sábado, 23 de julio de 2011

La partida



Ignacio la había preparado cuidadosamente. Después del último campeonato, en el que quedó segundo por culpa de una sutil ilegalidad de su contrincante, pensó que no le sería difícil vencerme. Al fin y al cabo él es más joven y se conserva más en forma.
Trabajó a fondo con el ordenador. Estudió mi posible estrategia y, una vez convencido de que el triunfo sería suyo, me invitó a su casa.
Tomamos una crema de melón y una dorada a la sal para desentumecer el cerebro. Al final, le pregunté por el tablero de ajedrez. Me miró. Leí el pánico en sus ojos y se rindió antes de empezar.
Como digo, Ignacio es algo más joven que yo y está en mejor forma: tiene 8 años. Ahora dice que, cuando haga la primera comunión nos veremos las caras.

7 comentarios:

Ignacio dijo...

Por supuesto para que tu me des mi primera comunion

La madre de Ignacio dijo...

Hasta ayer estaba dispuesto a retarle a una partida, pero hoy... cuando esta mañana quería entrenar, su padre y yo le hemos dicho que "un poco tarde" que la paliza sería segura, jajaja.

La realidad, donde haya dos Ipad (la suya y la de mi marido) y con mi muchacho haciendo competiciones sobre los mejores juegos que tiene cada uno... pues el pobre ajedrez ha quedado relegado.
Bueno, un poco de miedo en la mirada sí que había también...

Muchas muchas gracias por su visita, usted se ha llevado, al menos, una receta culinaria especial de mi marido y nosotros nos hemos quedado con la satisfacción de saber que le hemos hecho pasar un buen rato y hacerle mas llevadero eso de la nueva década joven.

Bernardo dijo...

La partida del siglo tendrá que esperar.

En cualquier caso, no asustarse: se aprende más de los fracasos que de los éxitos.

Enrique Monasterio dijo...

Por cierto, Bernardo. Felicita a Jaime en su cumple de mi parte. ¿Fue ayer?

Carlos García dijo...

¡No tiene corazón! ¡Hacerle eso a un infante de 8 años! Estoy viendo su mirada, tan distinta de la del pobre chaval: los ojos pequeños, esa media sonrisa, ... ¡Pobre chico! Y, además, lo cuenta, ... y ¡cómo disfruta contándolo! Lo dicho: ¡no tiene corazón! :-)

Vila dijo...

Uy Carlos, si como dijiste el otro día le conoces desde que tiene 28 años. No seas malo... ya sabes que si rebuscamos, en el fondo, buen corazón sí que tiene y ayer lo saco a la superficie. Se portó como todo un honorable caballero con su joven contrincante. Vamos, que estuvieron todo el rato jugando con el Ipad.

Ignacio se ha reído de lo lindo con esta entrada.

Cordelia dijo...

Disfrute mientras pueda. No creo que vaya a seguir viendo miedo en los ojos de Ignacio mucho tiempo.
Ese chaval promete...mucho