sábado, 27 de octubre de 2012

Una hora de prórroga




Hoy Europa, en vez de recortarnos algo, nos regala una hora. No sé si a las cuatro serán las tres o a las tres serán las dos. Tampoco me voy a molestar en investigarlo. Lo que importa es que dormiremos un poco más y yo rezaré el Ángelus a la una. Como el lunes el gobierno canario me regalará otra hora, mejor que mejor. El Ángelus será a las dos y el "mojo picón" a las cuatro y media.
Ni se os ocurra quedar con alguien a las dos de la madrugada. Las campanadas de las tres sonarán dos veces esta noche, y si llegáis a la cita a las dos y media no quedará claro si os habéis retrasado media hora o todo lo contrario.
Preveo conflictos familiares esta noche.
Vanessita Rodríguez, por ejemplo, sabe muy bien que los sábados puede salir hasta las dos de la mañana y ni un minuto más.
―Entonces ―pregunta la interfecta― si vengo a las tres en realidad vengo a las dos, ¿verdad papá?
No cedáis, padres: si lo hicierais habríais empezado a perder la guerra.

2 comentarios:

elsillóndepapá dijo...

Hola, estoy seguro que la niña ya ni preguntará. El cambio de horario sirve para tener un par de días la excusa para llegar arde.."Vaya se me olvidó camiar la hora y...". El prolema es cuando lo utilizas después de una semana. Parece que una horas más para dormir... o es menos, bueno no lo sé. Un abrazo

Rocio dijo...

Buenos días,me he levantado una hora antes,Anoche presencié una discusión familiar,Irene tenía que llegar a las 12 y decía que eran las 11 y su madre,que no,al final quedaron en que llegaría a las 12 y media,no llegó la sangre al río.