jueves, 28 de abril de 2016

La primera oropéndola

 En la Parroquia del pueblo hay 21 nidos de cigüeña
Como un relámpago de oro cruza frente a mi ventana la primera oropéndola del año.
Estoy en El Soto. Predico un curso de retiro, algo más breve que los demás, a 14 mujeres de la Obra. Mi móvil de Vodafone no tiene cobertura y la línea del teléfono fijo está averiada. Es lo que tiene la Sierra de Madrid. En cambio, desde hace un año funciona la wifi y puedo watchapear con el resto del mundo.
La oropéndola lanza una especie de maullido desde el árbol donde se ha posado. Luego llama a su pareja con un silbido poderoso.
La casa y el jardín de "El Soto" son un oasis verde en medio del pedregal. Para llegar hasta aquí hay que tomar un camino de tierra de varios kilómetros. Si el tiempo es lluvioso el coche terminará bien embarrado. En caso contrario llegará cubierto de polvo.
Ya ha aparecido la hembra de la oropéndola. Se conoce que la pareja tenía una cita en el jardín. Pocos segundos después los dos levantan el vuelo.
En la zona que ocupa el sacerdote hay un pequeño oratorio donde se reza muy bien. Esta mañana he renovado el Santísimo; he abierto el Sagrario, me he puesto el paño de hombros y he trasladado al Señor hasta el oratorio de la Administración. Allí, después de celebrar la Santa Misa, he cogido una Forma consagrada nueva, la he puesto en una teca y he regresado a la zona del Sacerdote para dejar a Jesús otra vez en el Sagrario.
Durante esta breve procesión privada he recordado el viaje que hizo María Santísima desde Nazaret hasta la casa de su prima Isabel con el Niño en su seno. Nadie podía saber que llevaba ese tesoro, pero Ella ya hablaba con Jesús y le explicaba las bellezas de este mundo que Dios vería muy pronto con ojos recién estrenados de niño.
La oropéndola ha vuelto a gritar desde lejos. Es primavera.


 

sábado, 23 de abril de 2016

Pensadoras


Una recomendación para el "Día del Libro"

Iván López Casanova es un médico especialista en cirugía digestiva, nacido en Tenerife y criado en Madrid donde perdió, quizá para siempre, su acento canario. Es también Máster en Bioética por la Universidad de La Laguna y en Orientación familiar por la Universidad Internacional de Cataluña.  
López Casanova pertenece a esa larga tradición de médicos humanistas y filósofos que tanto han aportado a nuestra cultura.
El libro que hoy os traigo al globo es mucho más que un bonito ensayo sobre cinco pensadoras del siglo XX. 

viernes, 22 de abril de 2016

Hablando (de fútbol) se entiende la gente


Es gracioso el vídeo, pero me pregunto qué pasaría si cambiáramos los papeles: si fuese un chico quien riñera a una chica utilizando un lenguaje supuestamente femenino, por ejemplo el de las revistas de cotilleo. Dirían, con razón, que se trata de un vídeo intolerable y machista. 
¿Deducimos entonces que éste es un vídeo "hembrista"? Sin duda, aunque personalmente me traiga sin cuidado.

Que llueva, que llueva...

He vuelto al taller de chapa y pintura, que gobierna con mano de hierro mi amigo el legionario. He escrito sobre él unas cuantas veces en el globo porque nos conocemos desde hace treinta años, cuando su padre, Plácido, aún vivía y llevaba personalmente el negocio.
Hoy hemos vuelto a recordar al gran Plácido, un cristiano cabal de los pies a la cabeza, que me telefoneaba de vez en cuando para pedirme oraciones con los más variados motivos.
Un día me dijo que rezase para que lloviese más.
—¿Quieres que llueva?
—Sí, padre. Para un taller de chapa la lluvia es oro. Los coches frenan peor y a mí me toca arreglar los desperfectos.
Mi amigo se ríe al recordar las cosas de su padre.
—Tenía razón —añade—. Siga usted rezando para que llueva y se nos llene el taller.
—Nunca llueve a gusto de todos, ¿verdad? 
—Deje, deje... Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva...




martes, 19 de abril de 2016

Cogitaciones primaverales


Soy consciente de que los pocos lectores que aún conservo echan de menos las breves reflexiones o anécdotas que solía colgar del globo cada mañana.
¿Volverá algún día?, me preguntaba anteayer una amiga desde Colombia.
Lo de "volver" me ha llegado al alma porque nunca me he ido del todo, y no descarto que un día regrese con ímpetu, pero en las circunstancias actuales me cuesta demasiado tomar las riendas de esta página. Vivimos tiempos raros en los que resulta difícil ser positivo y optimista a la hora de opinar. El buen humor se diría que está en peligro de extinción. Lo que mola es el debate crispado, el navajazo dialéctico y la ironía criminal; y uno, que es de natural belicoso, siente la tentación de lanzarse al ruedo y dar caña al discrepante, como todo hijo de vecino; pero no estaría bien. Este globo va a cumplir diez años y desde su nacimiento ha apostado por el humor limpio, la palabra serena y un optimismo esperanzado.
Por otra parte, hay demasiados frentes de batalla abiertos. Es verdad que me siento muy capaz de seguir "pensando por libre" para opinar sobre el teatrillo de los partidos, los nacionalismos separatistas, la corrupción que no cesa, las excursiones panameñas, suizas y andorranas, el extraño orgullo gay, la ideología de género y la descomposición moral, que ya es obligatoria en las escuelas, la Cristofobia, los refugiados y los nuevos muros que se levantan en Europa, el terror islamista, la cursilería innata de la nueva izquierda, el pensamiento-tweet, el totalitarismo creciente, el matrimonio banal, el machismo decadente y el "hembrismo" arrogante, el genocidio abortista que crece y crece, la sequía demográfica, la justicia, la misericordia  y el perdón… Pero todo eso es demasiado para un cura viejo como yo. El búho de mi globo abre los ojos cada día más perplejo y de vez en cuando los cierra con la esperanza de que, al despertar, haya cambiado el panorama.
Me decía Kloster hace unos días:
—Piensa una cosa, colega. En este Planeta los grandes cambios sociales y políticos, ésos que han dejado una huella indeleble en la historia, se han producido siempre gracias a las invasiones, o, por decirlo más correctamente, a los grandes movimientos migratorios. Y nunca, nunca, ha habido una invasión tan numerosa e imparable como las que ahora mismo se están produciendo.
Por una vez, no tuve más remedio que darle la razón. Y más cuando añadió:
—A Europa le quedan pocos telediarios. Aquí nos enrocamos en nuestros egoísmos aldeanos. Hemos creado un imperio sin cimientos. Sólo queda la fachada, que caerá estrepitosamente como las murallas de Jericó.
—Dios te oiga —respondí—. La invasión de los bárbaros salvó a Roma de sí misma. El Imperio apestaba, casi tanto como ahora.  


viernes, 8 de abril de 2016

La alegría del amor

Al fin, después de dos años sinodales sobre la familia, el Papa Francisco ha promulgado la esperada Exhortación Apostólica "Amoris Laetitia". Se trata de un documento largo, pero fácil de leer y de entender, escrito en un lenguaje actual y cercano. Yo aún estoy por la página 40, pero ya puedo decir que me está encantando. 

Primera confesión

(Me lo cuenta Cordelia)  
He ido a rezar a la parroquia y me he encontrado con los niños que se preparaban para hacer la primera confesión. El párroco explicaba que se iban a poner tres sacerdotes a confesar y como había que hacer esto y lo otro, y por favor silencio y tal. Y al final aclara:
—Para los que me lo habéis preguntado, no hace falta que os confeséis con los tres.  Con uno es suficiente.

miércoles, 6 de abril de 2016

El club de los ojos verdes

La Fundación vida ha titulado así este corto conmovedor, que ya corre por la red a velocidad de vértigo.  Al terminar de verlo me han venido a la memoria unas palabras de San Juan Pablo II:
Una reflexión especial quisiera tener para vosotras, mujeres que habéis recurrido al aborto.(…) El Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la reconciliación. Os daréis cuenta de que nada está perdido, y podréis pedir perdón también a vuestro hijo que ahora vive en el Señor.
(Enc. Evangelium vitae)



Género y Génera


Hoy me limito a aplaudir el artículo de mi tocayo poeta. Leedlo aquíEl tema daría para hacer muchas risas, pero tal como están las cosas, va siendo hora de hablar en serio y oponerse con rigor a estas memeces ideológicas.

lunes, 4 de abril de 2016

La Anunciación del Señor


Hoy, fiesta de la Anunciación del Señor he mirado y remirado docenas de veces el pequeño esmalte que tengo en la pared frente a mi escritorio. Reproduce con bastante fidelidad la Anunciación del Beato Fray Angelico, que se conserva en el Museo del Prado. Ahora me basta con cerrar los ojos para ver en mi imaginación cada detalle del cuadro.
Quizá me atreva a escribir un e-mail a su autor y publicarlo en la columna que me cede Mundo Cristiano cuando empiece el mes de mayo. Le pediré que me cuente su secreto. Por qué todos —creyentes y no creyentes— nos quedamos fascinados frente a una pintura tan ingenua, con un dibujo casi infantil, coloreado como lo haría un niño, sin profundidad ni claroscuros, con un ángel de alas de oro y un entorno de cuento de hadas.
Yo sé que la pintura es un lenguaje, una fotografía del alma del pintor. He leído que Fray Angelico pintaba de rodillas. ¿Será ése su secreto?
Esta noche, cuando rece tres avemarías antes de acostarme, me arrodillaré ante esa pintura milagrosa en la que un artista santo ha sabido desvelar la pureza, la humildad, el candor y la belleza de la Llena de Gracia.  

sábado, 2 de abril de 2016

El "postureo"

 El postureo del alimoche
Señores académicos, ¿Cómo es posible que la palabra "postureo" aún no haya entrado en el Diccionario de la Rae? ¿A qué esperan? Se dieron la mar de prisa en admitir "el boli", la bici, "la poli" y "la peli", tal vez por tratarse de palabras recortadas y porque estábamos en tiempo de crisis y de recortes, pero el postureo se lo están tomando con calma a pesar de que este magnífico vocablo ha entrado impetuoso en los medios hablados y escritos de todo el país. Está aquí para quedarse, no les quepa la menor duda. Necesitamos esa palabra porque el concepto ya existe desde tiempo atrás y corremos el riesgo de que alguien lo llame "posturing", o sea como el "balconing", que gracias a Dios todavía no está en el diccionario y aún podríamos llamarlos "balconeo", que suena más castizo.
¿Y el finde? ¿Dónde se ha visto palabra más apropiada y castiza? Gracias a ella nos evitamos esa cursilería del week end o güiquén. Pero nada, que no se deciden a dar pasaporte al finde para que emigre al diccionario con todos los honores.
Sin embargo a mí lo que me preocupa es el postureo como fenómeno social ligado al mundo de la televisión, la política y el famoseo. Sí, tienes razón, amigo Kloster, tampoco famoseo está en el diccionario. Con lo expresiva y española que es esa terminación en "eo". Aquí hemos inventado el toreo, el rodeo, el rejoneo, el garbeo, el desempleo y el mareo. Y en esta tierra los políticos posturean cada finde y cada día laborable con reuniones y pases de modelos por las calles de Madrid. Y posturean las folkóricas, las adolescentes, los telefamosos y los futbolistas tatuados al salir de la pelu.
—¿Cómo dices?, ¿Tampoco está pelu en el diccionario? ¡Qué injusticia!