sábado, 10 de abril de 2010

En el fondo del bolso


Carolina, aquella antigua alumna que recibió un corazón nuevo el verano pasado y que nos hizo rezar días y días, ahora está como una rosa. Hoy me ha puesto un mensaje en el facebook:

"Ayer estuve al ladico del cole antiguo, estuve a punto de llamarte, pero creí que me había dejado el móvil en casa por las prisas. Al final llegué a casa y estaba en el fondo del bolso. "

Y yo, que siguo con mi viejo corazón sin transplantar, me lleno de melancolía y pregunto:

a) ¿Por qué los móviles de las antiguas alumnas están siempre en el fondo del bolso? ¿Qué hay encima?

b) ¿Qué extraño síndrome les impide hacer mil cosas buenas cuando están a punto?

16 comentarios:

GAZTELU dijo...

Querida Carolina,no te llenes de melancolía,los bolsos de las mujeres es un misterio que la ciencia todavía no ha podido resolver y creo que no resolverá nunca.
Son los bolsos de las mujeres y punto.Si yo te contara del mío,podríamos hacer un diario tipo los de D.Enrique,jamás aparecen las cosas en el momento que tienen que aparecer,exceptuando el monedero con 2 perras y el rosario de mi abuela.
Celebro verte por aquí,un abrazo fuerte.
GRACIAS D.Enrique por traernos noticias de Carolina.
Encomiende a las alumnas de Aldeafuente que hoy se confirman,entre ellas,mi hija "alias" INES.

Bernardo dijo...

Además del móvil está el timbre de la puerta.

Yuria dijo...

Fueron las prisas, seguro, cuando Carolina salió de casa. Ahora nuestros bolsos llevan un departamento para colocar el móvil. Pero seguro que la próxima vez lo encontrará sin problema.

Por cierto, D Enrique, el modelo de bolso que nos has puesto es muy elegante (¿dónde se puede adquirir? ...).

Isa dijo...

¡Uf! qué pregunta tan compleja...¿pereza? ¿comodidad? no sé...

Pseudonima anónima dijo...

Pues mi móvil no lo suelto ni muerta ! Es como las cápsulas de uranio enriquecido de las pelis de espías americanos. Llevo libros interesantes , el Evangelio comentado, el rosario,reflexiones...el trabajo, la compra, los blogs y globos.... Una vez un sacerdote que tiene gracia para dar y tomar me dijo: si pierdes el móvil te da algo! , le conteste; le da algo al que se lo encuentre y lo lea!
Yo me quedaría con lo positivo: ese buen pensamiento de llamarle es cariño y echar de menos , y seguro que acompañado de enseñanzas buenas aprendidas de usted!
(incluido el despiste,quien es el que se deja la mitad de las cosas cuando se va a dar retiroooooooos????????)

Emilio Muñoz dijo...

bonita historia. mejor herrata...

Pierre Nodoyuna dijo...

Don En, comprendo su melancolia: el movil hubiera estado mas arriba si lo hubiera necesitado "de verdad". A que a lo mejor lo escondio el sentimiento de "si le llamo, me complico"?

Papathoma dijo...

La mitad, no: sólo tres. :)

Anónimo dijo...

¡Cuantas cosas en la vida se nos quedan en el hondón del bolso, es decir, del corazón!
Yo tengo la impresión que, muchas veces las más importantes!: una llamada que no hice a tiempo, unas palabras cariñosas, un hacer algo por el otro, un decir lo siento, un beso, una caricia...
El único consuelo es pensar que el bolso del corazón tiene un fondo -para lo malo- ¿?y que una vez hemos olvidado tantas cosas... las próximas quedarán arriba...y ya no habrá excusa alguna para hacer lo que debemos hacer!

Anónimo dijo...

Conozco a muchas personas, fundamentalmente a mí misma, que pensamos que hay cosas que se dan por supuestas y un extraño pudor nos hace difícil dar las gracias porque creemos que se "sobreeentiende".

No es que sea tímida pero a veces me invade una curiosa vergüenza para dar las gracias a personas que me han ayudado mucho. He tardado muchos años en darme cuenta que, ya no sólo por cariño, sino por justicia tengo que agradecer los detalles que tantas personas tienen conmigo o con mi familia. Hasta a quien no parece necesitarlo (o no lo necesita, directamente) le refuerza el cariño y el agradecimiento.

Creo que el agradecimiento sincero nos hace más fuertes a todos. A quien lo ofrece y a quien lo recibe.

Anónimo dijo...

Pseudónima anónima, creo que no se deja la mitad de las cosas, sólo una!

Lucía dijo...

Entiendo que es más fácil decir algo en Facebook que por teléfono y a veces uno no se atreve ni a decir:"necesito algo", sino que dice otra cosa por si la otra persona capta el "necesito algo".Por lo menos a mí me pasa.
También algunos, no sé por qué, a veces no damos las gracias a los que más nos han ayudado.Quizá vemos tan natural el que nos ayuden...
Es lo que me pasa con éste blog, veo tan natural que se renueve todoas los días, que me ayude a pensar , que me haga reir...que no doy las gracias a su autor.
¡Muchas gracias!

adela dijo...

Habrá que meditar sobre ese extraño síndrome....

GRACIAS

MARTINA dijo...

Al menos ella lo lleva, a mi se me olvida cargarlo casi todos los días .... es un ente que aunque útil lo considero esclavizante ... quizás inconcientemente me libero olvidándolo.

Tengo entendido que por las leyes de la física las cosas más pesadas tienden a irse más hacia abajo por el peso y las más livianas están encima. Basta con ver la ropa en la lavadora luego de un par de ciclos de remojo.

Las cosas importantes son las que se arraigan en la profundidad ... nos dejan marcas ... las livianas quizás duren como mucho un par de días antes de que se las lleve el tiempo.

Clara dijo...

El móvil siempre estâ en el fondo porque es pequeño y pesa más. A esa conclusión he llegado después de buscarlo mil veces. Y aún sabiéndolo me cuesta encontrarlo.

Lo del compartimento específico es cierto. Pero quién se acuerda de él al dejarlo, siempre con prisa, dentro del bolso...?

Andrés dijo...

Estoy de acuerdo en que el bolso de las mujeres es un pozo sin fondo... pero no me creo que no tenga el móvil a mano (muchas veces se lleva en los lugares para ello que hay en los bolsos).Me huele a escusa barata...

Por otro lado me alegra mucho que esté "como una rosa".

Debe ser momento de confirmaciones, porque también es la de mi hermana.

Un saludo