domingo, 13 de febrero de 2011

Un vampiro en el centro comercial


Ahí lo tenéis. Estaba en Artea, el gran centro comercial de Leioa, al que acudí para resolver un problema que tenía el teléfono de mi madre. Al terminar la gestión, di un paseo por la zona de los libros, que está muy bien surtida. Acababan de abrir el local y apenas había gente. 
El chaval, sentado en el suelo, tenía entre las manos una novela de vampiros; pero lo curioso es que ya iba por la mitad. Me acerqué: 
―¿Te has leído ya todo eso?
―Bueno, es que vengo todos los días. 
―¿Y el cole? 
Se encogió de hombros.
―O sea que te escapas…
No dijo ni sí ni no, sino todo lo contrario, y yo me quedé con una sensación extraña: es la primera vez que veo a un chaval de esa edad que hace pellas en el colegio para leer un libro. 
Claro que era de vampiros. Quizá el mismo lector era un vampiro que se interesaba por los demás ejemplares de su especie. ¿Qué se hace en estos casos: reñirle o felicitarle? Opté por sacarle una foto, tratando de que no se le viera la cara. Como sabéis, los vampiros no salen en las fotografías ni se reflejan en los espejos. Así que le pedí permiso. Él volvió a encogerse de hombros.

12 comentarios:

Cordelia dijo...

Yo al chaval lo entiendo.
Pellas en el colegio, no, que no se podía y estaba controladísimo. Pero leer en clase, no sé las veces. Se ponía el libro en el regazo, y encima de la mesa el de texto, y se hacía como que se leía del visible...
A mí solo me han pillado una vez, leyendo una novela de, lo confieso, el Coyote. ¡Qué buenas eran aquellas novelas! Por lo menos , los buenos eran buenísimos y los malos, malísimos
El chaval de la foto recuerda un montón a Bastián Baltasar Bux...

Vila dijo...

Pues sí es un dilema... el mismo que tengo yo cuando me escapo de las clases de ingles, al medio día, porque ese día prefiero ir al Cole a la misa de 14h.

Los siento, es un poco pío el comentario, pero es que me ha recordado mis actuales escapadas...

LAH dijo...

Pues según que colegio, porque en el de mis hijos no es asi, El colegio llama a la casa del niño si ha visto que no llega.
Vaya pena de niño...
saludos

Isa dijo...

Mire el lado bueno, por lo menos lee. Yo creo que es un buen chico, ya se tomará las clases en serio...

Pierre Nodoyuna dijo...

Qué conversadores Los de Bilbao. No le sacó muchas palabras al vampiro, eh? A los que hay que regañar es a los "educadores" que hacen del colegio un sitio donde algumos niños no quieren ir.

DAVID DIAZ CRIADO dijo...

Pues a mi me ha gustado el chico. Seguramente le hubiera regalado ese libro que tanto le gustaba. Tengo la impresion de que en el futuro este chico va a luchar verdaderamente por algo grande.

Papathoma dijo...

No me creo que no hablara nada más con el chaval. Otra cosa es que nos lo quiera contar...

Anónimo dijo...

¡Ese no es un vampiro, es un extraterrestre camuflado!

¡Un chico que lee en estos tiempos es un milagro!

No soy políticamente correcto respecto a su asistencia al cole, pero... que lea, que lea... vampiros o Mortadelo... Después dará el salto por sí solo a cosas mayores.

Leí un libro que me gustó sobre la lectura. El autor; Daniel Penac; el título: Como una novela.

Y decía que el verbo "leer" no admite imperativo. No se puede obligar a leer.

ROPEGRA.

Anónimo dijo...

Don Enrique, como madre de menores que leen su blog, no se si regañarle, pero lo de escaquearse del cole esta fatal.
A los padres es a quien hay que regañarnos de vez en cuando: menos cosas con cables y pilas y mas libros. Si es que a veces damos la impresion de querer tener hijos robots y no personas libres!

Antuán dijo...

Leemos para saber que no estamos solos. No se si es del libro o simplemt. de la peli: Tierras de penumbra". Donde uno de los alumnos se pasa la clase durmiendo y al sonar el reloj se va. Despues el profesor le descubre robando libros de la biblioteca y le llama la atención: solo los cojo prestados y cuando empiezo uno no puedo dejar de leer. De ahí sus siestas. Pasado el tiempo después del zarpazo (del dolor) se lo encuentra en un tren, le dice que su padre era maestro, el le enseñó eso y el muchacho ya da clases. A mi no me sorprende porque hago lo mismo, me llaman los libros y me sentaría en la libreria de la estación o por lo menos leo la contraportada para saber de que va.
Cordelia: La historia interminable... buen libro. Y Vila hoy di de comer a 70 vampiros: 5 Kg de tallarines a la carbonara. Hemos batido el recor en una hora fuera. Adiosle.

Papathoma dijo...

En mi epoca de Insti -cuando aun la enseñanza en la publica era diferenciada- no ibamos a veces a clase para preparar algun examen o por algun motivo especial.

Alrededor del 30% se iban antes de la clase de Reli, eso si, despidiendose educadamente del cura que nos daba las clases.

Entonces no lo veiamos mal. Cuando me quedaba en casa a repasar un examen -me ponia electrica, aunque sacara buenas notas- mis padres obviamente se enteraban...pero respetaban mi decision.

Supongo que eran otros tiempos.

Orisson dijo...

Pues en mi humildad yo me leí Trinidad de León Uris haciendo pellas (y tantos otros, como la biografía de corta y pega de Hernán Cortés escrita/recopilada por Madariaga, o Plaza del Castillo de Rafael García Serrano). No nos engañemos, don Enrique, mola más leer que ir a clase (aunque suene un poco paradójico).

Un saludo