miércoles, 3 de septiembre de 2014

Un trozo de Europa junto al corazón de África

En el sur de Tenerife el sol ha reinado sin obstáculos al menos durante un mes. Desde Arona a veces se divisaba a lo lejos una nubecilla gris que trataba inútilmente  de abrirse paso entre las montañas. Luego, al anochecer, desaparecía.
Hace un par de días la nube dio un salto y ya la tenemos encima. No ha bajado la temperatura ni ha dejado caer una gota de lluvia, pero nos sirve de parasol y trae al caer la tarde una brisa húmeda, fría según los lugareños.
Estoy en plena convivencia con una veintena de canarios, profesionales maduros, la mayor parte de esta isla. Me la tomo como un descanso, porque estoy disfrutando y aprendiendo mucho del entusiasmo y capacidad de iniciativa de canariones y chicharreros. Me paso las horas escuchando sus historias y dejándome contagiar por su fe y su elocuencia.
Además tienen un corazón enorme que desborda el archipiélago y alcanza a la América del Caribe y a la Costa del África noroccidental: Mauritania, Guinea Konakry, Senegal, Sierra Leona… Muchos han comprendido que Canarias es un pedazo de Europa anclado  junto al corazón de África y sueñan con convertirse en un faro de civilización y cultura para aquella región, tan cercana. 
Y con la cultura, la fe, el Evangelio. Tienen razón: hay que dar alas a estas islas para que no se resignen a ser una meta turística de sol, playa y sangría. Canarias es una punta de lanza, y los canarios lo saben.

2 comentarios:

Antuán dijo...

Es una maravilla lo que nos cuenta y eso de que Canarias es una punta de lanza está muy retebien. De echo hay gente de otros paises allí. Se espera mucho. Adiosle

Papathoma dijo...

Dan ganas de hacerse canario.