miércoles, 24 de diciembre de 2014

Nochebuena

Las gentes de Belén son generosas. Ana, una viuda anciana, que vivía a poca distancia del establo, vino por la mañana con un pan enorme y una jarra de agua.
—Tu esposa necesita alimentarse —me dijo—. Y tú también, que eres joven. Yo me conformo con poco. Sólo espero que el Altísimo me llame cuanto antes.
Al fin la convencimos de que compartiera con nosotros la comida y hasta se bebió un vaso  del vino que nos regaló Elías.
—¿Elías, el herrero?
—Ese mismo.
—Es un buen israelita, honrado y temeroso de Dios.
Después de almorzar, María entonó una canción muy dulce, una especie de nana que ella misma compuso cuando salimos de Nazaret, y Ana se durmió como una niña chica. La nueva estrella que vino de Oriente ya había ocupado su puesto en lo más alto y su brillo competía con el de la luna en cuarto creciente. Hacía calor, pero me acerqué a unos pastores que acampaban en la cercanía, para pedirles que me prestaran algo de abrigo para mi Esposa.
De regreso, descubrí algo extraordinario: entre unas rocas había un puñado de lirios enormes de color azul; los más hermosos que había visto jamás. Los corté con sumo cuidado y compuse un ramo lo mejor que supe.
Mi Esposa dormía con tanta paz que no se me ocurrió despertarla. Puse el ramo de flores a sus pies y me senté para contemplarla a gusto, hasta que el sueño me venció también a mí.
En el duermevela me sentí envuelto en el aroma de aquellos lirios que parecía llenar todo el recinto haciéndome olvidar el hedor del establo, y hasta creí oí los primeros acordes de una música indefinida, como si alguien estuviese afinando las cuerdas de un arpa lejana.
Era cerca de la medianoche.  


6 comentarios:

Cordelia dijo...

Gracias

Antuán dijo...

Ya falta poco para medianoche. Iré a ver si hace falta una mano en la cocina. Adiosle

Anónimo dijo...

Que significa temeroso de Dios, don Enrique? No es Padre?

Enrique Monasterio dijo...

El "temor de Dios" no es miedo a Dios. Se trata de un don del Espíritu Santo que mueve a la adoración, al reconocimiento de la majestad divina.
La explicación debería ser más larga, pero hoy es Navidad.

Vila dijo...

Feliz Navidad!!!!

Un relato precioso que me ha ayudado a rezar, muchas gracias de nuevo.

Mi padre, al igual que la anciana Ana, también pide al Señor que se le lleve pronto. Yo le pido que sea de la forma mas dulce posible, como en un sueño.

Ayer asistimos a la Misa del Gallo en Santillana y luego vio actuar a su nieto, disfrutó de lo lindo (el y todos).
Doy gracias a Dios por todas las cosas que nos concede


Fernando Q. dijo...

leo, comento, vuelvo a leer, y me dejo llevar por el Relato más precioso que se puede escribir. Magistralmente, por cierto