miércoles, 12 de mayo de 2010

El peor tenista del mundo




Nadie puede afirmar con rigor que Robert Dee sea un tenista de éxito. De hecho perdió los 54 primeros partidos de su carrera como profesional. Sin embargo tampoco saquemos las cosas de quicio. Hay que reconocer que el muchacho tiene mérito: no es nada fácil perder siempre. Yo mismo, a pesar de mi manifiesta torpeza con la raqueta, he ganado algún encuentro sin querer, aunque ahora mismo no recuerdo bien si mi rival se presentó en la pista o tuvo un ataque de gastroenteritis. En cualquier caso, morder el polvo siempre, sin pausas ni desfallecimientos, es todo un record y, como tal, merece respeto y consideración.

The Daily Telegraph, que es un diario frío y cruel, no opina lo mismo, y, en lugar de alabar la perseverancia del atleta y su franciscana humildad en la cancha, se ha permitido hacer bromas sarcásticas asegurando que se trata de “el peor tenista del mundo”. Y eso no está bien, francamente. Uno entiende que el bueno de Robert se haya sentido molesto y haya recurrido a su abogado para interponer una demanda por difamación contra el periódico.

Ignoro cuántos pleitos de este tipo habrá ganado en su vida el letrado en cuestión. No sé por qué sospecho que su carrera debe de estar a la altura de la del cliente. Al menos en esta ocasión sólo ha conseguido añadir una derrota más al historial deportivo de su patrocinado. En efecto, una juez británica (aunque me torturen jamás escribiré “jueza”) ha declarado solemnemente que el periódico tenía razón; estamos, también según ella, ante el peor tenista del mundo.

Al conocer la noticia, Kloster y yo nos apresuramos a felicitar a Dee por su 55ª derrota consecutiva. Habría sido lamentable y poéticamente impropio que la primera victoria del tenista se produjera, no sobre tierra batida o sobre hierba, sino sobre la pulcra moqueta de un tribunal. La sentencia demuestra, además, la verdad del viejo aforismo jurídico: summum ius, summa iniuria: el derecho estrictamente aplicado es una gran injusticia.

¿El peor tenista? ¿Por qué? Un tenista malo malísimo era Mc. Enroe que llegó a ser número 1 del mundo pero se lo gastaba todo en antiácidos para combatir la furia asesina que demostraba en cada partido. Mc Enroe no sabía jugar, sólo sabía ganar. Y si alguna vez caía derrotado, se ponía de morros, rompía la raqueta con saña e incluso lloraba a lágrima viva como si le hubiesen arrancado el hígado sin anestesia. Cualquier cosa con tal de no felicitar a su adversario.

Robert Dee, en cambio, disfruta jugando. ¿Por qué si no continúa en el circuito profesional? Nunca ha recibido un premio, ni falta que le hace, pero ha ganado algunos juegos e incluso varios sets. Los demás tenistas están encantados de enfrentarse con él porque saben que no es peligroso y siempre se comporta como un autentico gentleman: no protesta las decisiones de los árbitros, sonríe a los adversarios, da la enhorabuena al vencedor en cinco idiomas y sabe muy bien que la vida no es un sueño, sino un juego en el que lo importante es luchar sin perder nunca la sonrisa.

Me dice Kloster que se siente muy identificado con este gran tenista británico porque él también acumula en su historial series interminables de derrotas. Asegura que se pasa la vida luchando contra la gula, la pereza, la envidia, la soberbia…, y los resultados están a la vista. Alguna victoria habrá habido, digo yo, pero jamás un partido completo. A veces gana un set a la gandulería o al egoísmo, pero siempre se vengan los pecados capitales y acaban venciéndole en el tie break.

Sin embargo, no hay que desanimarse. Le recuerdo a Kloster que hay que seguir luchando, porque hasta el rabo todo es toro y en la batalla de la vida lo importante no es el curriculum que uno pueda presentar al llegar a la meta: basta con ganar un punto, una bola, la que pondrá fin al partido.

–¿Y cuándo caerá esa bola?

–Cuando Dios quiera, colega. Si no sueltas la raqueta, Él se encargará de suspender el partido cuando vayas ganando.



9 comentarios:

Bernardo dijo...

¿Qué decir? Pues que me ha gustado, sí señor.

Hale, vuelta al partido, que el juez de silla ha cantado "time".

MARTINA dijo...

La perseverancia es una muy buena virtud junto a la paciencia ( son las dos que evidentemente me hacen falta con urgencia)

María dijo...

Me agarraré bien a la raqueta.

Altea dijo...

Muy animante, la verdad. Si hay que quedarse sólo con algo, elegiré la última frase.

melina dijo...

Muy buen post don Enrique!! es muy cierto lo q dice lo importante no es ganar siempre sino saber levantarse y comportarse en las derrotas.Muy bueno para tenerlo en cuenta ( y tambien viene a colacion del masters 1000 de Madrid :))

Andrés dijo...

Empezaba a pensar que se había vuelto a marchar.(mucho infinitivo para una sola frase...)

Me ha encantado. Como dijo el filósofo:"Panta rei"; que bien entendido es un canto contra la pereza.

Saludos

Anónimo dijo...

Muy bueno Don Erique

Isa dijo...

Me ha gustado mucho, don Enrique. Por cierto, no conocía yo a este pobre tenista...Parece buena gente...

Almudena dijo...

Mc. Enroe no tendría educación, ni humildad, vale. Pero de ahí a decir que era mal tenista... No, no y no. Que no.