domingo, 30 de octubre de 2016

Prohibido

Retiendas es un pequeño municipio de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha que, en 2015, contaba con una población de 53 habitantes. Se trata de uno de los pueblos pertenecientes a la llamada arquitectura negra, ya que en las paredes y tejados de sus viviendas predominan las lajas de pizarra oscura.
Se encuentra dentro del Parque natural de la Sierra Norte de Guadalajara, en la Comarca de la Sierra de Ayllón, y a pesar de su evidente abandono, aún conserva cierto interés turístico.
Sin embargo, se diría que los munícipes no son muy cordiales con el visitante. Sólo echo de menos un cartel que diga: “Prohibido poner más carteles”.

viernes, 28 de octubre de 2016

A Félix Rodríguez de la Fuente[*]


Pasión por volar


Querido Félix:
Hace un par de meses volví a visitar el refugio de aves rapaces que tú fundaste hace más de cuarenta años en Montejo de la Vega. Esta vez no me atreví a trepar por las laderas del cañón porque uno ya no está para muchos trotes; me limité a pasear por la orilla del río, junto a los bancales donde anidan los abejarucos. Luego, echado en la hierba, contemple el regreso a casa de una bandada de buitres que tomaban tierra a muy pocos metros en perfecta formación.
Siempre que me acerco a este parque natural, me acuerdo del día en que lo descubrí. Apareció ante mis ojos de golpe y yo, absorto por el espectáculo, me senté sobre una roca. Comenzaba a anochecer y en el cielo aún  podían verse algunas nubes rojizas, como jirones deshilachados de la última tormenta. De pronto una pareja de halcones peregrinos me dio la bienvenida con su mejor repertorio de piruetas . El plumaje plateado de las aves centelleaba contra el sol de poniente.
Ese día me convertí en "ornitómano". Leí todo sobre las aves del mundo, compré unos buenos prismáticos, y aquí sigo.
Han pasado treinta y tantos años, y mis ímpetus pajareros se han atemperado, pero hace sólo unos días me dio un vuelco el corazón al leer algo que tú escribiste:
Estaba yo un día solo. Había pasado el águila real, y no solamente me había brindado uno de sus penetrantes vuelos de caza, sino que había estado describiendo las más fantásticas acrobacias en compañía de su pareja. ¡El águila! El macho y la hembra colgados en el cielo estuvieron como cinco o diez minutos, ¡quién sabe!... ¡Yo estaba prendado de sus alas!, ¡yo quería volverme pájaro!”
¡Cómo me habría gustado charlar contigo, querido Félix! Siempre fui uno de tus fans más fieles, y aún conservo algunos de aquellos programas televisivos que te hicieron famoso en el mundo entero. Me ganaste con la pasión que ponías al hablar de nuestra fauna. Transmitías entusiasmo, deseos de luchar en defensa de la naturaleza y emoción ante la belleza de la vida… Más de una vez, al ver aquellas imágenes y al escuchar tu voz inconfundible, sentí ganas de volar, lo mismo que tú.
No creo que sea locura querer volar como las águilas. Los Salmos, esos poemas bellísimos que recoge la Biblia y que fueron escritos mucho antes del nacimiento de Cristo, nos invitan a unir nuestra voz al "cántico nuevo" que entonan las criaturas. Para estos poetas sagrados, el universo entero es un regalo que el Creador hace a los hombres, para enseñarnos a descubrir, en la belleza de las criaturas, el rostro del Artista que las ha diseñado. Por eso, cuando alguna vez vivimos esta experiencia, ¿no es lógico que soñemos con remontar las montañas y las nubes hasta mirar al sol cara a cara?
"Los cielos cantan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos", exclama el salmista. Yo pienso que tú lo viste claro y por eso nos diste lecciones de ecología. Debíamos aprender a cuidar la naturaleza creada, a conservar intacta la belleza que se nos ha regalado.
Lamentablemente en estos últimos años ha surgido otro ecologismo materialista que se presenta como defensor de los animales, pero lo único evidente es que no cree en la dignidad del hombre fundada en su espíritu inmortal. Supone que los mamíferos somos mamíferos y nada más. Y entre Caperucita Roja y el lobo feroz, siempre se quedará con el lobo.
Seguiremos hablando de aves, querido Félix. Ahora ya vuelas como las águilas y podrás contarme cómo ves el mundo desde allí arriba, a vista de pájaro. 


[*] Félix Samuel Rodríguez de la Fuente Nacido en Poza de la Sal, Burgos, el 14 de marzo de 1928, fue naturalista y divulgador ambientalista, defensor de la naturaleza, y creaador de documentales para radio y televisión. Licenciado en medicina por la Universidad de Valladolid, premio extraordinario en Odontología, autodidacta en biología, filósofo y humanista, aventurero y experto en cetrería, fue un personaje polifacético cuya influencia ha perdurado a pesar del paso de los años. Falleció en Shaktoolik, Alaska, el 14 de marzo de 1980, a consecuencia de un accidente de avioneta cuando realizaba uno de sus reportajes.

martes, 25 de octubre de 2016

Nostalgia de los héroes



He empezado a leer otra novela policíaca. Una vez más el detective es un tipo duro, solitario, cínico, de moral ambigua, incrédulo y fascinado por lo más oscuro e irracional del ser humano. O sea, como Philip Marlowe, Sam Spade o LewArcher, los vetustos héroes de la novela negra americana, a los que dio vida y rostro Humphrey Bogart.
Desde entonces no hemos mejorado nada. ¿Volverán algún día los héroes amables, patriotas, defensores del bien y la justicia?
Echo de menos el cine de John Ford y el revólver de John Wayne. Creo que les mandaré un e-mail un día de éstos.

¿Avería en el globo?



Desde hace un par de días no logro entrar en mi blog. He utilizado tres navegadores diferentes y en los tres casos aparece el mismo mensaje:

No se puede acceder a este sitio web pensarporlibre.blogspot.com.es ha tardado demasiado tiempo en responder.


Curiosamente sí que abro sin dificultad las páginas de moderar comentarios, "crear nueva entrada", etc. Es lo que estoy haciendo ahora mismo. No sé si estas líneas  se publicarán o no. 

domingo, 23 de octubre de 2016

Creo que sigo vivo


También yo había empezado a inquietarme. Llegué incluso a pensar que me pasaba algo malo malísimo, ya que el globo no volaba ni a empujones. 
Hablé con Kloster:
─¿Crees que me pasa algo?
─¿Por qué lo dices?
─Por el globo. Como ves no he escrito una línea desde hace semanas, y los tres o cuatro lectores que me quedan suponen que estoy moribundo.
─¿Y lo estás?
─ Creo que no, pero a lo mejor tú me notas algo.
─Mira, colega; aparte de tu tradicional pereza y de tu ornitomanía paranoide, no veo ningún otro síntoma alarmante en un despejada sesera.
No sabes cómo me tranquilizas. Yo pienso que aún seré capaz de escribir de vez en cuando un pensiero matutino o una crónica apresurada de la actualidad; pero el problema es que la prensa me aburre, la tele me adormece e Internet me irrita. Yo sé que siguen ocurriendo cosas en España y en el mundo; pero no consigo interesarme por ninguna.
Dejad que me ausente una temporada. Entre Trumb y Clinton elijo a Caperucita Roja; entre Sánchez y Díaz, prefiero a Harry Potter; entre Messi y Ronaldo, opto por Adúriz. Y entre el “no-es-no” y la abstención me abstengo de abstenerme y salgo por peteneras.
He estado 6 días en la Acebeda, callado  como una escoba. Apenas he conversado unos minutos al atardecer con el mirlo del jardín.
Seguiré publicando en esta página mi colaboración de Mundo Cristiano, y, quién sabe, tal vez cuando llegue diciembre, venga de nuevo la estrella de oriente para guiarme y ponga en órbita el globo.