viernes, 27 de septiembre de 2013

Las historias de don Fernando (XIII)

Aquel agricultor tenía un grave problema: la cosecha de sandías se presentaba espléndida, pero los chicos del pueblo parecían decididos a terminar con ella. Todas las noches entraban en el huerto y daba buena cuenta de las más gordas y sabrosas. 
Para resolver el asunto, se le ocurrió poner un letrero en un lugar destacado de la plantación:
Se advierte a los ladrones que en una de las sandías he inyectado veneno.
Aquella noche los chicos no comieron nada, pero, de regreso a casa, redactaron otro cartel. 
Al día siguiente el agricultor notó que no faltaba ninguna sandía, pero junto a su letrero había otro:
 Atención. Ahora hay dos sandías envenenadas.

4 comentarios:

Dorita/Alh. dijo...

Que bueno! jajaja

Ana dijo...

Ja, ja, jaaaaa.... Espectacular D.Henry !!! Mil gracias !!! por hacernos sonreir siempre... Buen Finde !!! para todos... Me voy a dormir estoy agotadaaaa...

Ana dijo...

Sonrie siempre Dios te ama !!!

Todoslosnombres dijo...

¡Qué bueno!

D. Fernando, la historia de hoy tiene misterio: no se sabe si esas sandías envenenadas por el diablo se llegaron a vender en los mercados...

Preciosa palabra "sandía" y delicioso fruto. Me gustan esas de tamaño balón de playa de Nivea.

Gracias D. Enrique por sus letritas fin de semana.