jueves, 30 de enero de 2014

Los ingenieros homenajean a don Álvaro del Portillo





MADRID, 30 de enero de 2014 (Zenit.org) - La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Civil de la Universidad Politécnica de Madrid ha acogido ayer una mesa redonda sobre la figura de Mons. Álvaro del Portillo, uno de sus antiguos alumnos más ilustres y que será beatificado el próximo 27 de septiembre en la capital de España.
El director de la Escuela, Carlos Delgado Alonso-Martirena, y el decano del Colegio de Obras Públicas, Jesús Martínez Alegre, han presidido el acto institucional en el que han reconocido la vida y las aportaciones de "un colega universal", primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei, y que nació en Madrid hace ahora 100 años.
Martínez Alegre ha afirmado que "Álvaro del Portillo inició su carrera profesional como ayudante de Obras Públicas, y ese carácter de ayuda y servicio a la sociedad fue el que configuró toda su vida, como se comprueba por las realizaciones que se llevaron a cabo con su iniciativa en beneficio de las necesidades sociales".
Por su parte, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra, Pablo Pérez López ha destacado en Del Portillo "un intenso sentido social" y una vida volcada en “un proyecto común, pendiente del servicio a la Iglesia en el Opus Dei”.
Pérez López ha señalado también que el futuro beato fue “un gran amigo de la libertad, que edificó su vida sobre un voluntario olvido de sí mismo para ponerse al servicio de muchos”.
Trazando un paralelismo entre su vida y algunas características señaladas del siglo XX, el catedrático ha recordado que, contra la tendencia al colectivismo y el triunfo del individualismo, Don Álvaro "tuvo un gran interés por lo social en todas las etapas de su vida" con ejemplos prácticos y concretos que hoy son iniciativas sociales repartidas por los cinco continentes.
En esta línea, ha subrayado que su vida fue "pensar siempre en el bienestar de los demás" y contribuir con su iniciativa y su implicación a "aliviar el sufrimiento de las personas", como demuestra, entre otras cosas, su impulso a la investigación médica aplicada en proyectos como el CIMA, de la Universidad de Navarra, o el Campus Biomédico de Roma.
Por último, Pérez López ha apuntado que el sucesor de san Josemaría fue "un gran amigo de la tecnología, aunque estaba convencido de que la solución de los problemas no es sólo técnica, sino sobre todo, ética". Y ha destacado "su valentía para arriesgar" y su "audacia moral sobresaliente" en unos momentos en los que la seguridad se había convertido en la garantía de los grandes retos.
Durante el acto institucional, se ha proyectado el documental "Saxum. Recuerdos de Mons. Álvaro del Portillo", producido por Betafilms. Su director, el periodista Antonio Tormo, ha afirmado que "he encontrado rasgos de su formación profesional. A veces habla del 'coeficiente de dilatación', en el sentido de agrandar su capacidad de amar. Y afronta como ingeniero problemas complejos: orden y jerarquización, visión de conjunto, serenidad, búsqueda de soluciones sencillas y eficaces".



Monseñor Álvaro del Portillo cursó Ingeniería Civil en Madrid, entre 1932 y 1935, y en el Colegio de Ingenieros de Obras Públicas aparece registrado como colegiado número 788.
Trabajó en la Jefatura de Puentes y Cimentaciones del ministerio de Obras Públicas. Desde 1941 fue Ingeniero de Caminos.
En 1944 se ordenó sacerdote. Fiel colaborador de san Josemaría fue, además, su primer sucesor al frente del Opus Dei.
Sacerdote ejemplar, sirvió a la Iglesia en todo momento. Colaboró en los trabajos del Concilio Vaticano II y recibió la ordenación episcopal en 1991 de manos del beato Juan Pablo. 
Falleció repentinamente en la madrugada del 23 de marzo de 1994 en la sede central del Opus Dei en Roma, horas después de haber regresado de Tierra Santa y de haber celebrado una misa en el Cenáculo de Jerusalén, lugar de la Ultima Cena.
El Pontífice polaco visitó su capilla ardiente mostrando así el cariño que siempre había profesado a Don Álvaro.
Tras su muerte, miles de personas han testimoniado por escrito su recuerdo del prelado: su bondad, el calor de su sonrisa, su humildad, su audacia sobrenatural, la paz interior que su palabra les comunicaba.
El próximo 27 de septiembre monseñor Del Portillo será beatificado en su Madrid natal. 


5 comentarios:

Pedazo de anónimo dijo...

Soy de familia de ingenieros.Todos son gente sencilla...pero ingenieros...pero que sencillos....Y es que un ingeniero es un ingeniero...son los que solucionan los problemas y nada mas.
Claro que el Opus Dei necesitaba un ingeniero! Y el mas sencillo y el mas ingeniero!!!

Vila dijo...

Gracias mil por esta trasncripción

Me ha gustado mucho que cree una "etiqueta" en el Globo de D.Alvaro, seguro que la llenará de recuerdos y demás.

(Y, si lo desea, lea de nuevo el título que lleva una errata, ponga la n ;)

yankee dijo...

Uf. Tela. Poco más se puede añadir. Qué vida más bien aprovechada, y cuántos frutos ha dado. Gracias!

Hexamamá dijo...

Ingeniero, o ingenioso, es el que sabe dar la solución más sencilla a los problemas, normalmente aplicando el sentido común.
Pero cuando el ingenioso aplica la lógica ilógica del Amor (eso de que el primero es el último, el que se olvida de sí es el que se encuentra, el que llora es dichoso...), no puede más que lograr grandes cosas.

Unknown dijo...

Siempre me pareció un padre humilde, devoto de María y servidor de JesúS.