jueves, 8 de octubre de 2009

En el Cielo sí hay trabajo

¿Te acuerdas de esta carta, Isabel? Me la escribiste hace más de diez años, cuando eras sólo una chiquilla y buscabas trabajo desesperadamente en Madrid. Como ves no han cambiado mucho las cosas. Ayer mismo alguien volvió a decirme lo mismo que tú entonces. Reconozco que no es un buen artículo. Habría que decir muchas más cosas; pero hoy no tengo tiempo ni ganas. Conformaos con este refrito.


Querido don Enrique: Hoy he terminado de leer su libro “El Belén que puso Dios”. Allí descubrí una idea que hace tiempo cuajó en mí, y es que en el Cielo Beethoven seguirá componiendo, Nureyev seguirá bailando, Cervantes seguirá escribiendo…, eso suponiendo que lleguen, que así lo espero. Algunas cosas de la tierra ¡me gustan tanto!, que no creo que en el Cielo desaparezcan.

Si yo ahora mismo me muriera y llegara al Cielo, lo único que podría hacer allí sería…, entrevistas de trabajo, tests psicotécnicos y enviar el curriculum a las empresas del allí arriba. ¡Qué cutre! Estoy en el paro, claro.
No llevo mucho tiempo así; lo suficiente para que mis esperanzas se vayan minando. Ya no sé ni lo que quiero.

Estudié Arquitectura Técnica, aunque habría preferido la Informática. Me gustan las maquinitas, pero ¿qué hago yo en el Cielo con un portátil y el windows 95 o la última virguería con que Bill Gates nos encandile? Digamos que las maquinitas me dejan boquiabierta, pero lo que realmente me apasionan son las personas y sus mundos. Si alguien me preguntase ahora: “tú, de mayor, ¿qué querrías ser?”, le contestaría: “escritora”.

Ya soy mayor, y tengo un desconcierto profesional de abrigo. Ni de Ciencias, ni de Técnicas, ni de Letras, sino todo lo contrario (…)
¿Que a qué viene todo esto? Por una parte querría pedirle alguna oración; por otra, tenía ganas de contárselo. Y el tercer motivo, que nos dé a los jóvenes (y a algunos no tan jóvenes y en peores condiciones) que estamos en paro, algo de sentido para estos momentos.

Díganos: una persona s
in trabajo ¿qué es? Quizá a través de su página de Mundo Cristiano pueda hacer una puesta a punto de nuestros motores para que no se paren. Muchas gracias por la oración que me dedique (Cuento con ella) (…) Isabel.

Es cierto que en aquel belén que “inventé” hace años, os hablaba de un Cielo donde se trabaja.

¿No parece razonable, escribí entonces, que los grandes pintores, los poetas, los escultores o los trompetistas continúen su tarea en el Paraíso? ¿Qué sería de Mozart sin la música? ¿Cómo podría Velázquez seguir siendo Velázquez en el Cielo sin una paleta llena de colores y un gran lienzo delante? Pues igual ocurre con los que hacen novelas, con los agricultores, con los cocineros, con los payasos o con los notarios. En el Cielo, trabajar es parte de la felicidad que Dios concede.

Curiosamente este párrafo ha sido el único "contestado" del libro. La mayoría de mis amigos apelaron al famoso descanso eterno para rebatir tan peligrosas innovaciones teológicas. Y hube de defenderme explicando que en el Paraíso se descansa, pero sólo del sudor, de las angustias de este mundo; no de la condición humana. Y tan propio del hombre es conocer y amar, como crear, desplegar todas las posibilidades de su espíritu sometiendo las cosas, para hacerlas suyas, dejando en ellas su huella de soberano. Esto es el trabajo, al menos ésta es su dimensión fundamental. Por eso estoy convencido de que, cuando lleguemos a la gloria, y cuando, al final de los tiempos, nazcan los cielos nuevos y la tierra nueva, tendremos una gran tarea que hacer: el hombre seguirá siendo creador, a imagen de Dios; eso sí, sin agobios ni fatigas.

¿Cómo imaginar una felicidad simplemente pasiva? ¿Quién será capaz de renunciar a esa dimensión del espíritu humano que es su capacidad de dominar la naturaleza. El señorío del hombre se expresa adecuadamente cuando graba su impronta en la materia, cuando la trabaja, y se gloría en esa labor.

De verdad, no concibo un Cielo sin el gozo creador que Dios mismo ha querido concedernos también en la tierra, a pesar de que aquí haya que pagar un peaje de esfuerzo y de sudores.

Claro que luego, al pensar las cosas las cosas con más detenimiento, uno encuentra ciertas dificultades. Hay profesiones que existen precisamente por lo que el hombre tiene de débil e incluso de pecador; por tanto, por muy santificables que sean en la tierra, no parece que tengan cabida en la Gloria. Lo de Mozart y Nureyev está muy bien, pero ¿qué hacemos con los sepultureros, con los policías, con los médicos, con los criminólogos o con los bomberos? ¿Deberán pasar al paro como Isabel?

Hablo en serio: este mundo pasa, pero los nuevos Cielos y la nueva tierra nos traerán nuevos y espléndidos quehaceres. Tal vez Isabel escriba allí arriba una gran novela y yo la lea como parte de mi propia felicidad accidental. En todo caso, su trabajo de ahora es buscar trabajo 8 horas al día (así se encuentra siembre), abriéndose paso a codazos en esta selva madrileña, con la sonrisa en los labios y la mirada en el futuro trabajo del Cielo.

28 comentarios:

Clara dijo...

La verdad, no me imagino el cielo pero la idea de la eterna contemplación de Dios me parece maravillosa. De todas formas, vaya tema complixado. Vuelvo al principio, no me imagino...

Anónimo dijo...

Pues yo no me imagino el Cielo como el lugar de trabajo en el que ahora estoy , no puede ser D.Enrique , yo me quedo con la eterna contemplacion de Dios ycon la compañia de nuestra Madre , eso si es Cielo.
Inma

Anónimo dijo...

Don Enrique:
A mi también me impactó lo del trabajo en el Cielo.
Gracias

Anónimo dijo...

Alleluya!! D. Enrique, gracias por resaltar la condición humana: "en el Paraíso se descansa, pero sólo del sudor, de las angustias de este mundo; no de la condición humana. Y tan propio del hombre es conocer y amar, como crear, desplegar todas las posibilidades de su espíritu sometiendo las cosas, para hacerlas suyas, dejando en ellas su huella de soberano. Esto es el trabajo, al menos ésta es su dimensión fundamental. Por eso estoy convencido de que, cuando lleguemos a la gloria, y cuando, al final de los tiempos, nazcan los cielos nuevos y la tierra nueva, tendremos una gran tarea que hacer: el hombre seguirá siendo creador, a imagen de Dios; eso sí, sin agobios ni fatigas."

Siempre pienso que si no amamos al mundo apasionadamente, no seremos capaces de amar apasionadamente en el Cielo y la vida será un sin sentido.

Olga Papathoma dijo...

Me encanta: ¿poder hacer todas esas cosas que nos gustan, sin prisas: leer, tocar el piano, pintar, escribir, crear un jardín de ensueño, jugar con nuestros hijos, reírnos con nuestros amigos...y todo eso junto a Dios? Uff, sólo de imaginármelo ya me dan ganas de ir.

Olga Papathoma dijo...

Ah, cámbiele la etiqueta: de "refrito", nada: esperanza? sentido del trabajo? sobre el Cielo? que sé yo...

Anacleto dijo...

Don Enrique, esto me trae a colación otra duda peliaguda. En el cielo, ¿San Josemaría tendrá gafas?
Con cuerpo glorioso se supone que no, pero creo que quedará un poco extraño...

María dijo...

Yo estoy como ella, buscando trabajo, igual no ocho horas al día, pero si qe le dedico tiempo, ganas, ilusión y rezos. Don enrique, me suena que por ahí circula una novena para encontrar trabajo, quizá a los que estén como yo, nos viene bien es ayudita de más. Yo le agradecería que la colgara porque la he estado buscando y no la he encontrado y me he montado yo una, pero si la pudiera colgar....

Gracias!

Anónimo dijo...

Yo ya he encontrado la solución a los sepultureros. Seguro que al sepulturero le habría gustado más construir para vivos que cavar para muertos. Pues construirá. Edificios sin goteras, porque la materia ya no tendrá sus limitaciones. El pintor no se va a cansar, y un día nos pintará la casa de verde y al ¿día? siguiente de rosa. A lo mejor sí hay día y noche, pero como no vamos a necesitar descansar... Claro que, casas no vamos a necesitar, pero edificios para guardar... libros, por ejemplo, harán falta, o no, ¡qué sé yo! Cuando no haya limitaciones la imaginación llegará mucho más lejos. Aquí llamamos trabajo al remunerado (y hay muchos que no lo están). Allí ninguno estará remunerado, ¿para qué? El concepto de trabajo tendrá su significado verdadero.

En realidad vamos a trabajar en aquellas cosas que nos gustan y que aquí, por un motivo u otro, no hemos podido hacer. O en las mismas que hacemos pero sin limitaciones. ¡Maravilloso! Y mientras, hablaremos con Dios y nos llevaremos estupendamente con los demás. Nunca nos faltará tiempo para nada. Podremos leer cuentos de niños ¡sin cerrar la puerta! porque no habrá pudor. Todos estaremos sonriendo a todas horas, dará gusto mirarnos unos a otros.

¡Sin políticos! estos sí que no sé a qué pueden dedicarse allí.

Encenderemos la radio y escucharemos que en Kuala Lumpur hay una mujer a la que se le ha ocurrido hacer yo qué sé qué cosa divertida y están todos "partiéndose" de risa, a carcajadas, pero sin dolor de estómago ni desencaje de mandíbula. Y nos lo contaremos unos a otros ¿has oido lo de esa mujer? y seguiremos riendo.

Y oiremos y veremos cómo ríe Dios.

Almudena dijo...

Lo mejor de estar mucho tiempo buscando trabajo y alimentandose con las amarguras del paro es que, cuando se encuentra, sea lo que sea, se coge con un gusto y un amor que asombra a los que nunca se vieron humillados y apartados por el desempleo. Que Isabel y tantos como trabajan buscando trabajo, se sigan haciendo mejores. Yo sé por experiencia que, cuando por fin les llegue la oportunidad, sabrán ejercer con amor lo que les toque. Y de eso está muyyyyy necesitado el ámbito laboral.

Ourense San Francisco dijo...

Don Enrique, no puedo dejar de pensar en una tertulia en Torre I en la que, no recuerdo que ilustre invitado, nos dijo que el Cielo sería estar haciendo todo el tiempo lo que más nos gusta... Enseguida se vertieron las más variopintas opiniones: conducir un ferrari en un circuito interminable, que si el subdirector -hombre sabio- estaría en continuas tertulias con Santo Tomás, Aristóteles y compañía, beber cerveza a todas horas (¿? -menos mal que no habrá cirrosis, porque el proyecto es cuanto menos peregrino) No, nadie pensaba en trabajar... Pero por lo menos ya ve que que hay por ahí circulando "innovaciones teológicas" mucho más peligrosas a las que no le vendría mal leer esta entrada.

Ourense San Francisco dijo...

Por cierto D. Enrique, aunque no tenga que ver le comento que la pasada semana hubo robos en cuatro Iglesias de la provincia de Almería. En una de ellas robaron el Sagrario, profanando las Sagradas Hostias, tirándolas al suelo. Ésta profanación se suma a una ocurrida hace un año en la que robaron un copón que contenía, al Señor Sacramentado -al menos 150 formas Consagradas, no sabiendo qué pasó con ellas- Por lo que he leído, se han celebrado Misas de reparación sobre la marcha... Por suerte desconozco como se debe actuar en estos casos -señal de que, gracias a Dios, no lo había vivido antes, pero estoy rezando por el tema y me he imaginado que difundirlo entre gente de bien, que también pida perdón por este desmán, es un buen paso a seguir. Un saludo y gracias.

Enrique Monasterio dijo...

Eso es lo que debemos hacer, Ourense-SF: desagraviar, y pedir perdón, porque demasiadas veces dedjamos solo al Señor. Todos tenemos algo de culpa.

Lucía dijo...

A mí me gustaría que en el cielo, si tengo que seguir trabajando, me dieran cualidades que no tengo.¡Eso si sería maravilloso!

Anónimo dijo...

María, dejo esta oración a San Judas Tadeo, pidiendo su intercesión ante Dios por todas las personas que no tienen un trabajo digno para salir adelante. Dios te bendiga. (El 28 de octubre es el día de San Judas Tadeo)

ORACION A SAN JUDAS TADEO, POR EL TRABAJO Y LA FAMILIA

San Judas Tadeo, intercesor en todo problema difícil, siento en mi interior la tentación y la tristeza de no ser fiel al Señor. Alcánzame, te lo ruego, la gracia de cambiar eficazmente y a fondo mi vida.
Consígueme el trabajo en que me realice humanamente, y que así, tenga lo suficiente, en todos los aspectos, para mi familia. Que lo conserve a pesar de las circunstancias y personas adversas. Que en él progrese, que me rinda el tiempo y el dinero. Y que día a día trate de desempeñarme como un servicio a los demás.
Alcánzame la presencia y fortaleza de Dios, en medio de mi familia, para que como familia lo amemos, lo alabemos y recemos, le agradezcamos y ofrezcamos el diario cumplimiento del deber.
Únenos estrechamente como familia humana y de Dios; protégenos en toda circunstancia.
Asocia tu intercesión a la Sagrada Familia, de la cual eres pariente.
El promover tu auténtica devoción, que sea una expresión de mi gratitud. Amén.

Anónimo dijo...

Pues yo sí entiendo el cielo con trabajo...hay ratitos en los que experimento que se puede...otros no tanto...supongo que ese es el problema aquí en la tierra.

c3po dijo...

Lo que no termino de entender es porqué en el cielo no se va a trabajar, si Dios creo al hombre (y a la mujer, no la liemos) "ut operaretur". Igual cambia de opinión, pero no me parece que vaya a hacerlo...

Enrique Monasterio dijo...

c3po: ya que eres pajarero (más que yo) te recuerdo lo que dice el libro de Job: "homo nascit ad laborem et avis ad volatum"; o sea que las aves nacen para volar y los hombres para currar.

Isa dijo...

Nunca había oído yo esa visión del cielo...¡habrá institutos allá arriba! eso sí, los críos serán buenísimos, listísimos y nada cafres, ¿no? ¡qué gusto!

Anónimo dijo...

Pues entonces, entre que no hay trabajo, matamos a los no nacidos y damos la píldora del día despúés a adolescentes con 20 eur (no hay más requisitos) lo que estamos haciendo aquí es un pre-infierno???

Todos a la manifa del 17!!!!!!!!!

Yuria dijo...

Todo en este post es precioso.

Anónimo dijo...

Yo lo primero que pensé al leer ese capítulo fue: pues yo voy a cocinar, a comer cosas buenas, a dormir... porque, a quién no le gusta la siesta? aunque no nos cansemos, dormir es una de las mejores cosas que hay en este mundo...

Rosa dijo...

No puede ser D.Enrique, Dios nos puso a trabajar como castigo.....no me imagino un cielo con despertador, atascos, objetivos que cumplir, cotilleos en los pasillos.....

Enrique Monasterio dijo...

No, Rosa: el trabajo es anterior al pecado. El castigo es "el sudor de la frente", las penalidades del trabajo; pero Dios colocó al hombre en el Paraíso "para que lo trabajara"

Juanma Suárez dijo...

Hoy, que me pongo "al día" con su blog, don Enrique, la cosa va de libros. El último libro que he leído se titula "Me muero por ir al cielo", de Fannie Flagg. En ese libro el cielo es como usted dice en su entrada: se hacen pasteles de manzana, Ginger Rogers y Newton se pasean por allí, se habla con los amigos... y Dios es un hombre y una mujer (en fin, una licencia poética le llamo yo). ¨Hablo en mi blog del libro, y creo que es bastante recomendable...

Castomel Kisslerhoff dijo...

Pues yo no opino lo mismo que ustedes. Creo que todo lo que es bueno y nos gusta del trabajo (igual que de todo el resto de las cosas), lo encontraremos en Dios.

Y que lo que Velázquez buscaba al pintar, y Cervantes al escribir, lo encontrarán en Dios. Esa era la idea que intentaban transmitir todo el tiempo.

Pero no niego que pueda haber trabajo cuando haya un cielo nuevo y una tierra nueva.

A propósito, sobre el tema, me gustaría recomendar "El Gran Divorcio. Un sueño." de C.S. Lewis, en el que se menciona el tema.

Pero yo recordaría lo de "ni ojo vió..."

Kairos dijo...

Para María, por si no la ha encontrado todavía:

www.josemariaescriva.info/opus_dei/novenadeltrabajo.pdf

Me ha encantado su idea Don Enrique, me ha alegrado el día. De refrito como ya le han dicho nada. Un pensamiento original e interesantísimo para reflexionar.

anmajabe dijo...

Don Enrique:
qué alegría sus palabras. Me siento extraña tantas veces ante la gente cuando reconozco que nunca me quiero jubilar. Se cumplirá mi sueño para siempre!.