lunes, 18 de agosto de 2014

Un secuestro anunciado

 Quique me ha autorizado a publicar esta foto, después de su primera intervención.

Este año he vuelto a ser secuestrado por la familia de Pilar. Un paréntesis para mi estancia en Arona, que agradezco especialmente.
En la casa de Pilar hay diez perros de razas variadas; una hermosa burra que se llama Pepa y está a la espera de parir un borrico o borrica; tres o cuatro perdices morunas, varias codornices y palomas blancas. Hay también unos conejos enormes que serán sacrificados pronto. Y gallinas ponedoras, tortugas de varios tamaños, canarios de monte, pardillos, dos o tres cabras de aspecto pacífico y qué sé yo; seguro que me olvido de algún bicho.
En la casa de Pilar y Santiago hay mucho más. Está Alicia, que ya ha cumplido 9 años y está cada año más guapa y sonriente. Giovanni, que tiene 14 y ya empieza a criar bigote, pero se resiste a meterle la maquinilla. José María, que volverá de la Península dentro de unos días, igual que Hiurma, su hermana.
Enrique merece este año un capítulo aparte. Me recibe sentado en un sofá con un par de muletas a la derecha, la pierna estirada y un aparatoso artefacto traumatológico clavado a la altura de la tibia.
Lo de la pierna no es una lesión deportiva, sino un disparo de pistola que le alcanzó el hueso y le obliga a permanecer de baja. Yo pienso que habría que darle una medalla. Resulta que hace unos meses un delincuente profesional asaltó un establecimiento cuando  Enrique se disponía a depositar el dinero que transportaba regularmente desde el banco.  Fue un golpe rápido y premeditado. La bala le rompió la tibia y le destrozó un montón de planes.
—Me dijo el médico que hasta fin de año me olvide.
Pronto le harán una segunda operación y tal vez le pongan una escayola, pero Enrique es un tipo duro y no se queja. Asegura que el pistolero caerá cualquier día:
—Es un mercenario. La policía lo tiene bien localizado.
Enseguida cambia de conversación. Dice que se está "bajando" al ordenador todas las temporadas de una conocida serie de televisión: "mentes criminales".
 
 
 
 


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Animo Chaval, te encomiendo. Rezo por ti.

Merche dijo...

Espero que se recupere pronto y bien. Un abrazo.

Altea dijo...

El pobre está en un hospital de la inseguridad social. Me conozco el mobiliario.

Cordelia dijo...

Para ser un hierrajo de esos que ponen los traumatólogos es bastante discreto y hasta estético. Si viera cómo son los feos...
Hay que ver qué gente tan estupenda conoce usted. Un abrazo desde aquí para ese valiente. Y otro de paso para usted

MariLola dijo...

Vaya, ese sí que es todo un secuestro. Rezo por una pronta recuperación y por el aumento de paciencia consiguiente. Consuela saber que hay muchos tipos de "secuestros", ¡cuántos renglones torcidos! Un abrazo

Pedazo de anónimo dijo...

Yo también comparto tu afición por mentes criminales.

No me pierdo una!!!

Ánimo, lo que tienes es cuestión de tiempo y paciencia.

Papathoma dijo...

Qué valiente. Yo estaría todavía con el susto metido en el cuerpo... Espero que no se le haga muy larga la rehabilitación.

Vila dijo...

Animo muchacho!!!!. Realmente te mereces una medalla, o en su defecto un puesto de trabajo algo menos arriesgado.

D.henry nos vendrá de su encierro en el paraíso con otro libro dispuesto para dar a la imprenta?. Ya sabe, nosotros encantados de proponer títulos....( je je, yo siempre liándola...)

Antuán dijo...

Quique eres un valiente. ¡Mucho Animo! Rezo por ti y por tu familia. Adiosle-pido

Antuán dijo...

Quique eres un valiente. ¡Adelante! Te mandaría una pizza por internet. Come que estas muy flacucho. Rezo por ti y por tu familia. Adiosle-pido