaje y quiero meter en la maleta todo lo bueno de mi vida. No me refiero a lo que he hecho yo, que es poco, sino a esos momentos que me han hecho feliz: los cumpleaños, las bodas, los días de sol en la playa, los juegos… ¿Podré guardar todo eso en un estuche y llevármelo al Cielo?

Como es natural no respondo de que éstas fuesen sus palabras, pero me conmovió aquel modo de decir algo que es una verdad de fe…, y de cajón. Sí, la felicidad del Cielo no está hecha de una pasta diferente a la nuestra: las alegrías de la tierra, el amor, la bondad, la belleza, nos las encontraremos al otro lado, limpias, transfiguradas, sin sombra de tristeza, pero auténticas, con el sabor entrañable de los mejores recuerdos.

Hace unos meses, un gran poeta-amigo falleció en Madrid bien dispuesto para dar el salto al Cielo. Se llamaba Pedro Antonio Urbina, y un par de años antes me dedicó este poema, que ya he aprendido de memoria:

“Estos brillos de anuncios y de luces,/ estos pasos fugaces de los coches/ elijo:/ que empiezo ya a ordenar todas mis cosas, /las que quiero tener allí en tu casa./ Y elijo el agua con las hierbas verdes,/ las mañanas de mayo con sus flores,/ los montes lejos y el azul muy alto, /el aire,/ la música que suena entre los chopos;/ aquella tarde en que reímos tanto,/ las baldosas de casa de la abuela,/ ésas que eran un mar entre los muebles,/ y te veía./ ¡Y elijo todo!, porque no me acuerdo/ y temo dejar algo en el olvido;/ y a mis amigos llévalos a casa/ contigo.”

También el poeta, como mi primer moribundo, preparaba sin pena su equipaje para el Cielo.

Pensar en la muerte es empezar a llenar la maleta de buenas obras; pero no sólo: también de momentos felices, de la belleza encontrada, de las luces y los colores que nos fascinaron, de la ternura sentida y entregada… En esa maleta encontrarán sitio los versos casi olvidados, aquél que no logramos terminar, porque se nos resistía la última palabra. Y la música que nos conmovió. Y las sonrisas… Sí, yo quiero llevarme al Cielo un cargamento de sonrisas.

Pensar en la muerte no es tan duro. Claro que hay que sacar la maleta del armario y limpiarla bien; quitar la basura que hemos ido acumulando con los años y dejar espacio para que Dios la llene con sus recuerdos y los nuestros. Veremos entonces que el equipaje es enorme y bellísimo.

Y no pesa nada.

viernes, 23 de octubre de 2009

Libros voladores


Hay aves escondidizas que se complacen en desconcertar al pajarero. Se ocultan Dios sabe dónde y nos llaman con un silbo provocador para que tratemos de encontrarlas. Cuando uno cree saber dónde se esconden, cambian de rama o de árbol y recomienzan su juego.

Hace años yo tenía un oído fino y preciso. Cuando oía el silbido de un pájaro, sabía exactamente de dónde procedía y a cuántos metros había sido emitido. Por desgracia ya no es así; ahora sigo captando los sonidos del campo, pero mi radar no acierta con la posición y las distancias.

Algunos libros usan el mismo juego. Son libros voladores que me llaman desde la estantería y luego se esfuman. Me ocurre constantemente. Ayer, por ejemplo, sentí la necesidad imperiosa de leer un poema; ¿cómo era? Hablaba de los pájaros que huyen, del otoño y quizá también de la muerte. Son unos versos de “la rama”, el último poemario que me dedicó Pedro Antonio Urbina. “La rama” está siempre aquí, en éste ámbito de diez metros cuadrados; nadie me lo quita, pero cuando oigo su llamada y me levanto en busca de un poema, nunca está.

Ayer, lo reconozco, me enfurecí, no sé si con el libro o con su autor. “¡Ya está bien de bromas!, le dije: necesito leer esa poesía". Y escudriñé cada uno de los rincones de mi habitación. A las once de la noche me acosté tras reconocer mi fracaso.

Esta mañana, nada más levantarme, “la rama” se me ha aparecido en la mesilla de noche, justo a la izquierda del despertador.

He hecho el ofrecimiento de obras, y he recordado lo que escribí yo mismo hace algunos meses; que Dios también juega al escondite con nosotros. Lo hace para que sigamos buscándolo.

Al final siempre es Él quien nos encuentra.

jueves, 22 de octubre de 2009

Contemplación


Bergson escribió: “la contemplación es un lujo; la acción una necesidad”. La frase es redonda pero falsa. Contemplar es la meta a la que todos tendemos aun sin saberlo; la acción, en el mejor de los casos, es sólo el camino.

Hoy he visto a Juan, uno de mis mendigos, persiguiendo bajo la lluvia, en pleno centro de Madrid, a una paloma herida.

-¿Qué haces, Juan?

-¡Sólo quiero mirarla, pero no se deja!

-Es bonita, ¿verdad?

Los ojos de Juan brillaban como los de un niño. Nunca lo había visto reírse así. Tan contento estaba que casi se le olvida pedirme limosna.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El perdón

Bernardo dejó ayer este comentario en mi post "Consenso". Lo reproduzco aquí porque vale la pena leerlo: hasta ahora no habíamos hablado de perdón, y era necesario escribir esa palabra.


"Puede que el PP derogue la ley del aborto de Zapatero. Pero no habrá vuelta atrás de la inicua Ley de 1985 hoy vigente sin montañas de perdón. El daño es tremendo, y sobre todo es humanamente irreparable. Eso es en parte lo que más me duele: que no se puede deshacer ni compensar. Sólo podemos aspirar al arrepentimiento y sobre todo al perdón. Y llegará un momento en que los partidarios de la vida tengamos que acoger con los brazos abiertos a madres, médicos y políticos arrepentidos."


Pienso que es un buen modo de poner el punto final a esta serie de entradas en defensa de la vida. De ahora en adelante, volvemos al tono habitual de "pensar por libre", donde cabe casi todo, pero siempre con un aire positivo y esperanzado, sin perder nunca el buen humor.

La novia se pone flamenca

Pablo, que prácticamente está recién casado, me sugiere que ponga en el blog este vídeo, que, por supuesto, no es de su boda.

Supongo que algún liturgista riguroso fruncirá el ceño, pero a mí me ha hecho gracia. La cara del novio es un poema. Me pregunto qué haría el cura mientras tanto.



martes, 20 de octubre de 2009

Radix

Eso me ha dicho Carlos, que no puedo ser tan radical. Él trataba de acercar posturas, pero yo no me movía ni un centímetro:

—Puedo comprenderlo todo —le dije—; pero jamás pensaré que es lícito matar a un inocente. Ni por razones médicas ni económicas ni éticas ni estéticas. La muerte nunca es un mal menor.

¿Radical?, sí, pero en el sentido literal de la palabra radix: si vamos a la raíz, no nos andaremos por las ramas.



lunes, 19 de octubre de 2009

Una iniciativa desde Perú

Copio entero el e-mail que acabo de recibir. Ignoro si esta iniciativa peruana podrá transplantarse a España; pero, en todo caso, parece claro que todos debemos luchar por salvar vidas de este genocidio silencioso que, poco a poco, va extendiéndose por el mundo.


Hola, padre tocayo:

Te saludo desde el Perú, a lo mejor te acuerdas de mí, que varias veces participo comentando en tu blog, y el comentario más largo fue contándote mi historia con don Jesús Urteaga, a quien el Señor tenga en su gloria ya.

Me da la impresión de que en el blog no promocionas iniciativas ni das avisos, pero quizá esta, por la importancia que tiene, sea una excepción. Se trata de que un matrimonio de amigos míos que está empezando una iniciativa para adoptar niños cuyas madres (o padres) no quieran tenerlos y, más bien, hayan pensado en abortarlos. Hace poco el arzobispo de Lima y primado del Perú dijo públicamente (a raíz de un anteproyecto de ley que aquí quieren convertir en ley para permitir el aborto): "Si no quieren a los niños, que nos los den, pero no los maten". Esto motivó a mis amigos y los hizo decir: "Alguien tiene que hacerlo: empecemos nosotros".

Te lo envío porque a lo mejor si le das promoción en España, más gente se suma a esta iniciativa.

Un abrazo y gracias.

Esta es la web: http://salvemoslavida.com/.

Kike

Consenso


No lo entiendo, de verás. Estoy convencido de la buena fe de todos los que dicen que hay que poner de acuerdo a los abortistas con los no abortistas para elaborar una ley de consenso; pero, por más que reflexiono, no lo entiendo. Debe ser que lo mío no es la política.

¿Se trata de matar un poquito menos? ¿Es el tamaño del niño lo que molesta? ¿Se trata de permitir que maten las mayores de edad, pero no las niñas? ¿El homicidio es una "cuestión de conciencia"?

Al leer algunas de las declaraciones de esta mañana, he recordado a Salomón, que trató de consensuar un acuerdo entre dos madres partiendo al niño por la mitad.

Los lunes, publicidad


Debo decir, ante todo, que este anuncio machista, intolerable y todo eso, no lo he elegido yo. Me lo envía una conocida filósofa que se oculta tras el seudónimo de Pascalle. Así que no me retiréis el saludo, queridas lectoras.


A que es bueno...

sábado, 17 de octubre de 2009

Demasiada gente normal


—¿Dos millones? ¡No, por Dios. Cómo va haber toda esa gente! Cuatro gatos, te lo digo yo. Vamos a ver, ¿cuántas papeleras se han roto? Ninguna, ¿verdad? Eso te demuestra que de millones, nada. ¿Y cuántos contenedores han ardido? ¿Y borrachos, viste alguno? ¿Y cargas policiales? No me negarás que en cualquier fiesta que se precie lo indicado es que haya varias. O sea, que lo que yo te diga: si hubiera habido toda esa multitud, las ambulancias no habría parado; los hospitales estarían colapsados y las calles habrían quedado hechas una guarrería. Esta mañana, sin ir más lejos, cuando he salido de casa por la mañana, he tenido que ir arrastrando los cascos de las botellas, los vasos de plástico, las bolsas y alguna que otra cosita que no especificaré y todo por una pequeña fiesta nocturna de los chicos del barrio. Imagínate eso multiplicado por…, ¿cuántos dices? Además, yo he andado por allí y todos eran de un normal y corriente que daba asco: chicas monas, chavales estirados, señores gordos, madres con carritos, niños vestidos de fiesta, policías sonrientes, botellines de agua…

—No seas cabezota, colega. Ya has visto la televisión…

—¿La televisión? ¿Todavía crees en eso? Fotochós, puro fotochós Es como lo del viaje a la luna; todo mentira. Es imposible que haya tanta gente normal en Madrid un sábado por la tarde.

Antes de la manifa

Este es el último video sobre la manifestación de hoy. Vedlo, que vale la pena. Espero no volver a hablar del tema hasta el año que viene, por lo menos.



viernes, 16 de octubre de 2009

¿Por qué ir a la manifa del día 17 en Madrid?


He aquí las razones que me han dado esta mañana los chicos y chicas del cole
  • Porque queremos que nos vean;
  • Porque somos más;
  • Porque necesitamos comprobar que estamos vivos;
  • Porque somos gente corriente;
  • Porque habrá familias enteras con abuelos y niños;
  • Porque somos jóvenes;
  • Porque tienen que escucharnos;
  • Porque tenemos razón;
  • Porque vivir sí es un derecho; matar, no;
  • Porque hay que gritar;
  • Porque será una fiesta;
  • Porque son los más débiles;
  • Porque va mi novia;
  • Porque si yo no voy, no va mi novio;
  • Porque vivimos en Madrid;
  • Porque, aunque seas de otro sitio, Madrid no está tan lejos;
  • Porque no hay nada más importante que hacer (Santiago)
  • Porque hará buen tiempo;
  • Porque aunque llueva;
  • Porque hay que mojarse, aunque no llueva;
  • Porque me daría vergüenza quedarme en casa;
  • Porque quiero contárselo a mis hijos;
  • Porque se mosquearán algunos;
  • Porque mola;
  • ¿Y por qué no?
  • Porque me da la gana.
  • ¡Porque hay que vencer la pereza y lanzarse a luchar por la vida! (Isa)
  • Porque me debo repeto a mi misma y a mis ideales. Si se hubiera hecho conmigo, no podría dar mi opinión (Ana)
  • para dar buen ejemplo a mi hijo. Es el mejor regalo que me ha dado la vida. (Mar)
  • Porque mi abuela no puede andar y me dice que vaya en su nombre (Bosco)
  • porque me lo pide el cuerpo, el alma, la razón, la conciencia, mis hijos, mi marido,... porque tengo que ir (Clara)
Si me dais más razones, las incorporo a la lista.



Premio Planeta



He saltado de la cama
y he leído en la Gaceta
que ha salido ya el Planeta
y no lo ha ganado Obama.



Mª Angeles Caso todavía no se lo cree

jueves, 15 de octubre de 2009

Carolina ya está bien


Carolina ha recibido el alta hospitalaria y ya está en casa.

Me dice que no se me ocurra dar su nombre auténtico, porque ella es pudorosa y le da corte sacar su intimidad a la plaza pública. Insiste en que tampoco escriba que está bien del todo, porque la avería ha sido gorda y aún deben ajustarse las demás las piezas de su organismo; pero la verdad es que, gracias a Dios, podemos poner el punto final a esta historia: el corazón transplantado bombea con ritmo y entusiasmo.

Si un día de estos veis a una chica larguirucha haciendo footing por las calles de Madrid, quizá se trate de Carolina.

No le digáis que la habéis reconocido; limitaos a dar gracias a Dios. Yo, desde aquí le dedico esta canción de mis años italianos. En el Festival de San Remo de 1967 , Little Tony cantaba así "cuore matto"; es la historia de un corazon loco.





Propósitos sencillos

Me propuse escuchar más y mejor a los chicos que hablan conmigo; pensar más en ellos y menos en lo que debo aconsejarles. Me dije que yo también podría recibir algo en cada conversación.

Hoy he concretado un poco más este propósito: si un día descubro que ya no aprendo nada de cada alumno o alumna que venga a verme, será una señal clara de que me he hecho demasiado viejo. Habría que cambiar de trabajo e ir encargando el ataúd.

Creo que es uno de los propósitos más certeros y sencillos que he hecho en toda mi vida. De momento, no hay peligro: no me canso de aprender de estos monstruitos de 16 años.



miércoles, 14 de octubre de 2009

Hace 14 años...


Antes de salir de casa, alguien me preguntó cómo me encontraba. Respondí que “mejor”, que es una respuesta ambigua y poco comprometida cuando no se concreta el término de comparación. Lo cierto es que yo tenía fiebre, 39 grados; pero sólo era gripe, y se casaba Lupe. ¿Cómo podía faltar?

Lupe era una chiquilla —sigue siéndolo todavía— que se me antojaba recién salida del colegio. Su novio, Carlos, un tipo fuerte, listo y seguro de sí mismo, pasó mi examen a la primera y con buena nota.

Por aquella época estrenaba yo mi primer portátil, un magnífico 486 en blanco y negro. Con él preparé el guión de la homilía, que aún conservo.

A bordo de un prodigioso Ford Fiesta blanco de tres puertas, me perdí por las calles del centro y a duras penas llegué a la Basílica de San Miguel. El cielo estaba encapotado como mi sesera. Aparqué en el lugar más prohibido de Madrid y entré en el templo un poco antes que la novia.

Estoy seguro de que el matrimonio fue válido, pero apenas recuerdo nada más. Me mareé un par de veces, aunque sólo se enteró el conserje. Con las prisas, olvidé la homilía en el coche, y tuve que balbucir lo que buenamente se me fue ocurriendo. Fernando, el padre de Lupe, me había aconsejado que hablase de la virtud de la paciencia, que según él es lo más importante en el matrimonio, pero me temo que le hice poco caso.

Terminada la ceremonia, un amigo compasivo me llevó a casa en mi propio coche.

Carlos y Lupe han tenido, de momento, cuatro niñas rubias: Pati, María, Lupita y Carlota. Además me tienen a mí, que formo parte de lo que en esta misma página llamé “la tribu Pimentel”; por eso me sentí un poco ofendido ayer cuando me recordaron el aniversario. ¿Cómo voy a olvidarme de esta fecha?

Además hoy no tengo fiebre como entonces.

Lupe y sus lupitas (Carlos está detrás de la cámara)

martes, 13 de octubre de 2009

La felicidad de andar por casa



Me gusta el título y la portada. No puedo decir más, porque aún no he leído el libro, que está recién salido; pero como también me gusta el autor -el infatigable Anibal Cuevas- y sus niñas fueron alumnas de mi cole, me atrevo a pronosticar que valdrá la pena echar algo más más que una ojeada a esa felicidad doméstica que nos promete.

Lo edita Eiunsa en su colección Yumelia.

Los lunes, publicidad

Por poco me olvido de que los lunes tenemos publicidad. Claro que hoy es martes...
¿Os acordáis del conejito de Duracell?




Y, como ayer tuvimos desfile en Madrid, he aquí el último anuncio de las Fuerzas Armadas. Es una publicidad poco convencional, pero no está mal.



lunes, 12 de octubre de 2009

Qué es eso

Vale la pena ver este estupendo vídeo que me envía Luis.



Yo también me repito, me temo que cada día más; y agradezco con toda el alma que me escuchen atentamente y no me interrumpan para decir:

-No seas pesado: eso ya lo has contado veinte veces.

(Por cierto, ese pájaro no es un gorrión).

domingo, 11 de octubre de 2009

Noticias de Carolina


Os contaré algo más de Carolina, mi antigua alumna enferma que estuvo a punto de morir y que nos hizo rezar tanto durante los meses de agosto y septiembre.

Ahora que ya tiene nombre (falso, por supuesto) me autoriza a contaros que en los primeros días de agosto recibió un corazón nuevo a cambio del suyo, que llevaba algún tiempo averiado. El transplante fue bien, pero, tras la operación, surgieron graves complicaciones.

El proceso ha sido largo, pero ya se ve el final. Los médicos son muy optimistas y Carolina ha empezado la recuperación.

También ella consulta mi blog; así que podéis mimarla un poco. Muchas gracias a todos.

Los pájaros del invierno


Termina la convivencia de Molinoviejo. Octubre empieza a dorar las hojas de los álamos, y las puestas de sol se hacen eternas en el horizonte pardo de Segovia. Tras las lluvias del fin de semana, madrugan las primeras setas.

Y yo, ¿qué he hecho estos días?: escuchar, mirar, aprender, dar gracias, recordar. Es un lujo impagable recibir tanto a tan bajo precio. Soy uno de los mayores de la convivencia; pero cada año me asombro y aprendo más de todo lo que veo y oigo; más que esos treinta y tantos adolescentes que ahora mismo hacen un retiro en el pabellón.

Ya me lo dijo Kloster

—Estos chavales ni siquiera saben que son jóvenes. Tú y yo lo sabemos desde hace mil años… Por tanto somos mucho más jóvenes que ellos.

—De acuerdo, querido Kloster; pero no te engañes. El oro del otoño puede deslumbrar tanto como la primavera, pero ya están aquí las aves negras de invierno.

sábado, 10 de octubre de 2009

¿A favor o en contra?


Escribo desde Molinoviejo. Hemos tenido un Retiro y, al acabar, enciendo el ordenador.

Hoy, como ayer y anteayer, me llegan docenas de correos desde los lugares más insólitos que hablan de la manifestación del 17 de octubre y me animan a difundir el mensaje en favor de la vida humana y en contra de la ley del aborto. No sé lo que ocurrirá en Madrid ese día; pero ya hemos conseguido algo importante: despertar millones de conciencias. No recuerdo una movilización social semejante.

He recibido una veintena de artículos espléndidos para que los publique y un montón de links, carteles, pancartas y eslóganes con la misma pretensión. No voy a ponerlos en el blog porque no hace falta: estamos casi todos en el mismo carro y no necesitamos “autoestimularnos” más. Son otros quienes deben leer esos textos.

Claro que siempre hay excepciones: por ejemplo, este breve párrafo del largo e-mail que me envía una buena amiga:

“…me parece correcto que un cura católico se ponga siempre a favor de la vida: de la vida de los palestinos y los israelíes, de las víctimas de los terremotos y otras catástrofes; la vida de los niños hambrientos y maltratados; la vida de las mujeres asesinadas por sus parejas, etc. Yo también estoy a favor de esas vida; pero me da mal rollo tanto contra: contra el aborto, contra la ministra, contra el gobierno…”

Creo que te entiendo: a mí también me gusta estar “a favor” y me molesta manifestarme “en contra”. No quisiera ser un gruñón antitodo. Hay que tener actitudes positivas, como tú misma dices más adelante. Pero supongo que manifestarse a favor de la vida humana y oponerse al asesinato inminente de miles de niños, viene a ser lo mismo. ¿O no?

Algunas veces, para decir , no hay más remedio que gritar no.


viernes, 9 de octubre de 2009

Molinoviejo, estación de servicio




Salgo de Madrid camino de Molinoviejo, pero antes voy a mi estación de servicio de toda la vida. Hoy toca gastar euritos: me cambian el aceite, comprueban los niveles, me entregan la rueda de repuesto que acaban de reparar, lleno el depósito, compruebo los filtros, me aspiran el polvo de la tapicería, me amenazan con cambiar no sé qué pieza, suelto la pasta y me pongo en marcha.

Ya en la carretera de la Coruña, Kloster me pregunta porqué tantas convivencias y retiros. Es cierto que, por esta vez, seremos sujetos pasivos, o sea que no nos toca actuar; pero parece que no le mola demasiado encerrarse tres días, ni siquiera en una casa tan entrañable como aquella.

Yo le explico que Molinoviejo es, en el fondo, una estación de servicio.

—Ya verás. Llegamos a media tarde y mañana por la mañana entramos en boxes: te arreglan un par de pinchazos, te limpian la mugre acumulada con una buena confesión, te inyectan treinta litros de optimismo en el depósito, te afinan el claxon, te cambian el aceite para eliminar crispaciones y crujidos interiores, te recuerdan el manual de instrucciones de tu vida, y, hala, a la carretera, a seguir pensando por libre unos meses más.

—Vistas las cosas así, no sólo Molinoviejo: el Opus Dei es una estación de servicio.

—Por supuesto, colega.

¡Venid a Madrid!


Hay que estar en Madrid el día 17. ¿Nos encontraremos en la Puerta de Alcalá?



En esta página web encontraréis todos los datos sobre la manifa del día 17

jueves, 8 de octubre de 2009

En el Cielo sí hay trabajo

¿Te acuerdas de esta carta, Isabel? Me la escribiste hace más de diez años, cuando eras sólo una chiquilla y buscabas trabajo desesperadamente en Madrid. Como ves no han cambiado mucho las cosas. Ayer mismo alguien volvió a decirme lo mismo que tú entonces. Reconozco que no es un buen artículo. Habría que decir muchas más cosas; pero hoy no tengo tiempo ni ganas. Conformaos con este refrito.


Querido don Enrique: Hoy he terminado de leer su libro “El Belén que puso Dios”. Allí descubrí una idea que hace tiempo cuajó en mí, y es que en el Cielo Beethoven seguirá componiendo, Nureyev seguirá bailando, Cervantes seguirá escribiendo…, eso suponiendo que lleguen, que así lo espero. Algunas cosas de la tierra ¡me gustan tanto!, que no creo que en el Cielo desaparezcan.

Si yo ahora mismo me muriera y llegara al Cielo, lo único que podría hacer allí sería…, entrevistas de trabajo, tests psicotécnicos y enviar el curriculum a las empresas del allí arriba. ¡Qué cutre! Estoy en el paro, claro.
No llevo mucho tiempo así; lo suficiente para que mis esperanzas se vayan minando. Ya no sé ni lo que quiero.

Estudié Arquitectura Técnica, aunque habría preferido la Informática. Me gustan las maquinitas, pero ¿qué hago yo en el Cielo con un portátil y el windows 95 o la última virguería con que Bill Gates nos encandile? Digamos que las maquinitas me dejan boquiabierta, pero lo que realmente me apasionan son las personas y sus mundos. Si alguien me preguntase ahora: “tú, de mayor, ¿qué querrías ser?”, le contestaría: “escritora”.

Ya soy mayor, y tengo un desconcierto profesional de abrigo. Ni de Ciencias, ni de Técnicas, ni de Letras, sino todo lo contrario (…)
¿Que a qué viene todo esto? Por una parte querría pedirle alguna oración; por otra, tenía ganas de contárselo. Y el tercer motivo, que nos dé a los jóvenes (y a algunos no tan jóvenes y en peores condiciones) que estamos en paro, algo de sentido para estos momentos.

Díganos: una persona s
in trabajo ¿qué es? Quizá a través de su página de Mundo Cristiano pueda hacer una puesta a punto de nuestros motores para que no se paren. Muchas gracias por la oración que me dedique (Cuento con ella) (…) Isabel.

Es cierto que en aquel belén que “inventé” hace años, os hablaba de un Cielo donde se trabaja.

¿No parece razonable, escribí entonces, que los grandes pintores, los poetas, los escultores o los trompetistas continúen su tarea en el Paraíso? ¿Qué sería de Mozart sin la música? ¿Cómo podría Velázquez seguir siendo Velázquez en el Cielo sin una paleta llena de colores y un gran lienzo delante? Pues igual ocurre con los que hacen novelas, con los agricultores, con los cocineros, con los payasos o con los notarios. En el Cielo, trabajar es parte de la felicidad que Dios concede.

Curiosamente este párrafo ha sido el único "contestado" del libro. La mayoría de mis amigos apelaron al famoso descanso eterno para rebatir tan peligrosas innovaciones teológicas. Y hube de defenderme explicando que en el Paraíso se descansa, pero sólo del sudor, de las angustias de este mundo; no de la condición humana. Y tan propio del hombre es conocer y amar, como crear, desplegar todas las posibilidades de su espíritu sometiendo las cosas, para hacerlas suyas, dejando en ellas su huella de soberano. Esto es el trabajo, al menos ésta es su dimensión fundamental. Por eso estoy convencido de que, cuando lleguemos a la gloria, y cuando, al final de los tiempos, nazcan los cielos nuevos y la tierra nueva, tendremos una gran tarea que hacer: el hombre seguirá siendo creador, a imagen de Dios; eso sí, sin agobios ni fatigas.

¿Cómo imaginar una felicidad simplemente pasiva? ¿Quién será capaz de renunciar a esa dimensión del espíritu humano que es su capacidad de dominar la naturaleza. El señorío del hombre se expresa adecuadamente cuando graba su impronta en la materia, cuando la trabaja, y se gloría en esa labor.

De verdad, no concibo un Cielo sin el gozo creador que Dios mismo ha querido concedernos también en la tierra, a pesar de que aquí haya que pagar un peaje de esfuerzo y de sudores.

Claro que luego, al pensar las cosas las cosas con más detenimiento, uno encuentra ciertas dificultades. Hay profesiones que existen precisamente por lo que el hombre tiene de débil e incluso de pecador; por tanto, por muy santificables que sean en la tierra, no parece que tengan cabida en la Gloria. Lo de Mozart y Nureyev está muy bien, pero ¿qué hacemos con los sepultureros, con los policías, con los médicos, con los criminólogos o con los bomberos? ¿Deberán pasar al paro como Isabel?

Hablo en serio: este mundo pasa, pero los nuevos Cielos y la nueva tierra nos traerán nuevos y espléndidos quehaceres. Tal vez Isabel escriba allí arriba una gran novela y yo la lea como parte de mi propia felicidad accidental. En todo caso, su trabajo de ahora es buscar trabajo 8 horas al día (así se encuentra siembre), abriéndose paso a codazos en esta selva madrileña, con la sonrisa en los labios y la mirada en el futuro trabajo del Cielo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Dika y el dentista


Después de visitar al dentista, lo indicado es un sillón y un buen libro. Yo cojo dos: un cuento escrito por Angelina Lamelas para niños mayores de 10 años (yo tengo más) y la obra poética de Rilke.

Abro el cuento de Angelina. Se titula "Dika mete la pata". Dika es una perrita pelirroja propiedad de un niño llamado Gus.

Angelina es poeta y de las buenas. La descubrí hace un par de meses y puse un poema suyo en el blog. Ella me escribió poco después y me dijo que, más que poeta, era “cuentista” y me ha regalado cuatro libros de cuentos para probarlo.

Empiezo a leer el cuento de Angelina y cierro con pestillo la puerta de mi habitación para que no me descubran. Me bebo el libro en media hora. Es fantástico: ¡viva la literatura infantil! Sólo los grandes poetas están en condiciones de cultivarla con tanta dignidad y eficacia.

Ya no me duele nada, pero creo que continuaré con “Dika en Nueva York”. Dejaremos a Rilke para otro día.

martes, 6 de octubre de 2009

6 de octubre


Hace siete años, tal día como hoy a esta misma hora, estábamos ya en la Plaza de San Pedro con muchos lectores de este blog y cientos de miles de personas más llegados de todo el mundo aguardando el comienzo de la ceremonia de canonización de Josemaría Escrivá.

Allí estaba también Giuseppe, que me envía desde Italia una antigua fotografía del santo. Como veis, tiene una dedicatoria: Semper ut iumentum!, "siempre como un borrico".

Es sobradamente conocido que a San Josemaría le gustaba considerarse como un borrico a quien Dios lleva bien sujeto por el ronzal. Así lo expresa en Forja (nº 381):

¡Ah Jesús!
–díselo tú también– : «ut iumentum factus sum apud te!» –me has hecho tu borriquillo; no me dejes, «et ego semper tecum!» –y estaré siempre Contigo. Llévame fuertemente atado con tu gracia: «tenuisti manum dexteram meam...» –me has cogido por el ronzal; «et in voluntate tua deduxisti me...» –y hazme cumplir tu Voluntad. ¡Y así te amaré por los siglos sin fin! –«et cum gloria suscepisti me!»

Y en el punto 73 vuelve a la misma idea:

No te importe decírselo: Señor, aquí me tienes como un perro fiel; o mejor, como un borriquillo, que no dará coces a quien le quiere (Forja 73).

El borriquillo fiel llevó a Jesús muy lejos. Ojalá sus hijos sepamos imitarle también en esto.

lunes, 5 de octubre de 2009

El milagro de Lerma

El padre Raniero Cantalamessa, Predicador de la Casa Pontificia y autor de numerosos libros de espiritualidad y de teología, dirige desde hace años un programa semanal muy popular en la Rai, la televisión pública italiana. Semanas atrás vino a España y quiso transmitir parte de ese programa desde el Monasterio de las Clarisas de Lerma, rodeado por toda la comunidad.

Muchos sabréis que este Monasterio de religiosas contemplativas atrae cada año a un número insólito de vocaciones: chicas jóvenes de todas las clases, que saben muy bien a dónde van y por qué van. Es el milagro inefable de la llamada de Dios, que sigue produciéndose en el mundo todos los días.

Me ha conmovido tanto este vídeo que no puedo menos de reproducirlo. Catalamessa habla en italiano, pero creo que se entiende bien. Ojalá alguna de mis lectoras oiga también la llamada y sea tan generosa como estas chicas.



Por cierto, ¿os habéis fijado lo guapas que son todas? Al ver esos rostros limpios y esas miradas transparentes uno comprende que la auténtica belleza tiene mucho que ver con la paz, la alegría y la Gracia de Dios.

Estas mujeres y otros miles de contemplativos consiguen que nuestro mundo permanezca en pie a pesar de su evidente decrepitud.




Los lunes, publicidad

Un anuncio egipcio. En mi opinión, espléndido


domingo, 4 de octubre de 2009

Un niño gangster

El crío iba cargado con una piedra enorme. Yo lo observaba de lejos cuando la depositó en medio de la acera. A continuación salió corriendo y se escondió detrás de los setos del jardín contiguo. Llegué a su altura:

—Hola.

—Hola.

—¿Qué haces?

—Nada…

—¿Por qué te escondes?

—Por nada.

—Ah, ¿y esa piedra?

—Es para ver si se tropieza alguien.

Me lo dijo entre compungido y satisfecho.

Palabra de honor que es verdad. No volváis a decirme que me invento las historias. No tengo tanta imaginación.

Si vuelvo a verlo, me cambio de acera. El chaval era la viva imagen de Al Capone con 6 años.



De vaga a empollona en diez segundos


—Siempre he sido así

Mi interlocutora sonríe. Da la impresión de que no le importa nada seguir siendo como, según ella, ha sido toda la vida:

—Te lo juro: vaga, vaga, vaga… Mis padres ya están resignados ¡Cómo voy a cambiar!

—¿Cuántos años tienes?

—Cumplo dieciséis el mes que viene.

—¿Y si te olvidaras de que eres vaga?

—¿Olvidarme?

—Sí, mira; te rompes la cabeza con la moto. Cuando recobras el conocimiento resulta que no te acuerdas de nada, ni siquiera de lo vaga que eres. Te convencemos de que eres una empollona repugnante, y ya está…

—Está de coña, ¿verdad?

—Sí; pero creo que, en el fondo, tu problema es de exceso de memoria. Además, con 15 años, lo único seguro es que vas a seguir cambiando continuamente. Yo estoy fósil, pero tú… ¡Anda, déjate de historias y empieza a estudiar, que estamos en octubre!

—Vale, de ahora en adelante, empollona.

Se levanta de la silla y sale corriendo de la capellanía. Yo suspiro resignado: la adolescencia nunca deja de sorprenderme.

sábado, 3 de octubre de 2009

Farmacéuticos responsables


Haced clic sobre la foto. Sobran todos los comentarios



viernes, 2 de octubre de 2009

Nada

¿Y ahora que titular ponemos?

"Ya lo decía yo". "Se veía venir". "No pudo ser". "Nos tienen manía". "La culpa es de Zapatero, (o de Aznar)". "Otra vez será". "Gallardón al paredón". "A Obama le hicieron la cama". La propuesta de Lula era más chula".

Kloster tien su propio cartel; éste:




Un día corriente



No sé si llovía aquella mañana, si estaba encapotado el cielo como manda el otoño, o si aún calentaban las últimas brasas del sol del verano. En Madrid todo es posible.

La ciudad se desperezaba poco a poco. Ahora las ciudades no despiertan, porque tampoco duermen. Pero en 1928, sí. Y, con la luz nítida de la madrugada, reaparecían los sonidos y los aromas familiares, que ya casi hemos olvidado. Madrid olía a fruta fresca, a verduras, a pescado y sal, a colmado, a tienda de ultramarinos recién abierta para recibir la mercancía perecedera. Se oía el estrépito de las cantimploras con la leche recién ordeñada y quizá algún mugido de la vaquería más cercana. Dice Marita que ya había Metro, que ella lo tomaba cuando llegaba desde Málaga con sus padres, y también coches de caballos; que recuerda muy bien haber ido por la calle Fuencarral en uno de esos carruajes.

Y en la madrugada se oían voces humanas, mucho más cordiales que los gruñidos de los motores de explosión. También sonaban las campanas de las iglesias y las de los tranvías que recorrían las calles de la Villa y Corte.

El ABC salió temprano con las últimas noticias de la catástrofe ferroviaria que se había producido en Algeciras, con centenares de víctimas. En la tercera página, Eugenio D’Ors hablaba de “Oriente y Occidente” junto a un anuncio de la crema dental Kloynos y una laca para las uñas llamada Cutex.

Sin embargo, el acontecimiento más importante no salió en la prensa de aquel día ni de los siguientes. Muchas veces ocurre así.

En la calle García de Paredes, un sacerdote aragonés de 26 años llamado Josemaría Escrivá hacía unos ejercicios espirituales en la casa central de los Paúles. Acababa de celebrar la Santa Misa y se retiró a su habitación, donde comenzó a releer las notas en las que había ido recopilando durante los últimos años: mociones de Dios, inspiraciones y propósitos de su oración.

Ordenando aquellas notas, don Josemaría comprendió con total claridad la misión que Dios le encomendaba, aquello por lo que venía rezando desde su juventud. Y “vio” el Opus Dei tal como Dios lo quería y como debía ser a lo largo de los siglos.

“Vio”, de modo inefable, a personas de toda raza y nación, de todas las culturas y mentalidades, buscando y encontrando a Dios en su vida ordinaria, en su familia, en su trabajo, en su descanso, en el círculo de sus amistades y conocidos. Personas con el afán de vivir en Cristo, de dejarse transformar por Él, de luchar por la santidad en medio de sus ocupaciones habituales en el campo, en la fábrica o en el despacho…

Luego sonaron unas campanas; las de la cercana iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, que repicaban en la fiesta de los Santos Ángeles Custodios. Como digo, era un día corriente de otoño; pero, desde entonces, aquellas campanas de gloria suenan el 2 de octubre en todo el mundo.

Sólo han pasado 81 años, muy pocos para una familia numerosa que, con la gracia de Dios, durará mientras haya hombres y mujeres en la tierra.

jueves, 1 de octubre de 2009

Teresas y teresitas



Una audaz locutora de radio, muy obsequiosa con el poder, (no diré la emisora para evitar represalias) ha anunciado solemnemente esta mañana que celebramos la fiesta de Santa Teresita de Ávila, onomástica de nuestra Vicepresidenta de Gobierno.

Kloster estaba indignado:

—¿Pero qué dice esta tía? Santa Teresa de Jesús nunca se llamó Teresita y la Vice tampoco. Hoy es Santa Teresita del Niño Jesús, una monja de Lisieux que murió a los 25 años y es patrona de las Misiones. ¡Llamar Teresita a nuestra Teresona! ¡A dónde vamos a llegar!

—A mí me parece más grave ponerle el diminutivo a la Vicepresidenta.

—Pues también es verdad...